En medio de esta gran crisis, que ha afectado tan seriamente al negocio bancario, provocando procesos muy duros y rápidos de reconversión en las empresas, con unas turbulencias en los mercados nunca vistas y atacando seriamente al empleo y las condiciones de trabajo, a los sindicatos mayoritarios del Banco Santander sólo se les ocurre, como medida a adoptar, volver a negociar el Estatuto del Delegado, verdadero “engendro” donde los haya.
Al silencio cómplice que mantienen, con todo lo que está pasando en este banco : segregaciones, despidos, amenazas, etc…, ahora hay que unir la negociación de un capítulo que la CGT ya rechazó por inmoral, por absurdo y sobre todo por corrupto.
Se trata, según ellos, de devolver la dignidad a la profesión sindical. Pero este mafioso acuerdo sólo consiste, lisa y llanamente, en dar unas pocas prebendas a las cúpulas sindicales, ya que su eje central trata sobre la aplicación de una serie de ascensos o sobresueldos a los delegados sindicales que estén liberados o semiliberados.
Es patético ver como unos sindicatos que muestran tanta desidia y abandono, cuando no un colaboracionismo ciego, con las estrategias de la empresa (CCOO y FITC -sindicato patronal- a favor de las segregaciones en Boadilla), hoy vuelven a intentar mejorar la situación personal y salarial de sus cúpulas sindicales, avalados por la actitud de una empresa que quiere comprar sus lealtades.
Dignificar el cargo de sindicalista, es trabajar todos los días en resolver los problemas de los empleados, no firmar ERE’s encubiertos como los de Consumer, y combatir la autoritaria política laboral del Banco Santander. Todo sindicalista, sobre todo los liberados desde hace años, deberían saber y asumir que su condición y su cargo obligan a una ética y una moral regidas por la integridad, y que ser un buen sindicalista significa no aceptar ascensos inmerecidos, ni sobresueldos corruptos, porque el cargo de delegado sindical es voluntario. Dignificar el sindicalismo es no consentir las represalias a compañeros a los que se aparta de sus funciones por ejercer su labor sindical o conseguir suplir las horas de ejercicio sindical de los delegados adscritos a sucursales dotándolas de más plantilla (por ejemplo).
Desde hace un tiempo venimos denunciando este extraño comportamiento de la representación sindical mayoritaria, pero ahora lo haremos con más ahínco, en un asunto que nos parece ignominioso, y que es la prueba de la deriva burocrática y sucia en la que están inmersos. Los afiliados de estas organizaciones y los trabajadores en general, tenemos que pedir explicaciones de esta negociación, que sólo trae descrédito a un sindicalismo ya cuestionado, y que carece de la dignidad e integridad que se le deben exigir al oficio.
No contentos con obtener una serie de mejoras o incluso prebendas sindicales, como liberados, ayudas económicas, etc…, estas cúpulas sindicales, que parecen ajenas al mundo que representan, hoy quieren añadir una línea más a su penoso curriculum. No es de recibo que se firmen acuerdos de prejubilación con determinados porcentajes salariales, y algunos “jetas” y oportunistas hayan pactado el 100% de su asignación. Mejor que hubieran luchado por una mejora colectiva del acuerdo de prejubilaciones.
Desde CGT insistimos en que no vamos a tolerar ninguna infamia más, y el Estatuto del Delegado, en la versión que quieren pactar estas organizaciones con la empresa, es la culminación de un proceso que significa la compra y el sometimiento de unos sindicatos, que no están a la altura de las circunstancias tan difíciles como las que se viven en el sector y en el Banco Santander, líder del negocio bancario, pero también líder en una política laboral dura y autoritaria.
Sección sindical de CGT en el Banco de Santander
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Fuente: Sección sindical de CGT en el Banco de Santander
