Los accidentes de trabajo con baja en Aragón registraron una caída del 3,2% a lo largo del 2003, hasta un total de 20.808. No obstante, y pese a que la siniestralidad de carácter mortal se redujo un 22% respecto al 2002, los sindicatos volvieron a insistir en el elevado número de personas que perdieron su vida en el trabajo el pasado año en la comunidad, con una media de un fallecido por semana.

Los accidentes de trabajo con baja en Aragón registraron una caída del 3,2% a lo largo del 2003, hasta un total de 20.808. No obstante, y pese a que la siniestralidad de carácter mortal se redujo un 22% respecto al 2002, los sindicatos volvieron a insistir en el elevado número de personas que perdieron su vida en el trabajo el pasado año en la comunidad, con una media de un fallecido por semana.

Así lo señalaron ayer los responsables de Salud Laboral de UGT y CCOO en Aragón, Tomás Iglesias y Benito Carrera, respectivamente, durante la presentación de un informe sobre siniestralidad laboral en la comunidad en el 2003, elaborado por ambas organizaciones.

Según informaron los representantes sindicales, los siniestros laborales de carácter mortal de trabajadores por cuenta ajena se redujeron de los 60 registrados en el 2002 a 47 en el pasado año (32 en jornada de trabajo y 15 in itinere ). No obstante, al sumar los ocho autónomos que también fallecieron en su trabajo en el 2003, el número se elevaba hasta 55. «Esta cifra indica un enquistamiento de los accidentes mortales en torno a la cuarentena, cantidad que debería ser muy inferior a la tristemente registrada», apuntaron.

En este sentido, Iglesias apuntó que la precariedad en el empleo fue un factor determinante en la siniestralidad de carácter mortal, «puesto que el 51,1% de los fallecidos tenía una relación laboral temporal, 16 puntos por encima de la tasa de temporalidad en Aragón». Asimismo, recordó que casi el 60% de los siniestros mortales se produjo en empresas de menos de 25 trabajadores, así como que la construcción y el transporte terrestre concentraron casi el 40% de estos accidentes. «La escasa antigüedad también es un claro factor de riesgo, puesto que el 42,6% de los accidentes mortales tuvo como víctima a un trabajador con un contrato de menos de un año», añadió.

Del mismo modo, Iglesias apuntó que los accidentes graves prácticamente se mantenían, con un total de 301, pero destacó el notable aumento del 53,2% experimentado por este tipo de siniestros al ir o al volver del trabajo. «Por otro lado, los leves bajan en cierta medida, lo que lleva a un descenso global de accidentes ocurridos durante la jornada con baja», añadió el representante sindical, quien apuntó que reducciones globales de dos o tres puntos «no nos dejan satisfechos».

En este sentido, Carrera apostó por una política clara y decidida en la ejecución de la legislación de prevención de riesgos laborales. Así, apuntó la promoción de acuerdos para la potenciación de la formación en el puesto de trabajo, así como la profundización en los programas específicos del Instituto de Seguridad y Salud Laboral de Aragón (ISSLA) de acción preventiva y seguimiento sobre las empresas cuyos trabajadores están más castigados por la siniestralidad laboral.

Además, el representante de CCOO en Aragón recalcó la necesidad de fiscalizar el cumplimiento de la normativa de prevención, especialmente, en determinados sectores y empresas. Asimismo, exigió un impulso del papel de los agentes sociales en este proceso, insistiendo en la creación de la figura del delegado territorial de prevención.


Par : Salud Laboral CC