Madrid.- Un hombre de 43 años y nacionalidad ecuatoriana, cristalero de profesión, ha muerto hoy en el municipio madrileño de Valdemoro al precipitarse al vacío desde un quinto piso de un edificio en construcción.
El fallecido, Rooverg Agustín Allatance Corrales, se encontraba «seccionando la red que recubría el edificio a la altura del quinto piso cuando, tras aproximarse excesivamente desde el hueco de la ventana hasta la citada red, perdió el equilibrio y se precipitó al vacío», según han explicado a Efe los secretarios de Salud Laboral de UGT y CC OO de Madrid, Marisa Rufino y Carmelo Plaza, respectivamente.
Ambos sindicatos consideran que si el trabajador hubiera llevado arnés, ahora no sería la víctima número 74 en accidentes de trabajo en lo que va de año en la Comunidad de Madrid, el 15 en el sector de la construcción.
El accidente se producido sobre la una de la tarde en un edifico en obras situado en el número 30 del paseo de la Estación, donde antiguamente se encontraba una fábrica de aceites, en el nuevo barrio de Valdesanchuela.
«Se da la circunstancia de que el único testigo del accidente ha sido el propio hermano del fallecido que trabajaba con él», ha manifestado a Efe el concejal de Seguridad Ciudadana, Manuel Salesa.
Como consecuencia de la caída el obrero sufrió traumatismo craneoencefálico severo con hundimiento craneal anterior, según han informado a Efe fuentes de Emergencias Comunidad de Madrid 112.
Los portavoces de CC OO y UGT han denunciado la falta de medidas de prevención y de coordinación en la obra.
Rufino ha lamentado el accidente y ha exigido de nuevo tanto a la Administración regional como al empresariado «el máximo celo» en el cumplimiento de la normativa de prevención de riesgos con la finalidad de evitar más tragedias en el tajo.
Para el portavoz de CC OO, detrás del accidente hay «una clara falta de coordinación» entre la empresa principal y las subcontratas en materia de planificación de la prevención de riesgos laborales y «una falta de formación específica» del trabajador accidentado.
«No contaba con arnés dotado de línea de vida, lo que supone constituye ausencia de medidas de prevención y un mal procedimiento de trabajo», ha recalcado Rufino.
La empresa para la que trabajaba el cristalero es una subcontrata, Amaya y Guzmán, que prestaba a su vez servicios a otra, Vitral, contratada por Dragados para la construcción de 239 viviendas, según los sindicatos.
UGT-Madrid insiste en que de haberse cumplido la normativa en materia de prevención de riesgos laborales, el accidente mortal de hoy se podría haber evitado.
Por ello, el sindicato exige al empresariado «el mayor compromiso» en la lucha contra esta lacra que ha segado la vida de 74 trabajadores desde enero, de los cuales 15 eran del sector de la construcción.
UGT Madrid reclama la ejecución inmediata de las medidas preventivas que aparecen recogidas en el III Plan Director de Riesgos Laborales de la Comunidad de Madrid, la firma de los convenios contemplados en el mismo, la publicación del listado de empresas infractoras y la aplicación de Ley de Subcontratación en el sector de la construcción.
Fuente: EFE