Artículo publicado en Rojo y Negro nº 392, septiembre 2024

Últimamente hay más debate sobre la prostitución, especialmente en ámbitos feministas (recordemos que más del 90% de las personas prostituidas son mujeres1). Esta discusión ha llegado al Congreso, de forma que este año el PSOE ha intentado aumentar los mecanismos para perseguir el proxenetismo y el tráfico de personas para la explotación sexual, lo último un crimen de lesa humanidad.

La propuesta del Ministerio de Igualdad no estuvo muy bien pensada y cruzaba líneas rojas en cuanto a dejar a las trabajadoras sexuales en situación de indefensión. Por ello, es comprensible que desde la CGT se emitan comunicados de apoyo a un colectivo ya muy precario de por sí y, de hecho, tenemos acuerdos que expresan “que se escuche a las trabajadoras como parte implicada en la regulación legal de la propia actividad”, cosa que la proyecto de ley no ha hecho.
Lo que resulta menos comprensible es que, a veces, cuando nuestros acuerdos también reclaman “rechazar la explotación sexual” y “exigir como organización que se persiga el tráfico sexual de personas” se nos olvide cumplir lo que dicen y añadir unas líneas afirmando que la explotación sexual, efectivamente, está mal y hay que perseguirla. No es la primera vez que ocurre: el pasado 1 de mayo, el sindicato OTRAS lanzó un comunicado2 en redes con toda una serie de reivindicaciones laborales donde llama la atención que no hayan dicho nada del mayor crimen laboral contra la clase trabajadora, que es el trabajo forzado. Tampoco publicaron nada en el día internacional contra la trata de personas ni siquiera para diferenciarse. Un error estratégico, en mi opinión: es realmente fácil condenar algo tan claramente inhumano como la prostitución forzada y, cuando tu oposición quiere restarte legitimidad argumentando que defiendes los intereses de los empresarios cual sindicato amarillo, lo último que quieres es que haya dudas al respecto de tu posición.
No caigamos en el mismo error. La lista de violencias de la prostitución puede llegar a ser muy extrema3. Cuando la prostitución es forzada, las víctimas no tienen forma de evitar estas violencias (la capacidad real de evitarlas de las trabajadoras sexuales voluntarias es materia de otro debate). Es por esto que la ONU estudia y persigue el tráfico de personas (en general y en particular con fines sexuales) y que a nivel mundial haya una meta en la agenda 2030 de justicia global que busca la erradicación de la trata.
Recordemos también que, a nivel nacional, en 2023 entró en vigor el convenio 190 de la OIT en España que significa que en todo el país está prohibido el acoso, la discriminación, la violencia, los trabajos forzosos y el abuso de las relaciones de poder por razón de género y que está vigente el compromiso de adoptar medidas de control, seguimiento y de prevención al respecto. Por lo tanto, condenar la explotación sexual, especialmente cuando se habla de una proposición de ley que la persigue (por lo menos en nombre), es una obligación moral y legal y no caben dudas al respecto.
Ante la brutalidad de este crimen organizado se suele difuminar la discusión confundiendo términos —no todo el trabajo sexual es forzado, pero… cuando la precariedad atenaza a la clase trabajadora ¿dónde dibujamos la línea del consentimiento?— y datos —¿cuál es el porcentaje real de víctimas obligadas a prostituirse respecto al total de personas prostituidas? ¿Tanto importa, mientras sea más de 0?—. En cualquier caso, nadie niega que el delito en sí se comete, así que deberíamos preguntarnos qué se puede hacer para perseguir de verdad el proxenetismo y el tráfico sexual de personas.
– Tal vez la solución pase por analizar casos reales, como el de Lili4 y examinar los mecanismos que usan los criminales para someter a sus víctimas (por ejemplo, con apps de control parental5). También se pueden extraer conclusiones de los estudios mundiales6 y aplicar metodologías a nivel nacional.
– Tal vez pase por destinar los recursos del Estado de otra manera investigando más a los posibles tratantes en lugar de dedicar tantas fuerzas a desarticular grupos activistas (actividad reconocida como constitucional recientemente7).
– Tal vez pase por estudiar la prostitución en general, no sólo la trata, y escuchar a las propias trabajadoras sexuales sobre las violencias que sufren y en qué circunstancias (hay un estudio reciente8).
– Tal vez pase por estudiar la legislación de otros países y las restricciones que aplican a los empleadores (ejemplo en Bélgica9).
– Tal vez pase por mejorar las condiciones de toda la clase trabajadora para que nadie caiga en un trabajo que no quiere (con iniciativas como Regularización Ya o la Renta Básica Universal) que además benefician a la clase trabajadora con incapacidades o discapacidades.

Hay varias maneras de afrontar el problema. Mientras recordemos que, como sindicato, se puede dar apoyo a los colectivos afectados mientras reforzamos que la violencia en el trabajo debería confrontarse, no olvidarse ni normalizarse.

1 https://efe.com/espana/2024-05-06/prostitucion-espana-informe/
2 https://www.instagram.com/p/C6bFZIZKMqN/?img_index=1
3 Queda descrita en la pregunta 4 del siguiente informe de España a la relatora especial de Naciones Unidas: https://geoviolenciasexual.com/wp-content/uploads/2024/01/Informe_prostitucion_relatora_01_2024_final.pdf
4 https://www.elperiodico.com/es/barcelona/20220118/denuncias-victimas-trata-desproteccion-prostitucion-lili-raval-mossos-fiscalia-fallo-sistema-proteccion-13107248
5 https://www.forbes.com/sites/thomasbrewster/2023/04/06/sex-traffickers-use-parenting-apps-like-life360-to-spy-on-victims/
6 https://www.msn.com/en-us/news/world/human-trafficking-report-reveals-growing-role-of-digital-technology/ar-BB1oOM1H
7 https://www.publico.es/politica/constitucional-avala-infiltraciones-agentes-encubiertos.html
8 https://www.asociacioncats.es/wp-content/uploads/2024/03/investigacion-23.pdf
9 https://www.utsopi.be/our-work/decriminalisation/cadre-du-travail

Mireia Martín
Coordinadora de Informática


Fuente: Rojo y Negro