Acabamos de llegar del campo de Zaatari al que accedimos luego de la intensa ola de lluvia y nieve que cerró las carreteras del norte de Jordania.
Allí pudimos comprobar los destrozos causados por la tempestad en el campamento de refugiados sirios. Todo el mundo intenta secar sus pertenencias pues están completamente empapadas. Es tal la rabia y desesperación al sentirse abandonados que ya se han producido varias protestas reprimidas por el ejército Jordano a punta de gases lacrimógenos y tiros al aire.
Allí pudimos comprobar los destrozos causados por la tempestad en el campamento de refugiados sirios. Todo el mundo intenta secar sus pertenencias pues están completamente empapadas. Es tal la rabia y desesperación al sentirse abandonados que ya se han producido varias protestas reprimidas por el ejército Jordano a punta de gases lacrimógenos y tiros al aire.
En medio de tantos caos hay algunos que hacen un llamado a ¡¡¡Israel, su eterno enemigo, para que vengan a rescatarlos!!!
Afortunadamente la mayoría de los refugiados que permanecían a la interperie tras la destrucción de sus tiendas fueron evacuados a una escuela del campamento donde pudieron salvar sus vidas dado que las temperaturas extremas los hubieran diezmado.
Hoy por fin ha salido el sol y esto le da un milagroso respiro a los más de 50.000 refugiados a los que todavía les queda por delante un interminable calvario.
Carlos de Urabá
Zaatari-Jordania