En la mañana de hoy, alrededor de medio centenar de trabajadores/as del Hospital Militar Gómez Ulla (en su mayoría pertenecientes al turno de noche) se ha concentrado frente al hospital para denunciar la creciente represión laboral en dicho centro y para exigir la retirada de los expedientes y las denuncias contra cuatro compañeras.
La situación empeora por momentos en el carabanchelero hospital. La plantilla ya llevaba tiempo en campaña para pedir el paso del hospital militar a la Comunidad de Madrid, puesto que a día de hoy está totalmente infrautilizado y, por otra parte, el barrio necesita un hospital. Paralelamente, las condiciones laborales han ido empeorando de forma notable, lo que ha motivado nuevas protestas de la plantilla dentro del hospital.
Pero parece que en el hospital militar no se toman demasiado bien que los trabajadores reclamen sus derechos. A raiz de una de estas protestas, hace dos semanas, la jefa accidental de recursos humanos (la Comandante Ruth Obregón) denunció a cuatro trabajadoras por amenazas, coacción, atentado a funcionario público y desórdenes. La plantilla considera injustas estas denuncias («lo único que hicieron las compañeras fue protestar por las nuevas normas que afectan a nuestras condiciones laborales, no ocurriendo nada de lo que la sra. Obregón sostiene en su denuncia», nos contaban hoy compañeros de las denunciadas), y exige su inmediata retirada, el fin de la represión laboral en el hospital y la dimisión de la responsable de recursos humanos.
La concentración ha durado alrededor de una hora (de nueve a diez de la mañana), convirtiéndose en manifestación en varias ocasiones, completando vueltas alrededor de la Glorieta del Hospital.