El Gobierno de Estados Unidos autorizó el uso de perros para amedrentar a prisioneros como método de interrogatorio. Esto se desvela en los documentos divulgados por la Casa Blanca sobre el trato dado en los últimos dos años a sospechosos de terrorismo.
Ese método se aplicó el año pasado en la base naval de Estados Unidos en Guantánamo (Cuba), que alberga a unos 600 talibanes y miembros de Al Qaeda, pero se suprimió a las pocas semanas, según los documentos.
La divulgación, exigida tras el escándalo generado por las vejaciones sufridas por prisioneros iraquíes en la prisión de Abu Ghraib, se realizó después que el presidente George W. Bush insistiera en que su Gobierno abjura de la tortura.
«Nosotros no aceptamos la tortura. Yo nunca he ordenado la tortura. Nunca ordenaré la tortura», afirmó Bush en la Casa Blanca junto al primer ministro de Hungría, Peter Medgyessy.
El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, aprobó el año pasado métodos «agresivos» de interrogatorio en Guantánamo después de que las autoridades militares en esa base señalan que no podían vencer la resistencia de los prisioneros. Para vencerla, solicitaron autorización para utilizar toallas mojadas y agua con el fin de provocar la idea de sofocación o contactos físicos sin causar lesiones, como asir firmemente, golpear el pecho con un dedo o empujar a un prisionero.
Además, en diciembre de 2002, Rumsfeld aprobó obligar a los detenidos a estar de pie hasta cuatro horas, el aislamiento durante un máximo de 30 días, la privación de luz, interrogatorios de 20 horas y la obligación de afeitado del vello facial, además de inducir temores a los prisioneros.