En todos los países, los gobiernos están tomando medidas relacionadas con la pandemia de coronavirus. Las incoherencias son numerosas, debido principalmente a la preocupación por proteger los intereses patronales.

En muchos países esto llega después de años de ataques contra los sistemas de salud públicos y, más ampliamente, de todos los servicios públicos; en otros, el subdesarrollo sostenido por el colonialismo, hace que la situación sea aún más grave. No menospreciamos la pandemia ni afirmamos que sea una «conspiración», pero no aceptaremos cualquier medida en nombre la supuesta «unidad nacional» con la que, como en otros temas, se nos quiere hacer olvidar que los intereses de quienes gobiernan el mundo no son los nuestros.

En muchos países esto llega después de años de ataques contra los sistemas de salud públicos y, más ampliamente, de todos los servicios públicos; en otros, el subdesarrollo sostenido por el colonialismo, hace que la situación sea aún más grave. No menospreciamos la pandemia ni afirmamos que sea una «conspiración», pero no aceptaremos cualquier medida en nombre la supuesta «unidad nacional» con la que, como en otros temas, se nos quiere hacer olvidar que los intereses de quienes gobiernan el mundo no son los nuestros. Se deben tomar medidas de emergencia, tanto materiales como financieras: es justo reivindicar que se apliquen. Pero también es necesario que no nos confiemos enteramente a los responsables políticos en esta situación y construyamos juntas una sociedad que vaya cabeza abajo.

¡Para los trabajadores y las trabajadoras con contratos precarios solo proponen desempleo!

Mientras presidentes, ministros y ministras y otras comunicadoras lanzan hermosas frases sobre «la necesaria solidaridad», la patronal actúa… como actúa la patronal: su preocupación es mantener los beneficios del accionariado. Los despidos de las trabajadoras y los trabajadores en precario se multiplican. En todo el mundo, las poblaciones más vulnerables serán las más afectadas por la pandemia de coronavirus. Sin vivienda, sin empleo, sin recursos y a menudo sin protección sanitaria accesible debido a la inexistencia o al deterioro de los sistemas públicos (hospitales, centros de salud, etc.).

Desempleo parcial, teletrabajo, guardería: ¿para quién? ¿cómo?

De un país a otro, las reglas – cuando existen – son diferentes. En caso de desempleo parcial no en todos los casos se garantiza el mantenimiento íntegro del salario. El teletrabajo no se puede aplicar a todas las profesiones y, cuando es posible, supone medidas de conciliación de las que muchas empresas no se preocupan. Las consignas patronales – tanto en el sector privado como en el público – son a menudo vagas, contradictorias y parcialmente inaplicables.

¡Exijamos a los poderes públicos lo que se nos debe!

Las decisiones gubernamentales deben ir acompañadas de medidas concretas, por ejemplo:

• Vacaciones pagadas y suspensión de las actividades laborales con el mantenimiento íntegro de los salarios para evitar la propagación del virus en los lugares de trabajo, con excepción de las fábricas de material sanitario, las farmacéuticas y del suministro de alimentos.

• Estabilidad laboral para todas las plantillas. ¡Ni un despido!

• Atención sistemática como accidente de trabajo a los trabajadores y las trabajadoras que se contagien.

• Indemnización al 100% en caso de desempleo parcial.

• Atención al 100% de las interrupciones del trabajo para el cuidado de los hijos.

• En los lugares de trabajo que todavía están en funcionamiento: reorganización de las actividades y asignación de medios de prevención, según las necesidades de los asalariados, que son también quienes están en mejores condiciones para definir las medidas que deben adoptarse. Los sindicatos, como agrupación de los asalariados que están sobre el terreno, están en condiciones de poner en común las propuestas, de discutir las posibles prioridades.

¡Y tomemos las riendas de la situación en nuestras manos!

Es el momento de pedir, por ejemplo, la nacionalización de las empresas sanitarias, el control de las existencias y la distribución de las máscaras, la instauración de una agencia pública del medicamento, la recuperación de los puestos de trabajo suprimidos en los hospitales públicos, etc. La situación actual nos lleva a plantearnos estas preguntas aún con más fuerza: ¿y si quienes primero sufren el contagio son quienes discuten, preparan y deciden los presupuestos de los hospitales, o de investigación, o quienes gestionan cualquier otro sector útil a la vida social?

1.430.000 millones de dividendos distribuidos a los accionistas de todo el mundo en 2019

Recordemos que los dividendos son solo una parte de los beneficios de las empresas. En lugar de «ayudar a las empresas» (de hecho, a los accionariados), como hacen los gobiernos capitalistas destructores del servicio público con sus tecnócratas y demás partidarios de las medidas liberticidas, hay que imponer otra lógica. La del movimiento social que, mediante sus luchas, conquistó la protección social, el sistema de salud público, la investigación pública – conquistas que los sucesivos gobiernos no han dejado de contener, alterar y desmantelar – y que ha producido y experimentado con otras muchas alternativas.

Salud, educación, transporte, alimentación, vivienda, etc., ¡las necesidades sociales de todos y todas pueden ser satisfechas si lo decidimos en común! ¡Detengamos las contrarreformas que destruyen nuestros derechos!

http://www.laboursolidarity.org/Luchemos-contra-el-coronavirus?lang=es


Fuente: Red Sindical Internacional de Solidaridad y de Luchas