La semana pasada, en una reunión del Consejo Europeo sobre asuntos de agricultura y pesca, sin que ni siquiera apareciera en la agenda del día (días 15 y 16 de diciembre de 2011), como penúltimo punto en la última página de su comunicado (PDF, enlace en el apartado "Agriculture and Fisheries" en la reunión 3137 del Consejo, del 15/12/2011), donde podemos leer lo siguiente:

Anti-counterfeiting trade agreement
The
Council adopted a decision authorising the signing of an
anti-counterfeiting trade agreement (ACTA) with Australia, Canada,
Japan, the Republic of Korea, Mexico, Morocco, New Zealand, Singapore,
Switzerland and the United States.

Anti-counterfeiting trade agreement
The
Council adopted a decision authorising the signing of an
anti-counterfeiting trade agreement (ACTA) with Australia, Canada,
Japan, the Republic of Korea, Mexico, Morocco, New Zealand, Singapore,
Switzerland and the United States.
ACTA is aimed at establishing
an international framework to improve the enforcement of intellectual
property right laws and create improved international standards for
actions against large-scale infringements of intellectual property.
Negotiations were concluded in November 2010.
Es decir, los
ministros de de agricultura y pesca de los países que forman la Unión
Europea (estamos hablando del poder ejecutivo, no del Parlamento),
deciden aprobar la firma de ACTA. Un acuerdo que, según ellos mismos, trata sobre legislación y acciones internacionales contra infracciones en materia de propiedad intelectual, y que se basa en unas [oscuras] negociaciones concluidas hace más de un año…
Continuando
la tradición de negar a los ciudadanos europeos cualquier oportunidad
de ofrecer sus opinión sobre ACTA, el Consejo de ministros usa el viejo
truco de aprobar el tratado mediante la adopción sin debate en una
reunión cuya actividad principal no tenía nada que ver con el comercio
internacional.
Nuestros
gobernantes están eludiendo los procesos democráticos para imponer
draconianas medidas represivas. Ellos saben que esas medidas serían muy
difíciles de conseguir con el proceso legislativo normal, por lo que las
imponen por la puerta de atrás. Privatizando la censura online en
nombre del copyright, ACTA podría tener un terrible impacto sobre
nuestras libertades online, pero también en la innovación y en el
crecimiento de empresas en Internet. El Parlamento Europeo es nuestra
última oportunidad de rechazar ACTA. Nosotros, como ciudadanos, debemos
actuar ahora.
Dijo Jérémie Zimmermann, portavoz de La Quadrature du Net.

Efectivamente, el Parlamento Europeo aún debe ratificar esta decisión de la Comisión,
con un simple «sí» o «no», en los próximos meses. Habrá que estar
atentos, por si deciden incluirlo en una votación sobre productos
lácteos, obras públicas, o algún otro tema estrechamente relacionado.

Aún hay una última oportunidad. Mínima, tal y como funcionan las cosas, pero quizá quieras aportar tu granito de arena, si también crees que ACTA es una mala idea.

http://barrapunto.com/~asurancetorix/journal/36560