Entre los aspectos peor conocidos e ignorados del franquismo figura el uso despiadado del trabajo esclavo. Batallones de trabajadores, destacamentos penales, talleres penitenciarios y colonias penitenciarias, donde purgaban sus penas los presos republicanos, supusieron un importante filón de mano de obra barata y manejable del que se beneficiaron la dictadura y la empresa privada.

Entre los aspectos peor conocidos e ignorados del franquismo figura el uso despiadado del trabajo esclavo. Batallones de trabajadores, destacamentos penales, talleres penitenciarios y colonias penitenciarias, donde purgaban sus penas los presos republicanos, supusieron un importante filón de mano de obra barata y manejable del que se beneficiaron la dictadura y la empresa privada.

El Servicio de Colonias Penitenciarias Militarizadas fue creado en septiembre de 1939 con el fin de utilizar a los reclusos en obras de utilidad nacional. Uno de sus mayores proyectos fue la obra hidráulica del Canal del Bajo Guadalquivir, conocido popularmente como Canal de los Presos. Entre 1940 y 1962, gracias al trabajo de los prisioneros de guerra y de represaliados políticos, numerosos terratenientes sevillanos transformaron sus latifundios de secano en tierras de regadío y se construyeron varios poblados de colonización.

La 1ª Agrupación del Servicio de Colonias Penitenciarias Militarizadas situó su primer campo de trabajo en la finca de La Corchuela, en el término de Dos Hermanas. El 20 de enero de 1940 llegaron al campamento los primeros treinta presos que iban a trabajar en la construcción del canal. Entre ellos se encontraba el campesino lucentino Vicente Borrego Rivas, de 34 años. A lo largo del año arribarían otros 1.500 penados. En noviembre de 1941 las obras del canal recibieron un nuevo impulso al encargarse la 6ª Agrupación de otra sección de las obras. 750 penados llegaron al campamento que se había levantado a unos cinco kilómetros, en la finca Los Merinales.

Los reclusos confinados en los distintos campamentos del Bajo Guadalquivir procedían de las más diversas regiones de España, aunque un 61% eran andaluces. Los presos vivían una existencia desarraigada, lejos de sus habituales lugares de residencia, en condiciones infrahumanas. Además, el trabajo que realizaron, sobre todo en los primeros años, fue de gran dureza por la falta de instrumentos técnicos y por la propia situación de los campamentos. Muchos de los penados, una vez que consiguieron la libertad, encontraron enormes dificultades para rehacer sus vidas. Desterrados o sometidos a una fuerte exclusión social, no podían acercarse a sus lugares de origen, por lo que en muchos casos no tuvieron más opción que quedarse trabajando en el canal, ahora como asalariados libres o libertos.

En el año 2004 apareció el libro El Canal de los Presos (1940-1962). Trabajos forzados : de la represión política a la explotación económica en el que se reconstruye la vida cotidiana en los campos, la corrupción, las fugas, o la recuperación de la mujer en el tejido social. Esta dimensión humana se ha conseguido gracias a los testimonios de los supervivientes, de una serie de hombres y mujeres de los que no sólo se recoge su experiencia penitenciaria, sino la vida entera, antes y después del canal. Debido a la trascendencia del libro, a su temática andaluza y a las novedades investigadoras que aporta su equipo multidisciplinar, las Jornadas de Historia se centrarán este año en el conocimiento del Canal de los Presos. El día 18 se proyectará el documental Los presos del silencio (premio Giraldillo de Sevilla). El 19, por la mañana, se colocará en el cementerio de Nuestra Señora de Araceli la primera piedra del monolito que se erigirá en memoria de las víctimas de la represión franquista, y por la tarde nos acompañará parte del equipo de trabajo que realizó el libro sobre el canal : el coordinador Cecilio Gordillo Giraldo (sindicalista de CGT.A.), el historiador José Luis Gutiérrez Molina (Universidad de Cádiz) y el antropólogo Ángel del Río Sánchez (Universidad Pablo de Olavide de Sevilla), además de Francisca Adame Hens (hija y hermana de presos). El colofón lo pondrá la comparsa El canal de los presos, de San Juan del Puerto (Huelva), inspirada en el libro.

Actividades

Día 18 de febrero, viernes (Palacio Erisana)

  •  20,30 h. Inauguración de la exposición “El exilio español de la guerra civil española : los niños de la guerra”, con fondos del Archivo de la Guerra Civil Española y la Fundación Francisco Largo Caballero.
  •  22 h. Documental : Los presos del silencio.

    Día 19 de febrero, sábado

  •  13 h. Colocación de la primera piedra del monolito en memoria de las víctimas de la represión franquista (Cementerio Nuestra Señora de Araceli)
  •  18 h. Salón de Actos del Ayuntamiento
    Presentación de las Jornadas

    Intervienen :

    José Luis Bergillos López (alcalde de Lucena)
    Mª José Lara González (concejala de Cultura y Patrimonio)
    Arcángel Bedmar (coordinador de las Jornadas)

    Conferencias :

    Los trabajos forzados en el franquismo : el Canal de los Presos

    Intervienen :

    Cecilio Gordillo Giraldo (sindicalista de CGT-A)

    José Luis Gutiérrez Molina (Universidad de Cádiz)

    Ángel del Río Sánchez (Universidad Pablo de Olavide de Sevilla)

    Francisca Adame Hens (hija y hermana de presos)

  •  20.30 h. Actuación de la comparsa El canal de los presos, de San Juan del Puerto (Huelva) en el patio del Hotel Husa Santo Domingo