Artículo publicado en RyN nº 379 de junio

Tras varios meses de campaña de recogida de bicicletas, por fin llegó el momento de completar la campaña Bicis Temporeras y entregar las 38 bicicletas recuperadas y puestas a punto por el Taller Social Ciclista Guindalera, a los trabajadores inmigrantes de Lepe.
El viaje lo hicimos con una camioneta alquilada, gracias al apoyo de CGT, que corrió con los gastos del alquiler. La gasolina, gastos de viaje y de los repuestos que se entregaron para el mantenimiento de las bicis, corrió a cuenta de varias paellas solidarias que realizamos en el local del taller. También contamos con el apoyo de Red SOS Refugiados Europa que aportó 500 € para la compra de material para ayudar a las personas más necesitadas y valorando allí lo que fuese más necesario.
Salimos el viernes y volvimos el domingo, fue un viaje rápido, pero cumplimos con los objetivos que nos habíamos marcado.
El viernes lo pasamos en carretera, llegamos tarde, y dejamos para el sábado el reparto. Por la mañana fuimos al Centro de día de ASNUCI donde habíamos quedado con nuestro contacto, Seydou, para realizar el reparto ordenado de las bicicletas. Los chicos nos ayudaron a bajarlas de la camioneta y almacenarlas dentro del centro, en una habitación, donde fueron revisadas y entregadas de una en una a las personas seleccionadas bajo criterio de mayor necesidad y trabajo precario. Una bicicleta puede cambiarles la vida, para buscar y mantener un trabajo y para desplazarse para hacer gestiones de todo tipo.
Se tardó un buen rato en hacer una revisión de cada una de las bicis, ya que con los vaivenes del viaje la mayoría se habían desajustado. El reparto fue ordenado, los compañeros de ASNUCI lo habían organizado bien, pero se alargó demasiado y no pudimos visitar el albergue que ASNUCI ha financiado con una campaña de crowfounding para dar techo digno a estas personas.
Habíamos quedado con Alfonso de “La Carpa Sevilla” para acompañarles en un reparto de material de primera necesidad en el asentamiento del Cementerio, donde varias personas se habían quedado sin nada tras el incendio de varias chabolas hace unas semanas, algo que es muy habitual. Allí nos encontramos. Nosotros subimos caminando en compañía de Seydou por un camino a cuyos lados se alineaban las chabolas, las personas se acercaban y nos señalaban la zona de los incendios, mientras subían al punto de reparto.
Algunos chicos se acercaron después del reparto, rondarían la mayoría de edad, para plantearnos su problema con la presentación de la solicitud de asilo porque no pueden empadronarse donde residen, los ayuntamientos de la zona les niegan ese derecho, pese a tener la obligación legal de hacerlo. El Ayuntamiento de Lepe sí lo está haciendo, al verse obligado por sentencia condenatoria ante una denuncia presentada por ASNUCI. Exigir este derecho es fundamental, es la manera que tienen de impedir que se tramiten las peticiones de asilo para las personas que allí se encuentran. Seydou concertó una cita con los chicos para asesorarles sobre cómo gestionar el padrón en Lepe.
Después de este encuentro, nos fuimos a Decathlon donde encargamos sacos de dormir, que fue lo que nos indicó Seydou que era lo más necesario para las personas más vulnerables.
Fue un día intenso y duro en muchos sentidos, pero recompensado por esa sensación de haber mejorado un poco la vida de algunas personas y haber servido de enlace entre la solidaridad de las personas que han participado en la campaña y estos hermanos trabajadores excluidos y maltratados.
El domingo por la mañana emprendimos el viaje de vuelta con el sentimiento de haber cumplido con nuestro objetivo, pero con la sensación de que queda todo por hacer, como un granito de arena en esa hermosa playa de la Antilla.
Nuestro agradecimiento a todas las personas y organizaciones que directa o indirectamente han colaborado en la consecución de esta campaña, con la que pensamos continuar.

SOS Refugiados Guindalera

 


Fuente: Rojo y Negro