Hoy 21 de diciembre, varias organizaciones y colectivos, volvemos a convocar por segundo año consecutivo, una Huelga de Consumo para rechazar la salida que el poder político le está dando a la crisis. Todas las medidas que se llevan imponiendo, benefician a los responsables directos del desaguisado social y laboral en el que nos encontramos. Por contra, castigan a las personas, que sin ser responsables de la situación creada, sufrimos los efectos, por qué no decirlo, de la avaricia.
La salida se basa en recortar las partidas
presupuestarias destinadas a los Servicios Públicos, es decir, menos
prestaciones sociales, cuyo efecto inmediato es el fomento de la
privatización de dichos servicios. Y recortes también, en la más
que inminente Reforma Laboral, cuyos aspectos más importantes se
resumen en cobrar menos y trabajar más.
La salida se basa en recortar las partidas
presupuestarias destinadas a los Servicios Públicos, es decir, menos
prestaciones sociales, cuyo efecto inmediato es el fomento de la
privatización de dichos servicios. Y recortes también, en la más
que inminente Reforma Laboral, cuyos aspectos más importantes se
resumen en cobrar menos y trabajar más.
El objetivo es producir más. Como no se puede
devaluar la moneda, es necesario precarizar las condiciones
laborales, para que lo que se produce en nuestra geografía tenga
menos costes, sea más competitivo y se puedan aumentar así las
exportaciones. Debemos producir y competir, nos dicen,
constituyéndose estos dos factores como ejes centrales de la vida.
La sacrosanta competitividad, además de ser un
concepto mezquino, tiene lagunas importantes. Por un lado nos obligan
a rivalizar con zonas donde no se respetan los derechos laborales ni
medioambientales, siendo más competitivo, quien más capacidad tiene
de contaminar el medio ambiente y explotar a las personas. Por otra
parte, los costes medioambientales y el de las grandes
infraestructuras, como los macropuertos o los corredores terrestres
(carreteras y ferrocarriles), que mueven las mercancías de las zonas
de producción a las de consumo, no se aplican a los productos, sino
al gasto público.
Mediante la Huelga de Consumo queremos poner en
entre dicho las consecuencias negativas de este tipo de modelo,
proponiendo otro que tenga como eje central a las personas. Fomentar
el consumo local y hacerlo de manera responsable es una alternativa
que contribuye a la conservación del medio ambiente y facilita la
defensa de las condiciones laborales.
También es importante recordar que la crisis se
debe a la especulación y ésta ha sido y es posible, gracias a la
concentración de grandes cantidades de dinero en pocas manos, o lo
que es lo mismo, a la acumulación. Para corregir la situación es
necesario hablar de reparto. Repartir el trabajo, sin disminuir el
salario y repartir la riqueza mediante unos Servicios Públicos
universales, gratuitos y de calidad, indispensables para construir
una sociedad avanzada y con derechos, pues sin derechos no hay
igualdad.
Los recortes fomentan la privatización de los
Servicios Públicos y no debemos olvidar que el objetivo de lo
público es la protección social, busca la satisfacción de las
personas y garantiza derechos salariales y laborales. Lo privado, en
cambio sólo tiene como objetivo el beneficio económico. Privatizar
un Servicio Público supone un fracaso en la gestión de dicho
servicio y lo que procede es la dimisión de las personas
responsables de su gestión y no la privatización.
Jose Pascual Rubio. CGT Murcia
Fuente: Jose Pascual Rubio