Hoy, martes 13 de marzo la triste noticia del fallecimiento de Eduardo Colombo nos golpea dolorosamente. Con Eduardo no solo desaparece un entrañable y fraternal compañero, sino también un pensador de primerísimo plano y un militante anarquista de inquebrantables convicciones.
Corrían los años cuarenta cuando el joven estudiante Eduardo Colombo se involucró intensamente en el movimiento anarquista de su Argentina natal participando en las luchas anarcosindicalistas de la FORA (Federación Obrera de la Región Argentina), colaborando y asumiendo responsabilidades de dirección en su renombrado periódico “La Protesta”.
Corrían los años cuarenta cuando el joven estudiante Eduardo Colombo se involucró intensamente en el movimiento anarquista de su Argentina natal participando en las luchas anarcosindicalistas de la FORA (Federación Obrera de la Región Argentina), colaborando y asumiendo responsabilidades de dirección en su renombrado periódico “La Protesta”. Ha transcurrido desde entonces un extenso periodo de más de setenta años durante el cual Eduardo Colombo no abandonó ni un solo minuto su temprano e intenso compromiso con “la idea” y con la causa de esa ansiada Revolución Social por la cual bregó toda su vida con inagotable entusiasmo.
Medico y psicoanalista, también fue profesor de psicología social en la universidad de Buenos Aires hasta que el golpe militar de 1966 lo expulsó de sus tareas docentes y le obligó pocos años más tarde a buscar asilo en Paris donde llegó con su compañera Heloisa Castellanos en 1970. Allí, pese a las dificultades para reubicarse profesional y socialmente no dudó en involucrarse de inmediato en las actividades del movimiento anarquista en Francia, a la par que estrechaba lazos con la lucha antifranquista del exilio libertario.
Su voluntad de acoplar permanentemente pensamiento y acción le llevó a situarse como uno de los teóricos más importantes del anarquismo contemporáneo, a la vez que participaba en decenas de eventos en el plano internacional. Mencionemos como simple botón de muestra de esa incansable actividad internacional su participación como conferenciante en las jornadas libertarias de Barcelona en 1977, su contribución a la organización del extraordinario encuentro anarquista internacional de Venecia en 1984, o sus intervenciones en el encuentro anarquista internacional de Saint-Imier en 2012.
Sus numerosos libros y artículos contribuyeron a que fuese permanentemente solicitado para conferenciar, sobre todo en Italia, Grecia, España, Argentina y diversos países latino americanos, fue además uno de los fundadores en 1997 de la revista anarquista de lengua francesa “Réfractions” y uno de sus principales animadores durante dos décadas.
Tiempo habrá para detallar más detenidamente su inolvidable figura y sus valiosas aportaciones intelectuales que van más allá del ámbito propiamente anarquista y cubren también el campo del psicoanálisis y de la filosofía, pero no podemos cerrar esta breve reseña de urgencia sin recalcar nuevamente que quien nos ha dejado hoy fue un militante anarquista de incomparable entereza y valía, además de ser una bellísima y entrañable persona.
Tomás Ibáñez
Barcelona 13 de marzo de 2018
Fuente: Tomás Ibáñez