Las imágenes de la represión a jóvenes por parte de funcionarios del hogar Ceprili del Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay (INAU),son más poderosas que mil palabras. Pero sin duda no debemos callar. Esta afrenta a estos gurises es la afrenta a todos nosotros y a la memoria.

Las imágenes de milicos yanquis golpeando y matando negros por ser negros no tienen nada de diferente con la actuación de esta patota organizada, siendo amparados por el dirigente Joselo López del SUINAU, y por todos los que no hablan y estuvieron en esa Asamblea que irrumpe y reprime.

 

https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2015/08/07/uruguay-estan-naturalizando-la-tortura/

 

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Legalizando la sociedad carcelaria, se viene El Guardián.
¿No es hora de decir ¡BASTA!?

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Legalizando la sociedad carcelaria, se viene El Guardián.
¿No es hora de decir ¡BASTA!?

Las palabras del Sr. Joselo López para justificar el video trascendido fueron: “Normalmente se actúa así. Es parte del protocolo”. Sus palabras, nos devuelven el carácter de dirigente que es y tienen el mérito de develar sin tapujos el habitual comportamiento tras los muros. Y preguntamos: ¿no es complicidad la de sindicatos que callan, contemplan y justifican las estrategias destructivas contra los más desamparados? Rescatamos  la conducta de quienes han denunciado una y otra vez cuál es el sistema, cuál es la política que sostiene estas prácticas sistemáticas.

Este mal trato convertido en acciones diarias nos da la real dimensión del régimen que se aplica a niñas, niños y jóvenes. La violación, la prostitución, la tortura sigue instalada.  

Las palabras del ahora dirigente del PITCNT, que acaba de recorrer Europa en nombre de los trabajadores uruguayos, son la naturalización de estas prácticas represivas. Es decir, lo que hace el Estado en barrios, comisarías, cuarteles y cárceles.

Las potentes imágenes no son lo único importante. Estas acciones, al igual que Joselo, tienen defensores y no son solo abogados. Emanuel Seropián, quién se definió como compañero del dirigente en su cuenta de Facebook, dijo “Yo no vi ningún exceso de fuerza y me pareció que se manejaron bien, protegiéndose en primer lugar los funcionarios, como corresponde. Los internos del SIRPA no son carmelitas descalzas, no son pobres huérfanos sin hogar, son delincuentes menores de edad que comenzaron rompiendo una tapa de cemento (rompen bienes públicos) para obtener piedras (objetos contundentes) y uno se pregunta ¿con qué fin? ¿Pacífico? ¿Qué era eso sino un inicio de un motín y de una agresión mayor, con intención de romper más los bienes públicos y con la intención de agredir a los funcionarios? Se ve claramente que estos delincuentes allí encerrados no tienen respeto alguno por la autoridad (si lo hubieran tenido alguna vez no estarían allí) (…).”Toda una mentalidad reflejada en pocas líneas. Todo un alegato a favor de mantener cárceles y carceleros. Toda una alegoría que defiende el status actual, la “autoridad”, que carece de sueños. Es así como piensan muchos: “No hay otra que reprimir”.

Sabemos bien que el sistema no crea carmelitas descalzas, crea la horrenda barbarie de pobres contra más pobres. La justificación de la represión, la tortura, el abuso, tiene implícita la violación de los Derechos Humanos (DDHH)y la fundamentan en que “¡son delincuentes irrecuperables!”.Pero están hablando de jóvenes, niños o niñas. Así el Estado se deslinda de la responsabilidad que tiene en las conductas de estos jóvenes, como si nada tuviera que ver con la violencia que se expande.

La defensa de los derechos de los trabajadores no justifica que estos asuman la violación de los DDHH. La seguridad de los trabajadores no justifica ni los habilita a  reprimir. Ese perverso planteo naturaliza la oscura condena  a los gurises. Si debemos luchar por cambiar las cosas, ¿No es más humano tejer las redes solidarias que nos diferencien del enemigo del garrote?

El Sr. Joselo López–Sr. porque no es compañero nuestro-, vicepresidente de la Mesa Representativa del PIT-CNT, dice que estuvo allí como garante. ¿Garante de qué? ¿De que golpearan a los gurises? Hace poco, el dirigente López asumió ese rol sindical en la central de trabajadores con el voto de más de mil delegados en el último Congreso del PIT-CNT. ¿Qué harán ahora? Hace algunos días, Aníbal Corti escribió en el semanario Brecha que con esta promoción de Joselo se ha optado“ por ser moral y políticamente cómplices de la tortura en los centros de detención de adolescentes del Inau”.

Nosotros y nosotras no queremos mirar para otro lado. Por eso no solo condenamos la larga lista de violaciones en estos sitios, condenamos al sistema del encierro en sí, condenamos la impunidad de ayer y hoy, condenamos las torturas de ayer y hoy.

Todos estos delitos cometidos contra cualquiera en cualquier lugar del mundo y tiempo merecen memoria y condena social, merecen justicia.

Tanto los torturadores como los que miraron sin intervenir, intervinieron. El sistema represivo es eso, un sistema. Actúa en cadena: alguien mandó a matar o torturar, alguien torturó, alguien ejerció el abuso; todos deben ser repudiados.

Es  igual a lo que fue bajo el terrorismo de Estado, el que miró como violaban a una compañera, hoy el que vende a gurisas del INAU en Rivera para ejercer la prostitución, el que dispara sin más a un gurí en la calle. Todos son culpables. No hay obediencia debida que los justifique. Y si Joselo López “garantizó” la aplicación de ese protocolo merece el repudio, al igual que los que salen a ampararlo sosteniendo que la única salida es la defensa a ultranza.

¿O acaso no debemos matar en nosotros al milico que llevamos dentro? Si nos creemos el discurso de una sociedad compuesta por “buenos trabajadores” o “buenos vecinos” por un lado y los “delincuentes” por otro, caemos en una moderna teoría de los dos demonios. Antes eran los tupas y los milicos fachos; ahora son “los buenos” y “los delincuentes”.

¿Acaso no sabemos quiénes somos? ¿Acaso no sabemos quiénes son? Para nosotros y nosotras la base sustancial de esa violencia está en la injusticia social. Es la que toma nuestras vidas para su existencia, que se cobra la vida de tantas mujeres, niños, niñas y jóvenes, de seres indefensos, la que nos encierra tras las rejas, tras las empresas de (in)seguridad y tras El Guardián. La que se refleja en la obscenidad de la riqueza y la vida esclava de la mayoría de la humanidad. Para justificarla y perpetuarla se edifican más cárceles, se sancionan más leyes que solo amparan y profundizan este estado de impunidad.

Nosotros queremos construir sueños: otra sociedad es posible.

Es hora de actuar contra esta sociedad carcelaria, en la cotidianidad de nuestras cabezas y acciones.

Es hora de rechazar los asquerosos intentos de “reformar las cárceles” y de oponernos a este sistema de muerte. Es hora de ejercer la solidaridad.

Contra la impunidad de siempre, memoria y justicia.

Plenaria Memoria y Justicia

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