Algo más de 25.000 alumnas y alumnos de 15 años, distribuidos entre 14 comunidades autónomas españolas, hicieron en 2012 las pruebas escritas (Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes), aunque se llamen PISA, ya que en inglés se denomina Programme for International Student Assessment

Estas pruebas están patrocinadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) Dice ese organismo que este programa está  orientado a evaluar el grado de desarrollo de competencias en Lectura, Matemática y Ciencias de los estudiantes de 15 años.

Estas pruebas están patrocinadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) Dice ese organismo que este programa está  orientado a evaluar el grado de desarrollo de competencias en Lectura, Matemática y Ciencias de los estudiantes de 15 años.  La primera pregunta es ¿Qué interés tiene la OCDE en predicar sobre las bondades o miserias del aprendizaje de estas materias en algo más de 100 países?  La segunda pregunta ¿Con la aplicación de unas pruebas -que no exámenes, ya que no tienen repercusión en las notas del alumnado-  hasta donde se puede conjeturar?

Las pruebas, según dicen, pretenden conocer qué saben hacer, los estudiantes de esa edad, con lo que han aprendido al aplicar su conocimiento en situaciones auténticas.  Ejemplo de pregunta en matemáticas en Uruguay: “Una pizzería sirve dos pizzas redondas del mismo grosor y de diferente tamaño. La  más pequeña tiene un diámetro de 30 cm. y cuesta 30 zeds. La mayor tiene un diámetro de 40 cm. y cuesta 40 zeds. ¿Qué pizza es proporcionalmente más barata?  Muestra tu razonamiento”.  Lo primero a considerar es la motivación que cada estudiante pueda tener para resolver este asunto.  Alguna  relación tendrá  con los estímulos que acompañen la realización de esta prueba. Esta sencilla variable no está controlada y por tanto difícilmente puede predicarse con rigor sobre lo que se pretende. La Consejería de Educación Andaluza, por ejemplo, mantiene la aplicación de pruebas anuales, denominadas diagnóstico, en primaria y secundaria, y no es capaz de controlar que una significativa cantidad de alumnado,  las conteste al tuntún  o simplemente las devuelva en blanco.  Con esta falta de rigor no se sabe si las respuestas que el alumnado da es fruto de su competencia o de su falta de interés por “calentarse el coco, para nada”. Expresión manifestada por algún alumno.

Recientemente tuvimos noticias de los resultados obtenidos de la evaluación de competencias de la población adulta, PIAAC, también de la OCDE, una especie PISA para adultos. España, en estas, tampoco obtiene buenos resultados: España, junto con Italia, ocupa los puestos más bajos del ranking.   Unas veces los puestos de cabeza los ocupan los países europeos del norte, y otras, son los asiáticos los que lideran el ranking. Lo cierto y verdad es que no suele acertarse, desde tan fuera, con el “nivel socio-cultural” de un pueblo y  por ello  los datos chirrían con estas, digamos, apresuradas conclusiones.  Por ejemplo en estas PISA para adultos,  se destaca la enorme dificultad que, al parecer, tienen las personas de más de 50 años en España, para interpretar certeramente las indicaciones de un prospecto médico. Sin embargo esto no nos impide tener una calidad de vida y de salud,  que se traduce en una  “esperanza de vida” muy superior a cualquiera de los países  que encabezan el ranking artificial e interesadamente confeccionado.

Mejor valdría la pena conocer qué es lo que genera bienestar en los diferentes pueblos y culturas, para de esta forma mejorar nuestra existencia;  en lugar de elaborar, de manera hartamente artificial, un ranking de resultados. Por ello urge repensar tanto bombo como se le da a los resultados y conjeturas del PISA.

Comunicación Educación CGT


Fuente: Rafael Fenoy Rico