Artículo publicado en Rojo y Negro nº 396, enero 2025
Fue uno de los primeros lideres sindicales brasileños en asociar la lucha social a la responsabilidad ambiental, porque para él «la ecología sin lucha de clases es jardinería».
Chico nació el 15 de diciembre de 1944 en una familia de recolectores de caucho, y su carrera estuvo marcada por las miserables condiciones impuestas por los hacendados. Los caucheros entraron en la selva amazónica con la ilusión de una vida mejor, pero la realidad fue otra. Lo que encontraron fue abandono y largas sequías. En su búsqueda de condiciones de vida digna, encontraron condiciones laborales análogas a la esclavitud.
Sin poder acceder a la educación pública, sus primeros pasos para aprender a leer, escribir y hacer cuentas fueron de la mano de formadores populares con una acentuada conciencia social. Mediante la educación popular descubrió que su familia y los demás caucheros eran manipulados por los comerciantes de la hacienda para que los trabajadores estuvieran siempre endeudados y sometidos a los patrones. Para acceder a la libertad debían romper el monopolio de las ventas a los propietarios de las plantaciones, cultivando y comerciando caucho al margen de los terratenientes.
Aprender en la militancia
El segundo hito en la formación de Chico fue su contacto con sindicalistas, especialmente con Wilson Pinheiro del sindicato de Brasiléia, que adaptó la acción directa al contexto amazónico mediante los “empates”, una forma de manifestación pacífica de fuerte impacto. Se movilizaban a partir de una denuncia de deforestación, estando la acción coordinada por el sindicato e integrada por cientos de caucheros con sus mujeres, niños y ancianos. Las mujeres y los niños salían al frente con banderas para evitar que el grupo fuera tiroteado por los policías y matones a sueldo de los terratenientes. Conseguían así paralizar las talas. Las armas de los empates eran discursos educativos que advertían a los peones de los hacenderos sobre la importancia de mantener el bosque y las consecuencias de su deforestación.
En 1977 Chico fundó el sindicato Xapuri que asumió la dirección de los movimientos caucheros. Para aumentar y mejorar la participación de todos en los debates y decisiones, el sindicato invirtió en la educación de la población trabajadora. La formación y estructuración de condiciones para la generación de nuevos líderes y la amplia participación de todos fueron preocupaciones importantes en la praxis de Chico Mendes. Una convicción que estuvo presente hasta en el último consejo que dio a su hija Elenira: “Si tu padre muere, tienes que ser fuerte, tienes que estudiar para continuar su lucha”.
Socializar el conflicto
Con el objetivo de hacer más visible la situación de los habitantes de la Amazonia, el sindicato Xapuri fundó el Consejo Nacional de los Caucheros (CNC), con la misión de buscar alternativas para la selva amazónica y enfrentar la deforestación. Otro punto clave en la autoemancipación de los caucheros fue la construcción de cooperativas para liberar a los trabajadores de las condiciones impuestas por el comercio dominado por los terratenientes. Mendes defendía que «las cooperativas son nuestra forma de luchar por la libertad».
Uno de los logros más positivos del CNC fue erigirse en un espacio fundamental para el diálogo entre caucheros e indígenas en vistas a la creación de la Unión de los Pueblos de la Selva. El diálogo llevó al consenso entre caucheros e indígenas sobre el hecho de que ninguno de los dos era responsable del conflicto entre ellos; los verdaderos incitadores eran los hacendados y demás explotadores de las riquezas de la Amazonía.
Visión ecosocial
Chico Mendes tenía muy claro que la trampa del desarrollo económico solo genera riqueza para una pequeña oligarquía, ya sea en el campo o en los grandes centros urbanos. Para él, la Amazonía debía ser preservada pero también ser económicamente viable. La denuncia de Mendes sobre la creciente deforestación del bosque al gobierno del Estado demostró que la economía ambiental integrada era más rentable que la economía de explotación insostenible:
La construcción de la sociedad soñada por Chico Mendes tuvo poderosos opositores: terratenientes, madereros y agricultores. El crecimiento del movimiento obrero en Acre provocó la reacción de los opresores, especialmente con la implantación en la región de la Unión Democrática Rural. La prioridad de la UDR era luchar contra la organización de los caucheros de Xapuri, ya que consideraban al sindicato como el principal obstáculo para controlar a la población.
Luchando por la humanidad
El 22 de diciembre de 1988, Chico Mendes fue asesinado en su casa. Pero como dijo Gumercindo Rodrigues “Aquellos que dispararon a Chico erraron el blanco, erraron el tiro. Quienes piensan que lo mataron, en realidad lo hicieron inmortal”.
El verdadero legado de Chico Mendes es el no limitarse a la intervención local, sino que llevó la voz de los pueblos de la selva a los grandes centros de Brasil y del mundo. Alertó a la sociedad global sobre la destrucción socioambiental de los proyectos del gobierno brasileño, además de presentar propuestas concretas para generar ingresos respetando y preservando la selva amazónica.
La utopía soñada y la práctica materializada por Chico iluminan el camino a rebeldes de todo el planeta que miran más allá de su patio trasero. «Al principio pensé que estaba luchando para salvar los árboles de caucho; luego pensé que estaba luchando para salvar la selva amazónica. Ahora me doy cuenta de que estoy luchando por la humanidad». Su ejemplo político continuará inspirando nuevas luchas, no solo en Brasil sino en otros países y continentes.
A. R. Amayuelas
Fuente: Rojo y Negro