Ya han pasado siete meses desde que el joven tunecino Mohamed Bouazizi se suicidó a lo bonzo en su pueblo natal de Sidi Bouzid desatando un cataclismo que, lejos de disiparse, se aviva con inusitada vilurencia.
En el contexto de la confrontación social y la agitación política el pueblo Sirio contempló estupefacto a través de la cadena de TV catarí Al Jazeera las transmisiones en directo de las revueltas en Túnez, Egipto, Yemen o Libia. -¿por qué no podían ellos hacer lo mismo?
En Siria el levantamiento popular comenzó el día 3 de
febrero en la ciudad de Deraa
tras la detención de varios menores de edad que escribían consignas
contrarias a Bashar en las paredes. Aprovechando la plegaria del
viernes o el yuma la turba enfurecida se echó a la calle a exigir
justicia y libertad. Una afrenta imperdonable reprimida a balazos por
las fuerzas del orden.
La
insurrección Siria podríamos calificarla, sin lugar dudas, de
espontánea y en simpatía con la revueltas de la dignidad árabes.
Sencillamente han aprovechado la coyuntura histórica para
amotinarse. Hay quienes
intentan hacernos creer que todo esto ha sido premeditado, que han
intervenido fuerzas oscuras para provocarlo. Tal
vez pensando que un pueblo sumiso y oprimido es incapaz de reaccionar
por si solo. El gobierno Sirio no se cansa de repetir que es víctima
de un «complot terrorista»,
que esta es una agresión orquestada desde el exterior con el
objetivo de crear la zozobra y desestabilizar el país.
Así
se cumple una de las más infames paradojas: Los militares sirios se
arrodillan ante Israel mientras que no les tiembla la mano a la hora
de exterminar a su propio pueblo.
Los
que vivimos en el área y hemos viajado por Siria no como turistas,
sino como investigadores sabemos como actúa el régimen baazista de
Bashar el Assad. No olvidemos que en el año 1982 ocurrió un
genocidio similar cuando Rifaat al Assad, hermano menor del fallecido
Haffez al Assad, encabezó el asalto contra
el feudo de los Hermanos Musulmanes en
Hama que
dejó más de 30.000 muertos.
El
presidente Bashar afirma que las revueltas están organizadas por
agentes de la CIA y el Mossad, que el príncipe saudí Bandar Ben
Sultan patrocina los comandos Takfiri integrados por islamistas
radicales. Para demostrarlo las fuerzas de seguridad exhiben
cadáveres de los « mercenarios » a los que se les ha
incautado enormes arsenales de armas y explosivos. Sucios
montajes que tratan de
justificar los crímenes de lesa humanidad que han dejado miles de
muertos, heridos, refugiados, desaparecidos, torturados o
secuestrados.
Para
llevar a cabo su «heróica
misión»
existe un organismo clave: el temido servicio secreto sirio o
«Muhabarath» Desde
el cuartel general ubicado en Damasco se maneja el complejo entramado
de espionaje capaz de infiltrarse hasta en la más remota aldea.
Quien
no conozca las tradiciones, quien ignore la idiosincrasia, el
imaginario colectivo, o la psicología de masas difícilmente podrá
comprender el funcionamiento de una cultura musulmana con un profundo
contenido religioso.
Los
dictadores y monarcas utilizan astutamente la «assabiya»
o
solidaridad tribal para estrechar aun más sus vínculos y afianzar
lealtades. Por ejemplo, en Argelia el clan del Tlemencen respalda a
Bouteflika, en Libia Gadaffi era apoyado por la tribu Gadaffa, en
Jordania los Hachemitas cuentan con el respaldo de las tribus
beduinas, en el Yemen, al tirano Ali Abdallah Salhe lo avala la tribu
de Sanhan y en el caso de Siria la tribu Kalabiya de la rama Alawita
es la que sostiene a Bashar el Assad. Su padre Hafez el-Assad llegó
al poder en 1970 gracias a un golpe de estado y tras su muerte en
el año 2000 nombró a Bashar su heredero protagonizando este la
primera sucesión dinástica en una república árabe.
Los Alawitas, aunque representan menos del 11% de los 22 millones de
habitantes, ejercen el control militar, económico y político del
país.
Bashar
al Assad está empeñado en aplastar la revuelta a como dé lugar, ya
sea a plomo y a bombazos debe extirpar de raíz la mala hierba.
Los
comandos de « Chabihas »
o
matones se distinguen fácilmente pues son altos, musculosos y van
vestidos de negro. Pertenecen a los cuerpos de élite entrenados cual
perros de presa para eliminar o torturar a sus enemigos. En especial
sacan a relucir toda su valentía con las mujeres, los ancianos o los
niños. Otro actor importante es el cuerpo de francotiradores que
escondidos en los tejados de los edificios disparan con precisión
sembrando el pánico entre los manifestantes. El método aplicado por
la policía para desmovilizar las protestas es infiltrar agentes
provistos de garrotes eléctricos que dejan fuera de combate a los
líderes o cabecillas. Acto seguido entran en acción los
« chabihas » y ponen a buen recaudo a los « peligrosos
extremistas ». Se
calcula que más de 10.000 manifestantes han sido detenidos,
a los que hay que sumar un número incierto de secuestrados y
desaparecidos (con toda probabilidad enterrados en fosas comunes) La
realidad supera a la ficción: los
hospitales públicos se han trasformado en centros de tortura
y aquellos heridos sospechosos de participar en las protestas se les
aplica un « tratamiento de choque » a base de picana o
fierros candentes.
Ante
la flagrante violación de los derechos humanos la comunidad
internacional ha decidido presionar al régimen sirio para que ponga
fin a las hostilidades. La ONU o la Liga Árabe emiten comunicados de
condena ante el « uso
excesivo de la violencia » y
exigen que se acabe de una vez por todas la carnicería. Bashar
pretencioso les da largas y asegura por enésima vez que sus tropas
están a punto de terminar la ofensiva que sólo persigue devolver la
« paz
y la tranquilidad »
a sus ciudadanos.
El
ejército sirio en su demencial escalada de violencia emplea tanques
y artillería pesada contra los rebeldes. Incluso disparan desde
helicópteros, aviones de combate y barcos de guerra. Poblaciones
como Deraa, Homs, Hama, Latakia, Baniyas, Tafas, Tal Kalaj, Idlib, y
algunos barrios de Alepo han recibido un castigo inmisericorde. Las
tropas se encuentran acuarteladas sin ningún contacto con el
exterior y en el momento en que salen a la calle a reprimir a los
manifestantes sus superiores les ordenan dispararles aduciendo que
son « peligrosos
terroristas enemigos de Siria » Aquellos que se nieguen a
cumplir las órdenes corren el riesgo de ser ajusticiados por
traición a la patria.
¡Todos
al paredón! Carguen, apunten, ¡fuego!
A
estas hienas ahítas de sangre no les importa torturar, violar o
rematar a los heridos a balloneta calada. Cómplices activos del
sionismo internacional ¿puede
haber mayor perversión y cobardía? La dictadura baazista en su
desesperación ha optado por desatar el apocalipsis.
Una
diabólica decisión que también tomaron en su momento Mubarak,
Gadaffi, Saleh y Ben Ali.
¿Qué pasa por la mente de estos infames genocidas que no tienen el
menor escrúpulo en cometer los delitos más horripilantes? ¿Quién
puede defender que se descuartice a los niños o se les ejecute con
tiros de gracia? ¿Acaso son mercenarios al servicio de la OTAN?
Las
respuesta es un grito desgarrador de furia contenida. Han perdido el
miedo a las balas y los obuses y prefieren la palma del martirio a
seguir humillados a perpetuidad.
Los
dirigentes árabes endiosados por el culto a la personalidad y
protegidos por sus ejércitos particulares se dedican descaradamente
a la corrupción y el latrocinio. Amantes del lujo y el dinero no
escatiman esfuerzos en ver cumplidos sus caprichos megalomaniacos.
Esta es una mascarada donde sólo reluce la mentira y la hipocresía.
Siria
no ha firmado un alto el fuego definitivo y todavía mantiene el
estado de guerra contra los judíos. Por lo tanto la «Ley
de Seguridad»
sigue vigente y otorga medidas excepcionales a la policía o a los
militares para actuar con total impunidad y cometer todo tipo de
atrocidades.
Bashar
para ganar tiempo y apaciguar los ánimos ha prometido una apertura
política, la legalización de los partidos ilegales y la derogación
de la «ley
de seguridad».
En un gesto de buena voluntad el gobierno ha convocado elecciones
municipales para el mes de diciembre confiado en que,
tal y como sucedió en el referendum presidencial de 2007, el
Baazismo conseguirá el 97% de los votos.
Desde
el final de la guerra de los «Seis
Días» Siria
jamás ha respondido a un ataque de Israel. Ni siquiera cuando el 6
de septiembre del 2007, en la operación «Huerta»
la aviación judía bombardeó las instalaciones donde se
desarrrollaba en secreto su programa nuclear.
Por
su origen chiita esta tribu o secta alawita (a la que los sunnitas
consideran una herejía) le unen estrechos vínculos con Teherán y
los grupos chiitas radicados en el Líbano e Iraq. Siria patrocina el
movimiento de resistencia islámica Hezbolá y Hamas. Su
incondicional apoyo a los palestinos es un aval que le granjea
simpatías entre la izquierda internacional.
El partido socialista baazista, seglar y panarabista contó en la
época de la guerra fría con una importante ayuda de la antigua
Unión Soviética quien le surtió de un inmenso arsenal
armamentístico. Actualmente Rusia continúa su cooperación militar
a cambio de utilizar los puertos de Latakia y Tartous que le
garantiza una presencia en el Mediterráneo oriental . De ahí que la
OTAN sea la primera interesada en que caiga el gobierno gobierno
sirio para así afianzar sus intereses geoestratégicos en la región.
De este modo debilitaría a Irán, Hezbolá y Hamas que son sus
principales enemigos. Estados Unidos, desde la época del presidente
George Bush, califica a Siria como uno de los países miembros del
«eje
del mal»
junto a Irán y Corea del Norte. Israel amenazado por todos los
frentes prefiere que se mantenga el actual status quo en la región
que negociar la paz con democracias plenamente constituidas.
La
economía Siria se encuentra totalmente colapsada y ya comienza a
sentirse la escasez de productos de primera necesidad. La situación
es tan deplorable que los comerciantes cierran las puertas de los
negocios y la población está cada día más desabastecida. Los
48 años el baazismo han cimentado un estado semifeudal donde los
índices de pobreza son escandalosos.
El desempleo raya el 30% y la inflación día a día se dispara
incontrolable. Los presupuestos del estado se destinan principalmente
en gastos de seguridad y a pagar los sueldos del funcionariado y la
milicia. A causa del embargo petrolero instaurado por la UE el estado
dejará de percibir 2.250 millones de dólares. Este es un recurso
vital para mantener a flote la dinastía Assad. La clase empresarial
comienza a inquietarse pues EEUU
y la UE han roto sus lazos comerciales con Siria y llaman a un boicot
internacional en su contra.
Para empeorar el panorama Turquía ha anunciado que si no cesan los
atentados contra la población civil, les cortará el suministro
eléctrico.
El
gobierno ha prohibido la presencia de periodistas extranjeros y de
observadores internacionales pues no quiere intrusos ni testigos
incómodos – En todo caso los propios manifestantes se las han
ingeniado para subir al Internet las imágenes de la Intifada
Siria.
Un testimonio invaluable que denuncia al mundo la atrocidad de las
masacres y la magnitud del genocidio cometido por las tropas de
Bashar al Assad.
Por
ahora una intervención humanitaria como reclaman Francia y EEUU es
poco probable pues Siria cuenta en el Consejo de Seguridad de la ONU
con el veto
de Rusia y de China,
sus dos principales valedores.
Mientras
tanto la televisón oficial intenta transmitir una sensación de
normalidad y emite sin descanso la propaganda del partido Baazista.
Una liturgia imprescindible para levantar los ánimos y estimular el
nacionalismo barato en momentos tan críticos. Un pueblo derrotado y
humillado por los judíos en las guerras del 67 y el 73 necesita una
inyección urgente de moral virtual. En las calles los partidarios de
Bashar enarbolan miles de fotos del «padre de la patria» que
gentilmente esboza una sonrisa de cumplido. Quién
se va a imaginar que tras ese respetable oftalmólogo graduado en la
Universidad de Damasco y con un master en el Western Eye Hospital of
London se esconde un matarife de la peor calaña.
Para
reafirmar la fidelidad al « rais » periódicamente se
convocan multitudinarias manifestaciones a las que están obligados a
asistir los funcionarios, los estudiantes, los sindicatos y todos los
gremios de trabajadores al servicio del estado. Una escenificación
hitleriana teledirigida por el servicio de propaganda donde
despliegan por las plazas y avenidas de la capital banderas
kilométricas y gigantescos retratos del « glorioso timonel ».
Las masas enardecidas entonan cánticos de homenaje « ¡alha,
siria bashar! » apasionados
los poetas recitan: «Siria,
mi amor, me devolviste mi honor, mi identidad en la batalla y las
armas, y en la llama de la lucha»
La agencia oficial de noticias SANA se ha especializado en intoxicar
y desinformar a la opinión pública inventado una realidad paralela
acorde con la línea trazada por los dirigentes del Partido Baazista.
Si
se convocaran hoy unas elecciones libres sin ningún genero de dudas
los Hermanos
Musulmanes
sería la fuerza mayoritaría. Una realidad que infunde temor y
desconfianza entre las comunidades drusas, chiies, wuannabies, los
cristianos, yasidíes, armenios o la misma burguesía sunni (el gran
mufti de Siria Ahmad Badreddin Hassoun es un reconocido partidario de
Bashar) pues lo más seguro es que se radicalicen los sentimientos de
odio y de venganza. Las tensiones religiosas y étnicas entre
Alawitas y Sunnitas son cada vez más frecuentes y los barrios
comienzan a dividirse por sectores. Una situación tan explosiva
puede desencadenar una guerra civil de consecuencias catastróficas.
Recordemos que estamos en una de las zonas más explosivas del
planeta por culpa del conflicto palestino-israelí.
Se
habla de una posible intervención del ejército turco (miembro de la
OTAN) en la zona fronteriza de Hatay ante las contínuas operaciones
de castigo que llevan a cabo los militares sirios.
Turquía, que antes de que se iniciaran las revueltas, era un cordial
aliado de Siria -ambos firmaron un tratado de defensa y seguridad (
1.000. 000 de Kurdos residen en Siria y representan un peligro
latente para la seguridad de Turquía) ahora reniega del gobierno de
Damasco.
Quizás
la mayor virtud de la familia Assad haya sido convertir a Siria en
una empresa privada.
El secreto consiste en colmar equitativamente la avaricia de sus
miembros. Estos facinerosos se embolsa un gran porcentaje del PIB,
domina el sector financiero, el tráfico de armas, las reservas de
petróleo, el turismo y reciben jugosas comisiones de las compañías
transnacionales. Los funcionarios, la policía y el ejército, al
servicio del partido único, devoran más del 60% del presupuesto
estatal. Es necesario comprar lealtades y repartir prebendas para
premiar la fidelidad de los jefes tribales y autoridades religiosas.
En
esta larga lista de hermanos, tios, primos, nueras, cuñados cabe
destacar a Jamil
al Assad,
hermano de Haffez parlamentario y comandante de la milicia, Bushara
al Assad,
hija de Haffez propietaria de la industria farmacéutica Siria y
casada con el general Assef
Shawqat
jefe del ejército Sirio y de la inteligencia militar, el malogrado
Basir
al Assad gigolo
y vividor muerto en un accidente automovilístico, Bashar
al Assad
presidente de Siria desde el 2000 y cabeza visible de la mafia, Asma
al Assad
primera dama de Siria y promotora de la multimillonaria Ong «Massar»
que cumple tareas caritativas en beneficio de la niñez desprotegida,
el teniente coronel Maher
al Assad,
hermano de Bashar, director de la guardia presidencial, la 4 división
del ejército y miembro del buró político del partido Baaz. Este
vil verdugo que planifica los ataques contra la población civil se
vio envuelto en el escándalo de fraude y corrupción que llevó a la
quiebra del banco libanés Al Madina. General
Adnan Makhlouf,
primo de Anisha, la antigua primera dama, comandante de la Guardia
Republicana, Aqbdul
Fattah Qudsiyeh
director de la inteligencia militar y encargado de mantener lealtad
de la tropa a cualquier precio, Adnan
al Assad
primo de Hafez jefe de loa milicia armada de Damasco, Muhammad
al Assad,
primo de Hafez, líder de la milicia armada Baazista, Rami
Makhlouf,
primo de Basha, magnate dueño de Syriatel, empresas de construcción,
duty free, cadenas de televisión, y una aerolínea. En fin, como
pueden ustedes observar esto es lo más parecido a la «cosa
nostra».
Además el ejército sirio funge como una empresa más de recaudación
pues aquellos soldados que deseen librarse del servicio militar con
pagar una cuota mensual a los altos mandos, obtienen la cartilla de
reservistas.
Según
Human Right Watch y Amnistía Internacional hasta mediados del mes de
noviembre se han contabilizado más de 4.000 muertos
-Bashar contradice esta cifra y tan sólo reconoce 690, siendo la
inmensa mayoría miembros de la fuerzas de seguridad- ignoramos por
completo el número de desaparecidos, torturados pero algunos
observadores piensan que pueden pasar de los 3.000. La ciudad de Homs
y de Tal Kalaj han sido arrasadas por el ejército sirio para
escarmentar a los rebeldes. Es curioso pues usan los mismos métodos
de exterminio que aplican los judíos contra los palestinos en Gaza y
Cisjordania. La ONU ha redactado un completo informe sobre la
violación de los derechos humanos en Siria y ya tiene preparada una
denuncia para llevar a los altos mandos militares ante el Tribunal
de la Haya.
Muchos
analistas creen que el gran favorecido de toda esta crisis es Israel.
Los judíos, -¡culpables del genocidio palestino!- señalan a los
Sirios con el dedo acusador calificándolos de «bestias
que exterminan a su propio pueblo»
La prensa de Tel Aviv apunta que las revueltas árabes son una prueba
más de «la
barbarie y la descomposición de sus enemigos»
«¿podremos sentarnos a negociar la paz con estos monstruos?» -se
preguntan los editorialistas del diario Haaretz. Orgullosos los
políticos del Knéset se jactan de ser la «única democracia de
toda la región» –«En
Israel la población árabe tiene más derechos que en cualquier país
de Oriente Próximo» –declara
exhultante Benjamín Netanyahu.
Desde
que el ejército judío derrotó y humilló a los sirios en la guerra
de los Seis Días y el Yom Kippour estos permanece atrincherados sin
que se atrevan a recuperar el terreno perdido. Pero ahora
aprovechando el fragor de las protestas tienen la oportunidad de
afinar la puntería disparando sobre jóvenes, mujeres, ancianos o
niños. Si
Israel expulsa a los palestinos de su propia tierra, el ejército
sirio no se queda atrás provocando un éxodo de más de 20.000
pobladores que han tenido que buscar asilo en Turquía, Líbano o
Jordania.
¿será que ambos países han firmado un acuerdo de cooperación para
afrontar asuntos tan tenebrosos?
Cueste
lo que cueste las jóvenes generaciones de los países árabes se
batirán a duelo por conquistar un futuro mejor.
Este es un hecho irreversible. En Siria la presión demográfica no
da tregua pues los menores de 15 años sobrepasan el 40% de la
población. ¿cómo asumir sus exigencias de empleo, educación,
salud o de vivienda? Si no se satisfacen las legítimas demandas el
malestar social se radicalizará. Las
sociedades musulmanas están fuertemente secularizadas y utilizan los
medios de comunicación modernos y avances tecnológicos que
estimulan el pensamiento crítico. Una
democracia exitosa en Egipto o en Libia sería un precedente
peligrosísimo para estas dictaduras y monarquías despreciables.
En
Siria la prensa, la radio, la televisión, el internet, los teléfonos
móviles se hallan sujetos a una férrea censura. El
Muhabarath
(La central de inteligencia) se mantiene 24 horas a la escucha listos
para echarle el guante a los disidentes y conspiradores. Una muestra
de ello fue la brutal paliza que le propinaron los esbirros de Bashar
al famoso caricaturista Ali
Ferzat
que por poco le cuesta la vida ¿Se han pronunciado los intelectuales
progresistas de izquierda sobre este vil atentado a la libertad de
expresión?
El
viernes, como es habitual, se celebra el
salat yuma,
el día sagrado de los musulmanes. Es la oportunidad propicia para
que, tras el rezo en las mezquitas, el pueblo exprese su descontento
en las calles. Codo a codo, hombro con hombro las multitudes marchan
al unísono gritando ¡Alha
uakbar!
Eufóricos no se cansan de repetir las estrofas del himno de la
revolución «¡yalla
erhal ya Bashar!
«¡vete ya, vete ya,
Bashar»
saben que en cualquier momento las fuerzas del orden dispararán a
mansalva su infernal carga de plomo y de metralla. « El
viernes de la ira »,
« el
viernes por la libertad de los niños»,
« el
viernes de los mártires »
y así sucesivamente hasta que llegue el ansiado «viernes
de la victoria»
Es
tal el estado de indigencia y abandono que sufre el campesinado sirio
-que representa el 50% de la población del país- que buena parte
del alzamiento se ha desarrollado en el ámbito rural Los centros
urbanos como Damasco o Alepo permanecen blindados por el ejército
sin que se hayan producido incidentes relevantes.
Ni
las resoluciones de la ONU o de la Liga Árabe han logrado frenar el
derramamiento de sangre.
El gobierno francés reclama una intervención humanitaria urgente,
Obama reitera que Bashar está deslegitimado para continuar en su
cargo, el presidente turco Erdogan le recuerda cómo acabaron Hitler
y Gadaffi, el rey Abadalá de Jordania le recomienda que escuche a su
pueblo y abandone inmediatamente el poder.
Una
guerra fratricida de tales proporciones tienen un lógico desgaste y
buena parte de la tropa, mayoritariamente sunnita, prefieren
desertar. Incluso algunos mandos de relevancia como el coronel Assad
han organizado el Ejército
Libre de Siria
que cuenta ya con 22 batallones. Esta es una prueba más de la
quiebra y el derrumbe de la dictadura.
En
las últimas semanas se ha abierto un nuevo frente de lucha en Deir
Ezzour
donde los sublevados se pertrechan con armamento de contrabando
procedente Iraq. Los Comités de Defensa Popular han optado por la la
resistencia armada pues los militares sirios le han declarado la
guerra a su pueblo. La legítima defensa es un derecho inalienable
que no admite discusiones.
Hace
unos meses se creó en Estambul el Consejo
Nacional Sirio,
una especie de parlamento en el exilio que aglutina un variopinto
mosaico de etnias y confesiones: islamistas, izquierdistas,
nacionalistas, cristianos, drusos y kurdos. En el nuevo espectro
político sobresalen personajes de reconocido prestigio como
Riyad Turk,
antiguo primer secretario del Partido Comunista, Burham
Ghalioun,
un árabe sunni de Homs, el escritor marxista cristiano Michel
Kilo,
Haytham
Al -Maleh
defensor de los derechos humanos, el exdiputado de la asamblea del
pueblo, Riyad
Seif.
Buena parte de la intelectualidad Siria ha tomado partido por los
insurrectos pues comprende que el Baazismo ha entrado en una fase de
autodestrucción. Se proyecta fundar un estado aconfesional,
multipartidista con separación de poderes, convocar una asamblea
constituyente y elecciones libres en el más corto plazo. Un
hecho trascendental es que Irán ya se puso en contacto con el
Consejo Nacional Sirio.
La
izquierda europea, muy especialmente la española, cierra filas en
torno a Bashar,
se rinde a sus pies pues lo considera el adalid de la causa
Palestina. Bashar es un « destacado revolucionario » del
Partido del Renacimiento Árabe y Socialista, Baaz, whada, hurriya,
ishtirakiya; unidad, libertad y socialismo. Que ha decidido enfrentar
heroicamente la amenanaza del imperialismo y su brazo armado, la
OTAN.– « Los medios de comunicación occidentales intentan
desprestigiar a un gobierno democráticamente constituido que lucha
por la libertad de su pueblo ».
La
línea dura la marca el presidente Hugo Chávez que calificó a
Bashar de «humanista»
también
dijo que Gaddafi era el «Simón
Bolívar de África»
y al final el « libertador libio » terminó como un perro
sarnoso tirado en una cuneta. Las manifestaciones de solidaridad con
el pueblo sirio, aunque minoritarias, se han convocado en distintas
ciudades de EEUU y Europa. La indignación no cesa y es necesario que
la presión persista para aislar por completo a la dictadura a nivel
internacional.
La
palabra árabe «zahurat»
significa huracán y por analogía define el concepto de revolución.
Este zahurat o simún del desierto es el que estremece unas
sociedades avocadas al fracaso. ¿debe resignarse esta gran humanidad
a seguir atormentada bajo el yugo de los despotas y tiranos? El mundo
contemporáneo es testigo del advenimiento de una nueva hégira, se
inicia un nuevo ciclo histórico de un gran significado político,
cultural y religioso.
La
Intifada Siria
hace parte de un proceso doloroso que venía gestándose en silencio,
años décadas, quizás siglos de paciente espera. Porque antes de
cualquier pronunciamiento ideológico o teórico estuvo la acción.
En estas sociedades la vida comunitaria, la ayuda mutua, la autonomía
y la propiedad colectiva fueron sus pilares milenarios castrados por
el colonialismo europeo, y el imperialismo americano. El
sueño utópico de un mañana mejor es intrínseco al ser humano
y por más obstáculos que se interpongan en el camino tarde o
temprano se irán demoliendo las estructuras opresoras.
Palestina
ha enseñado a sus hermanos de Yemen, Libia, Egipto, Túnez o Siria a
resistir, a reaccionar con valor y coraje.
La dignidad humana no admite atajos ni vacilaciones. Es el momento de
abandonar la postración secular y plantarle cara a los príncipes,
reyes o dictadores. Estamos ante una auténtico estallido
revolucionario de deseos, iniciativas y luchas que no se ciñen a lo
meramente político sino que afectan todos los campos de la vida
cotidiana.
Carlos
de Urabá 2011
Ramtha,
frontera jordano -siria.
Fuente: Carlos de Urabá