Como ocurre con mucha gente, parece que E. M. LL., la juez titular de la Sala nº 15 de lo Social de Valencia, también ve con más facilidad la paja en el ojo ajeno que la viga en el suyo propio. Dicha magistrada ha dictado sentencia desestimando la demanda interpuesta por un trabajador y delegado sindical de Ford contra una sanción de suspensión de empleo y sueldo de 60 días, aplicada por la empresa bajo la acusación de que dicho trabajador no terminaba correctamente algunas de las operaciones que tenía encomendadas en la cadena de montaje.
El demandante aportó pruebas y la declaración de un testigo que dejaban muy claro que en Ford, por los altos ritmos de trabajo, son mayoría los operarios que se dejan numerosas operaciones sin concluir correctamente, sin que esto suponga ningún riesgo para la calidad de los vehículos, puesto que existen unos reparadores que verifican y reparan la colocación de todas las piezas defectuosas.
Pese a las dudas que podría plantear el hecho de que los testigos aportados por la empresa ocupan cargos de responsabilidad en su departamento, mientras los testigos del demandante son trabajadores de la cadena, la juez ratifica la desorbitada sanción y a la hora de firmar la sentencia relaja esa rigurosidad y confirma la condena no a José Antonio Tejero Torres, sino a otra persona con las iniciales J. R. L.
Nos parece humano que una juez también pueda equivocarse, pero si tenemos en cuenta que el sancionado cometía errores en unas 30 operaciones de las 4.200 que realizaba cada día (menos del 1%), mientras que la magistrada se ha equivocado en una de las diez de sentencias que suelen dictarse a diario (el 10%) veremos que la Justicia sigue usando el doble rasero.
Fuente: Gabinete de Prensa CGT-PV