Mientras todo marchaba más o menos bien y había sitio para la más escandalosa de las rapiñas, los gobernantes se ponían de acuerdo con las mafias del transporte y ampliaban una ley por la cual los camiones (que sólo pueden pertenecer a empresas) como mucho deben tener cinco meses de antigüedad para los nuevos camioneros, en el caso de las grandes empresas pueden circular con vehículos que pasen la ITV y, por supuesto, en la que no existe un mínimo de control ni siquiera sobre el estado de los neumáticos.
Para ser titular de un camión hay que superar un examen cuyas respuestas sólo conocen los que te dije. Aprobar este examen da derecho a ser titular de hasta 160 camiones. Todo esto lleva al alquiler del alquiler del alquiler, a que estos titulares apadrinen a los supuestos autónomos del camión, que tienen que pagar por ello fuertes sumas de dinero, encareciendo así los productos transportados mucho más de lo que lo hace el petróleo.
Si sumamos que el valor de un camión nuevo o casi (5 meses) es desmesurado para una persona normal y que la ley ampara a las multinacionales del transporte, bien está que haya niños para echarles la culpa, como el petróleo por ejemplo. Otro tanto ocurrirá en la pesca, digo yo.
Curiosamente se juntan los dos sectores más mafiosos del país después de la construcción para proclamar una huelga, huelga patronal sin duda, absolutamente concertada con los sectores más reaccionarios de la política de este país.
Fuente: Ignacio Merino