Artículo publicado en Rojo y Negro nº 391, julio-agosto 2024

Reseguir los pasos del pedagogo Albano Rosell es navegar por la historia del anarquismo iberoamericano de primera mitad del siglo XX. Nacido en Sabadell, pero exiliado en Montevideo, vivió de cerca hechos ya históricos como el proceso de Montjuïch (1896), el nacimiento de la Escuela Moderna (1901), el atentado de Mateo Morral contra Alfonso XIII (1906), la Semana Trágica (1909) o el también atentado de Simón Radowitzky contra el jefe de la policía de Buenos Aires, Ramón Lorenzo Falcón (1909). De todo ello, pero sobre todo de su pensamiento, dejó una huella de 14 obras entre novelas y ensayos, 25 textos teatrales, más de 50 artículos en prensa y 5 revistas sobre educación, política y cultura. A pesar de ello, su legado sigue siendo tan desconocido como su figura.
Para recuperarla, ha sido necesario un importante trabajo de rastreo en archivos, bibliotecas y hemerotecas a ambos lados del Atlántico. Aún hoy, buena parte de esa obra se encuentra oculta, enmarañada en textos sin firmar o bajo innumerables pseudónimos. Hacia el Ideal, publicado por Calumnia Edicions, reconstruye por primera vez su biografía completa.
Albano Rosell nació en 1881 y como tantos otros críos de su tiempo abandonó la escuela para ir a trabajar a las fábricas textiles de Sabadell. El paso a la vida adulta de aquel mozalbete imberbe y larguirucho se consagró en 1904, cuando contrajo matrimonio con la tejedora y futura maestra Esperança Figueras. Rosell dejó la fábrica y se unió a la recién creada Escuela Moderna. Poco tardó Ferrer i Guàrdia en encargarle la dirección de una escuela en una barriada industrial de Montgat. No fue fácil la tarea de aquellos años. El atentado de Morral, la represión contra las escuelas racionalistas y la persecución de su obra lo puso todo patas arriba. Rosell remontó y consiguió abrir una segunda escuela en Sabadell, pero le esperaba aún otro golpe, el del verano de 1909: la Semana Trágica. Días después de los hechos sangrientos, con las calles ya apaciguadas, la escuela volvió a abrir, pero la Guardia Civil ya andaba tras él. No se lo pensó dos veces y huyó a Perpinyà y de ahí, junto a Esperanza y su hijo Avenir, embarcaron rumbo a Montevideo. Ese fue su primer exilio y el inicio de su otra vida.
En Montevideo llegó a fundar la Escuela Integral y la Liga Popular para la Educación Racional de la Infancia, primera institución educativa racionalista del país. Las cosas no salieron como esperaba y, animado por nuevos proyectos, no tardó en idear su regreso a España. Ya en tierras mediterráneas, se hizo cargo de escuelas racionalistas en Lloret de Mar, Alaior y Carlet, al tiempo que fue consolidando su perfil naturista a través de su utópica En el país de Macrobia. Ambientada en el Amazonas brasileño, con esta novela Rosell dio cuerpo a su crítica de la ciudad industrial capitalista y selló su compromiso con el modelo ecológico, organicista y antimetropolitano de geógrafos y urbanistas como Ruskin o Howard. Para Rosell, el naturismo debía atender y resolver los problemas causados por las condiciones de vida y explotación de la población, es decir, debía ser la unión de medicina y sociología.
A finales de esos años veinte, en su segundo y definitivo exilio uruguayo, Rosell entró también en relación con los medios del separatismo catalán en el continente americano. La situación de Cataluña bajo la dictadura de Primo de Rivera y la connivencia de la burguesía catalana en la represión del obrerismo, le hizo tomar partido. Junto a su hijo Avenir y otros catalanes de Montevideo, formaron el consejo editor de Nova Catalunya. Periódico de acción del separatismo catalán en Sudamérica, órgano de propaganda del Grup Separatista Avant. El grupo tomaba el ejemplo de la resistencia armada en Irlanda y, a partir de esta, hacían una defensa de la acción directa mediante atentados contra individuos concretos, alzamientos revolucionarios y propaganda contra el gobierno. La implantación del comunismo libertario que promulgaban era compartida también por los núcleos de Juan García Oliver en París. Pero con la caída de Primo de Rivera y el advenimiento de la Segunda República, le hizo dejar a un lado las tesis separatistas y retomó la idea de una república federal. A pesar del giro independentista, Rosell nunca dejó de defender los fundamentos del municipio libre y la libre federación. Su futura Cataluña libre se debía constituir naturalmente y estar basada en el federalismo reclusiano y el iberismo.
Junto a la reseña biográfica, el libro reúne una selección de los numerosos artículos de crítica política y social escritos durante sus últimos años de vida. En sus páginas, Rosell ofrece una visión cruda del hombre de aquel tiempo, a quien acusa de pasividad, indolencia y falta de iniciativa. Lo retrata como un individuo políticamente impotente y culturalmente adormecido, como títere del capitalismo y el imperialismo que avanzan sin apenas resistencia. Enérgicamente, expresa su postura en contra de la maquinaria bélica del poder, el desarrollo tecnológico controlado por el capital, la cultura embrutecedora del entretenimiento y la degradación de la naturaleza a causa del desarrollo urbano. Su voz, firme, aunque vulnerable, agotó sus últimas energías insistiendo en la necesidad de una ruptura radical con el capitalismo. Con fervor y resignación, instó a un cambio que nunca se materializó y que debía reconstruir los fundamentos del pensamiento, el cuerpo y el acuerdo mutuo en las acciones y el pensamiento de toda la humanidad.
Rosell falleció el 28 de mayo de 1964. Abandonaba, de manera definitiva, aquel mundo ya tan ajeno. Lejos, muy lejos, quedaba el Sabadell de su infancia, la aventura pedagógica de la escuela integral o la euforia libertaria del Montevideo de principios siglo. Días después de su muerte, Manuel Marulanda fundaba las FARC en Colombia y un militante socialista llamado Sendic, dirigía el asalto al Banco de Cobranzas en Montevideo; estaba naciendo el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros. El mundo era otro, Rosell ya no estaba, pero la historia continuaba su curso.

Sergio Yanes


Fuente: Rojo y Negro