Artículo publicado en Rojo y Negro nº 389 mayo.

Situada en el Pirineo de Huesca, Canal Roya es un valle glaciar, a los pies del pico Anayet (2.545 m). Canal Roya hace frontera con el Parque Nacional de los Pirineos de Francia y se integra en un espacio mucho mayor denominado Anayet-Partacua. Desde hace décadas ha estado en el punto de mira de grupos inmobiliarios ya que la unión de las estaciones de esquí de Astún y Formigal crearía el mayor espacio esquiable del sur de Europa, compitiendo con los Alpes. Un “fake” que no se creen ni los propios esquiadores pero que alimenta un relato de riqueza sin límite.

Con la excusa de crear un gran espacio esquiable, cada nuevo proyecto de invadir Canal Roya ha venido asociado a la construcción de apartamentos. Unos proyectos inmobiliarios que se verían revalorizados en el mercado a costa de destrozar el valle y en base a abundante dinero público: poderosos grupos empresariales han condicionado a sucesivos gobiernos autónomos para que mantengan congelada la protección de este enclave extraordinario.

Destrozar un valle con Fondos Europeos
Bajo el gobierno del socialista Javier Lamban, el Ministerio de Industria le asignó 26 millones de euros pese a carecer de proyecto formal ni tener un informe de impacto ambiental. Esta operación, engrasada con Fondos de Recuperación post COVID, entregaría el dinero público a poderosos grupos y dejaría sin financiación otros proyectos de turismo sostenible en Aragón.
El plan “Aragón Ski Circus” planea construir un transporte por telecabina y la apertura de nuevas pistas de esquí en las laderas del valle. Las obras destruirían su actual fisonomía construyendo:
1. Una línea de grandes torres para sustentar el cable motriz de las cabinas. Para anclar las torres se realizarían grandes voladuras.
2. Una carretera y sucesivas derivaciones para trasladar las torres y las grúas a cada punto de anclaje en cemento. La carretera quedaría definitivamente como vía de evacuación.
3. Dos estaciones intermedias de entrada y salida de Astún y Formigal y al menos otra estación en el valle.
4. Ejecución de grandes movimientos de tierras y voladuras para crear nuevas pistas de esquí en la denominada “Rinconada”, que es la zona del valle de mayor valor paisajístico y de notables restos megalíticos.

La rebelión ciudadana por Canal Roya
Desde el momento en que esta información sale en las redes sociales se gesta una gran revuelta cívica en defensa del valle. Cientos de personas del ámbito deportivo, científico, artístico y cultural saturan las redes sociales con llamamientos a parar este atropello; diarios de amplia gran tirada como El País, The Times o Washington Post dedican artículos o editoriales críticos con el proyecto.
La Unión Europea filtra su desacuerdo al gobierno central, pues considera que este proyecto no se ajusta a las condiciones con la que se asignan los Fondos Europeos. Localidades altoaragonesas como Jaca, Sabiñánigo, Ainsa, Barbastro o Huesca convocan movilizaciones seguidas por cientos primero y después por miles de personas, decenas de entidades, colectivos y sindicatos se suman a la rebelión.
El Gobierno de Aragón titubea ante la movilización y empieza a buscar salidas a una protesta que amenaza su continuidad en el poder ante las inmediatas elecciones autonómicas. Como colofón, en mayo de 2023 se celebra una multitudinaria manifestación en Zaragoza, en la que participan unas 15.000 personas, artistas de renombre como Amaral o Ixo Rai participan en el cierre de la manifestación. El gobierno del socialista Lamban decide dar marcha atrás argumentando que no podrán cumplir los plazos de ejecución que establece Bruselas. El proyecto se queda así sin financiación europea.
La protección de este espacio natural fue reclamada por montañeros, ecologistas, conservacionistas y otros colectivos ciudadanos que en septiembre de 1999 suscribieron el “Manifiesto del Anayet” y en 2006 se procedió a iniciar su declaración como Parque Natural “Anayet-Partacua”, descartándose cualquier acción que modifique su actual estructura, Decreto 223/2006, de 7 de noviembre, por el que se inicia el procedimiento de aprobación del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales de Anayet-Partacua. Su resolución se paralizó durante años sin dar ninguna explicación, a pesar de que la Dirección General de Medio Natural (DGA) confirmó que sigue vigente el procedimiento original para su conversión en parque protegido.

Canal Roya: Una herencia que no podemos destruir
Canal Roya es un espacio emblemático del Pirineo aragonés, paraje entrañable de montañeros y excursionistas, de extraordinario valor paisajístico, corredor biológico con el vecino Parque Nacional y ubicación de los restos más primitivos de los habitantes neolíticos de Aragón.
Ahora se suma el nuevo gobierno de coalición PP-VOX, servil a los intereses de los grupos financieros implicados en la destrucción de este espacio, para hacer negocio. Sin embargo, la acción ciudadana no cesa y se plasma en marchas o conciertos multitudinarios: la coordinación unitaria de las movilizaciones, conducida por la Plataforma en Defensa de las Montañas (https://salvemoscanalroya.org) y la Asamblea Canal Roya (https://asambleacanalroya.org), ha permitido levantar un frente sólido pese al bloqueo mediático de casi todos los medios locales.
Si el proyecto se lleva a cabo, destruirá un valle emblemático en el mundo del montañismo y senderismo. Un valle de gran valor medioambiental, geológico y etnográfico, que cuenta con una rica variedad de fauna y de flora y que sirve de corredor ecológico entre los valles del Aragón, de Tena y el propio Parque Nacional de Francia. Canal Roya tiene además una geología singular, por su pasado glaciar y volcánico, y cuenta con un yacimiento megalítico de gran valor.
Este proyecto condiciona para mal el futuro del turismo en la zona, retrasando su urgente adaptación al cambio climático. Sería además un despilfarro de dinero público –al menos 60 millones de euros- para construir unas instalaciones inútiles por la progresiva disminución de la nieve, como así apuntan todos los estudios científicos (https://www.opcc-ctp.org/sites/default/files/documentacion/opcc-informe-es-print.pdf). Mientras, trabajadoras y trabajadores de estaciones de esquí y de la hostelería pirenaica deben malvivir sin alojamientos adecuados a causa del precio disparado de los apartamentos en temporada alta.

Dinero público para enriquecer a unos pocos
Los proyectos de ampliación de las estaciones de esquí aragonesas han ido de la mano de nuevos planes de venta masiva de apartamentos con destino a segunda residencia. En la estación de Astún se abre una millonaria expectativa de negocio sobre una parcela recalificada como urbanizable por la Modificación nº 14 del PGOU de Jaca –BOA nº 80 de 29 abril 2009, Decreto 54/2009 de 14 abril–. Esta parcela, situada en el cauce del río Aragón (el río nace en las cloacas de Astún), contempla la construcción de 800 apartamentos y casi 200 plazas hoteleras. Esto explica el enorme interés privado en construir la unión de estaciones con dinero público, una especulación inmobiliaria de más que dudosa legalidad, un modelo de negocio que solo beneficia a unos pocos y que genera crisis cíclicas. Entre tanto, numerosos proyectos para un turismo sostenible en otras comarcas no han recibido ni un euro de dichos fondos… hay que exigir responsabilidades a los políticos implicados en esta operación especuladora.
El turismo del esquí puede y debe ser compatible con otro turismo activo y respetuoso con el medio ambiente y no una amenaza constante para la conservación del patrimonio natural y cultural. Por ello os pedimos vuestra firma para que el Gobierno de España renuncie a financiar el proyecto, derivando los fondos a otros proyectos de turismo sostenible.

Ana Osset
Secretaria de Acción Social de CGT Aragón-La Rioja

 

 


Fuente: Rojo y Negro