Según los datos del Ministerio de Trabajo relacionados con las estadísticas sobre accidentes laborales correspondientes al primer semestre de 2022, entre enero y junio se han producido 310.211 accidentes laborales, frente a los 262.355 que tuvieron lugar durante el primer semestre del año pasado. En estos accidentes perdieron la vida mientras trabajaban 394 personas, una cifra que supone un aumento del 18% respecto al 2021.

Las muertes en el tajo de las personas trabajadoras siguen siendo preocupantes, vergonzosas y consecuencia directa de las condiciones laborales a las que se enfrenta la clase obrera en el actual mercado de trabajo. Quienes tienen que ganarse la vida lo hacen en condiciones de precariedad y en entornos donde los derechos y las libertades, que tanto nos costaron alcanzar, sufren retrocesos y recortes a pasos gigantescos.

Las Reformas Laborales y las “reformas” de las Reformas Laborales de quienes asaltaron por fin los cielos, lejos de paliar las consecuencias de estas circunstancias, han venido a consolidar las condiciones que obligan a miles de trabajadores y trabajadoras a sobrevivir precariamente y condenándoles en muchos casos a una muerte casi segura. Y por eso no es extraño que las muertes de personas trabajadoras, aun pudiendo evitarse, sean tan abundantes, como se reflejan en los datos de las estadísticas del propio Gobierno español.

Estas muertes no son justificables y sí inadmisibles, precisamente porque no podemos hablar de “muertes” sin más. Porque a miles de personas de clase trabajadora se las está empujando a sobrevivir en unas condiciones límite, y en muchos casos el miedo y la incertidumbre obligan a quienes no tienen más remedio que aceptar cualquier tipo de trabajo por encima de su seguridad y de su salud laboral. Vivir con miedo y sin saber qué pasará con tu vida y la de quienes dependen de ti es también una manera de violencia que conduce, inevitablemente, a situaciones emocionales donde se aceptan las reglas del juego impuestas por la patronal, el empresariado, la banca y la burguesía sentada en los parlamentos democráticos.

Por otro lado, las noticias sobre la muerte de personas mientras trabajan no ahondan en las circunstancias en las que estas pierden la vida. Los medios de comunicación, en el ejercicio de su labor informativa, exponen las muertes como sucesos derivados de accidentes sin más, obviando todo el violento sistema que sustenta el mercado laboral actual donde la mayoría social se juega la vida y la salud por una oportunidad de futuro mejor.

Desde CGT seguimos manteniendo que los derechos laborales son conquistas que se alcanzaron mediante la lucha de trabajadores y trabajadoras. Las muertes de personas trabajadoras mientras se ganan la vida no pueden continuar teniendo como única respuesta comunicados y minutos de repulsa puntuales. Es hora de organizar una respuesta contundente que obligue a la clase política a poner en marcha medidas eficaces contra esta lacra social sin más demora.

Secretariado Permanente del Comité Confederal
Gabinete Confederal de Prensa y Comunicación


Fuente: Secrerariado Permanente del Comité Confederal de la CGT