El pasado viernes 20 de octubre, nos concentramos en Oviedo personas y colectivos de todo el Estado español para protestar por la concesión del Premio Princesa de Asturias de la Concordia a la UE.
El autobús de Ongi Etorri Errefuxiatuak de Bizkaia, fuimos abordados por más de 20 policías encapuchados, al recoger a l@s compañer@s de Gasteiz en Barakaldo, que revisaron el autobús, y nos retuvieron cerca de 1 hora mientras comprobaban nuestros datos.
Estos premios han sido siempre objeto de polémica, pero este año ha sido necesaria especialmente la contestación social ante la entrega del premio de la Concordia a la UE, una UE que está permitiendo y promoviendo un genocidio a sus puertas.
El autobús de Ongi Etorri Errefuxiatuak de Bizkaia, fuimos abordados por más de 20 policías encapuchados, al recoger a l@s compañer@s de Gasteiz en Barakaldo, que revisaron el autobús, y nos retuvieron cerca de 1 hora mientras comprobaban nuestros datos.
Estos premios han sido siempre objeto de polémica, pero este año ha sido necesaria especialmente la contestación social ante la entrega del premio de la Concordia a la UE, una UE que está permitiendo y promoviendo un genocidio a sus puertas.
No olvidemos que en el patronato de la Fundación Princesa están las grandes fortunas de este país, algun@s de l@s más directas responsables de la crisis económica, los desahucios de familias, la estafa eléctrica, los recortes de los servicios públicos y la deslocalización de industrias españolas. Una oligarquía que hace de esta institución la Corte del IBEX 35.
El análisis de las medidas tomadas por la UE para con las victimas de las guerras, la miseria provocada en la mayoría de los casos por las políticas de FMI etc. exige la retirada y el total rechazo al Premio Princesa de Asturias de la Concordia a la UE, este premio, se concede a quienes desarollen una labor que contribuya de manera extraordinaria y a nivel internacional, a la defensa y generalización de los derechos humanos, al fomento y protección de la paz, de la libertad, de la solidaridad, del patrimonio mundial y, en general, al progreso de la humanidad.
Pero esta es la realidad:
– 65 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares, huyendo de sus países en guerra, ante una Europa que lejos de resolver, favorece dichos conflictos fabricando y vendiendo armas. Insensible a los DDHH.
– El Mar Mediterráneo y las fronteras europeas son fosas comunes donde miles de personas pierden sus vidas, 5000 en 2016, por culpa de los gobiernos europeos que les niegan sus derechos impidiéndoles entrar por las fronteras, incumpliendo la legislación internacional, y contribuyendo a rutas cada vez más peligrosas.
– Violentas acciones policiales y militares contra las personas que piden refugio y asilo en las fronteras.
– Desaparición de al menos 10.000 menores en territorio europeo a manos de las redes de trata o las violencias basadas en el género a mujeres y niñas, colectivo especialmente vulnerable, así como quienes huyen por problemas de identidad sexual, colectivos de LGTBI.
– Más de 72.000 personas permanecen atrapadas debido al cierre de fronteras con vallas y concertinas, que no hacen más que aumentar en toda Europa, próximamente veremos nacer un nuevo muro en el puerto de Bilbao.
– Lentitud por parte de los gobiernos para cumplir con las obligaciones de dar asilo y refugio, no se han cumplido ni de lejos los exiguos cupos que se impuso.
Hay razones suficientes para calificar como una absoluta vergüenza la concesión del premio de la Concordia a la Unión Europea, que niega sus derechos a quienes huyen de la muerte y la guerra.
Nuestro rechazo a una UE que utiliza la Ayuda Oficial para el Desarrollo como medio para imponer políticas de control de fronteras, Turquia, Libia, Marruecos, que suponen la violación de los DDHH, e instrumento de chantaje a los países de origen de las personas refugiadas de guerras, miseria inducida por el cambio climático, persecución por ideas u opciones sexuales… lejos han quedado las 160.000 personas que la UE se comprometió a acoger, el estado español sólo lo ha hecho a 1900 de las 17.000 acordadas. ¿Dónde están las políticas que garanticen vías seguras y legales de llegada, acogida y asilo?
Esta es la Concordia de la UE a la que premia una Fundación dirigida por la oligarquía y representada públicamente por un Rey que no nos representa, acudiendo Rajoy, este año tan especial con el conflicto de Cataluña, y que da cabida a todo un cónclave europeo, desfile de la opulencia, el capital y la corrupción.
Nuestro rechazo a una UE que lejos de fomentar la solidaridad de los pueblos, ha creado una Europa desigual, insolidaria y cruel con los pueblos, a la vez que generosa y sumisa al capital.
La VERGÜENZA no merece un premio.
Frente a su VERGÜENZA, nuestra SOLIDARIDAD.
Bilbao 21 de octubre 2017
Marga G. Enguix
Fuente: Marga G. Enguix