El pasado octubre, el Tribunal Supremo no admitió el recurso de Navantia contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Galicia que le daba a razón a una demandante excluida de unas plazas por “exceso de madurez personal y exceso de conocimiento profesional”.

La demandante fue excluida tras obtener en una prueba 20 puntos (de un máximo de 21), prueba que fue superada tanto por personas que obtuvieron los 21 puntos como por quien solo obtuvo 2 (dos) puntos.

La decisión del Tribunal Supremo convirtió en firme la sentencia del TSXG, que es muy contundente:

a) Califica los argumentos de Navantia como “retórica [que] no tiene ni un mínimo sustento en los criterios de selección de la convocatoria”.

b) Califica la actitud de Navantia como “arbitraria y contradictoria”.

c) Considera que Navantia vulneró los principios de igualdad, mérito y capacidad en el acceso al empleo público.

d) Condena a Navantia a que convoque a la demandante “para la última fase del proceso selectivo (…) sin que ello haya de afectar directamente a los contratos de trabajo que ya pudieran haberse celebrado con las personas seleccionadas”.

Una vez que la sentencia fue firme, se abrió un plazo para que Navantia la cumpliera de forma voluntaria. No lo hizo.

Esta nueva ilegalidad por parte de Navantia obligó a la demandante a solicitar la ejecución de sentencia. El juez le dio a Navantia 1 mes para cumplirla, plazo que acabó el 18 de diciembre. Tampoco la cumplió. En vez de respetar la ley, Navantia insiste en DELINQUIR (al tiempo que chanchulla con sindicatos afines para obtener una cobertura sindical a sus ilegalidades). Es una vergüenza.

Esta reiterada violación de la ley por parte de Navantia es doblemente grave por tratarse de una empresa PÚBLICA, que debería ser especialmente respetuosa con la legalidad. Y todavía es más grave que ocurra cuando la gestión de Navantia depende del que se autoproclama como el gobierno más progresista de la historia.

Señores y señoras del PSOE y Sumar: sois los responsables de que la dirección de Navantia viole sistemáticamente la ley. A ojos de los trabajadores y trabajadoras, las actuaciones de la dirección de la empresa se hacen en vuestro nombre y con vuestro consentimiento. El día de mañana no os preguntéis por qué perdéis votos hacia otras opciones de izquierdas o hacia la abstención.


Fuente: CGT-A Coruña