“Vivir sin nucleares” es el lema que lucen los personajes insignes de la ciudad, denunciando el despilfarro energético propio de estas fechas y reivindicando el cierre de la central nuclear de Garoña, cuya licencia de actividad finaliza en el 2009.
Ante el actual panorama de crisis ambiental parece paradójico que los adornos navideños sean principalmente luminosos, con el gasto que tiene asociado. Ecologistas en Acción de Burgos hace un llamamiento a la creatividad y originalidad para decorar la ciudad de otra forma, que no suponga un despilfarro de energía.
Es necesario reducir nuestro consumo energético y avanzar en la sustitución de energías sucias por renovables, que eliminen el enorme riesgo que suponen para la salud de las personas, bienes y medio ambiente. La central nuclear de Garoña es un claro ejemplo de peligro para las generaciones presentes y futuras. Su aportación al sistema eléctrico en el año 2007 fue tan solo de 3.478 Gigavatios-hora (Gwh), lo que supone un 1,28% sobre el total de generación neta de electricidad de ese año (que fue de 271.372 Gwh) en España. Podemos afrontar el cierre de la central, ya que su aportación es pequeña y totalmente prescindible.
El actual modelo de vida aumenta la demanda energética creándonos necesidades que realmente no son básicas, caminando hacia un modelo insostenible. Mantener nuestro nivel de consumo no es compatible con la protección del medio ambiente porque lo que se necesita es realmente REDUCIR. La única energía ecológica es aquella que no se consume, y el derroche se traduce en un fatal regalo de navidad para el cambio climático y en una herencia de residuos nucleares de 10.000 años de actividad.
Fuente: Ecologistas en Acción de Burgos