Artículo publicado en Rojo y Negro nº 386 de febrero

¿Qué espacio ocupa la cultura gitana en nuestro país?

La gente no tiene memoria para nada. Mucha gente no piensa que a lo mejor su abuelo era un gitano de Triana, por ejemplo. En Andalucía muchas payas vienen y me dicen: “Yo creo que mi abuela era gitana”. Y es un problema porque no se ha trasmitido una identidad que se ha querido esconder. ¿Cuál es la única manera de saber que somos gitanos? Porque nuestros padres y madres nos dijeron que somos gitanos, no hay más. Esto no lo digo yo que acabo de llegar, esto lo dicen muchos pensadores gitanos.

¿Y cómo se relaciona la izquierda con esta cuestión?

Tiene un problemón tremendo con su propia identidad, todo está enfocado a la cuestión de la clase y el trabajo. Y aquí hay un problema, porque yo no quiero trabajar. Si empezamos por el payo de Marx que hablaba del lumpemproletariado para referirse a las putas y los gitanos… Mira cariño, yo soy lumpen, no es una cuestión de mejorar las condiciones de trabajo, es una cuestión de que en el mundo hay suficiente dinero y recursos como para no trabajar. A mí no me interesa una mierda mejorar las condiciones de trabajo…
Esa crítica al trabajo asalariado sí que está en algunos escritos del anarquismo y también de alguna manera en la perspectiva última del anarcosindicalismo.
Sí, pero también hay mucho anarquista racista que no sabe en los tiempos que vive. Los hay que no saben nada del movimiento LGTBi+, no saben absolutamente nada de antirracismo, no han evolucionado aportando nuevos discursos al sindicalismo, se han quedado obsoletos. Habría que hacer un cursillo de renovación sindical. El otro día hicimos un programa en Al Lío sobre sindicalismo combativo con CGT, CNT, la CUT de Galicia y Solidaridad Obrera y te das cuenta de lo mucho que falta. Preguntas qué pasa con las mujeres y te responden: “Lo intentamos pero no hay”. Eso dijeron todos, excepto Maribel Ramírez (secretaria de acción sindical de CGT) que hizo una autocrítica sincera. Porque el problema es nuestro, es del sindicalismo que no llega a mucha gente. Porque de todas maneras las personas se están organizando, como ocurre con el sindicato de manteros, el sindicato de trabajadoras sexuales o con las kellys y las trabajadoras del hogar. Se están organizando ellas porque no les servimos, ni CGT, ni CNT, ni Comisiones… Estos y la UGT menos que nadie.

En países como Estados Unidos hay un reverdecer del sindicalismo combativo protagonizado por personas racializadas —y también blancas— en sectores con mayoría de mujeres trabajadoras.

Sí, aquí también va pasar. Lo que tenemos que hacer las personas racializadas es usurpar el poder en los sindicatos, me da igual que sean combativos o no, a esa gente que acumula horas sindicales, a esa gente que vive muy a gusto en su currito y que lleva 20 o 30 años sin trabajar, sin pegar un palo al agua porque tienen horas sindicales o porque se tiran años de liberados, y probablemente cuando se les acabe el chollo serán mucho más racistas de lo que están siendo ahora. No se puede ser secretario general de un sindicato durante un montón de años y hacer de eso una carrera profesional.

¿No crees que CGT está en un buen momento para incorporar una nueva dinámica que incluya otros perfiles y narrativas?

Sí, también lo creo, pero hay que verlo.

En 2020 publicaste junto a tu compañero Nicolás Jiménez el libro Resistencias Gitanas, un acercamiento a ciertas figuras del Pueblo Gitano desde “una mirada nueva”. ¿Cuál era la intención?

La intención del libro, en realidad la intención de nuestra vida, es hacer entender a la gente que las personas gitanas aportamos a la sociedad, que España no es absolutamente nada sin nuestra cultura y dar a conocer a personas que son nuestros referentes, pero que son también referentes de muchas personas payas. Igual para ti tu referente es Salvador Seguí, e igual para mí también, por ser anarcosindicalista. Pero también para ti igual tu referente es Peret y no se puede separar de su condición de gitano. No había nada escrito desde esa perspectiva. Yo llamo a Nicolás “Gitanopedia Jiménez” porque él tiene muchísima información y lleva muchos años estudiando el tema.

Ahora vas a publicar un nuevo libro en Catarata titulado ¿Anarquismo Gitano?

Aquí lo que quería es que la gente anarcosindicalista se reciclen, tal y como estábamos hablando antes, y derriben sus clichés. También esa idea romantizada del Pueblo Gitano como un pueblo libre, nómada, etcétera. No somos de VOX, pero tampoco somos anarquistas. Es un libro para desmitificar y a la vez para enseñar.

En lo que se refiere al flamenco, tan vinculado al Pueblo Gitano, ¿no hay una concepción libertaria de la libertad?

En el flamenco se cantan todas las penas que se han pasado, porque el Pueblo Gitano sí tiene memoria, aunque no sea escrita. Creo que el pueblo payo eso no lo tiene, entonces esa memoria de nuestros ancestros, que se han encargado de trasmitirla y a los que sí hemos escuchado y sí hemos tenido en cuenta. Pero es una libertad que se visualiza desde ahí, porque lo que hace la izquierda es querer llevarse a los gitanos con esa visión romántica a su terreno para su lucha, porque la aprovecha. Y esa mierda no me la trago.

No hablaba tanto de la izquierda, como del aficionao al flamenco, sin más etiquetas. Lo que has comentado de los ancestros se parece bastante a lo que han comunicado hace poco lxs zapatistas cuando han explicado a la izquierda que después de 30 años del levantamiento no son derrotados de nada, porque su lucha lleva más de 500 años.

Claro. Por eso creo que es buen sitio el anarcosindicalismo para hacer pedagogía contra el antigitanismo porque creo que sois las únicas personas con las que nos podemos entender si se abre un poco la mente. Porque con el comunismo no, ya se ha visto. Tampoco vale el gobierno “más progresista de la historia”. Ni me vale Irene Montero, ni me vale Pablo Iglesias, aunque a veces pueda estar de acuerdo con algunas de sus políticas. ¿Por qué? Porque su base estructural es antigitana, a mí un payo izquierdas no me representa. Lo hemos visto en muchos países gobernados por la izquierda: para las gitanas no cambia nada. En Euskal Herria con Bildu se hacen las mismas cosas que con la derecha, es la misma mierda para gitanos, moros y negros. La Ley de Vagos y Maleantes no fue cosa del franquismo, fue con la República. Por eso digo que no hay verdadera memoria en este país. Y sé de lo que hablo porque yo estuve en Izquierda Unida en Andalucía y veía a algunos compañeros como venían a las chabolas donde yo vivía a comprar droga.

Después del huracán Katrina, mucha población negra abandonada por la administración descubrió que también había blancos pobres en sus barrios.

Por supuesto. No es una cuestión de competición, pero el 98% del Pueblo Gitano vivimos en riesgo de pobreza. Ni siquiera yo –que tengo dos trabajos- me libro. Trabajo en Al Lío y en el teatro, tengo cuatro niños y una familia entera en la que nadie tiene trabajo estable. Ni mis hermanas, ni mis primos… Y Nicolás igual, él es el primero de su familia con título universitario y creo que también de todo el Pozo del Tío Raimundo que es de donde él viene.

Hablemos un poco de Al Lío, el programa quincenal que haces para Rojo y Negro TV en Canal Red.

Me está gustando muchísimo, me dio mucho miedo al principio. Creo que estamos haciendo un programa muy interesante, estoy aprendiendo muchísimo. No me había puesto delante de la cámara en mi vida, pero soy muy echada palante. Creo que hacemos un programón de la hostia, que estamos tratando temas que no se tratan en ningún sitio, la gente que estamos trayendo es un puntazo. Lo visualizo como un programa semanal, pero es complicado porque parte del equipo es gente voluntaria que lo hace por amor al sindicato. Me gusta porque además participo en el guion y se me tiene en cuenta como una más, toda la gente que estamos ahí escucha y eso está muy bien. Mi tema es meter caña contra el racismo y a veces me dicen en broma como que no puedo hablar siempre de eso, pero yo digo: “Contratasteis a una presentadora que es antirracista, vengo de eso y no voy a dejarlo”.


Fuente: Rojo y Negro