El pueblo se despojó del bozal, de las ataduras y mordazas y estalló el fervor revolucionario. « Al zaura al mustamirra » en lengua árabe significa una « revolución constante », que no se detenga porque tras siglos de opresión y olvido esa pequeña llamita de libertad hay que avivarla para que no se apague.
Gracias a la presión popular la Junta Militar encabezada por el mariscal Tantawi se vio obligada a convocar elecciones presidenciales para el mes de mayo del 2012 en un desesperado intento por detener las protestas.
Gracias a la presión popular la Junta Militar encabezada por el mariscal Tantawi se vio obligada a convocar elecciones presidenciales para el mes de mayo del 2012 en un desesperado intento por detener las protestas.
Mohamed Morsi, líder de los Hermanos Musulmanes, y Ahmed Shafik promovido por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas fueron los candidatos que obtuvieron el pasado 24 de mayo el porcentaje de votos necesario para pasar a la segunda vuelta electoral. El pueblo tenía que decidir entre el nuevo Egipto islamista o la vieja guardia militar afin a Mubarak. Hay quienes apostaban por la continuación del régimen, es decir, mano dura, orden, marcialidad y disciplina para salvar al país de la hecatombe. Que vuelvan los turistas, que se reactive la confianza de los inversores extranjeros y se reflote la maltrecha economía.
El candidato de los Hermanos Musulmanes Morsi, quien reemplazó al carismático líder Khairat Al-Shater inhabilitado por el Consejo Electoral, partía como favorito. Este ingeniero de 62 años que estudió en los EE.UU, prometió derrotar a los corruptos herederos del antiguo régimen representados por el candidato Shafik, exprimer ministro de Egipto, piloto de caza y « héroe » de la guerra del Yom Kippur. Un personaje « integro » y preparado para relevar a su amigo Hosni Mubarak que cumple cadena perpetua en la cárcel de Torá- al fin y al cabo los cañones, los misiles, los carros de combate y millones de soldaditos son los garantes del orden y la integridad de la patria.
Las encuestas estimaban que los Hermanos Musulmanes ganarían con un 60% de los votos. Pero como las urnas las custodian los militares es muy difícil predecir cuales serán los resultados. Recordemos que todas las elecciones que se convocaron en la era de Mubarak éste las ganó con el 95% de los votos.
El Midan Tahrir, La Plaza de la Libertad, hoy es el santuario de la intifada liberadora iniciada el 25 de enero del 2011 y nuevo símbolo del Egipto contemporáneo que compite con las pirámides o la esfinge. El lumpen, los parias, aquellos seres despreciables, millonadas de excluidos acostumbrados a adorar al rais, al mariscal, al general, al mudir, al cadí, al visir, al sultán o al malik, se levantan de sus tumbas y piden la palabra, también quieren participar en la construcción del nuevo Egipto, expresar su pensamiento aunque apenas sepan firmar con el dedo pulgar. Tumbar a Mubarak y toda su maldita estirpe es una gloriosa gesta que quedará grabada eternamente en los anales de la historia.
Ahora recién se inicia un largo proceso de reconstrucción física y mental del país. Este es apenas un primer paso pues el enorme abismo existente entre dos sociedades: la urbana y la rural, es prácticamente insuperable. Se calcula que en ese Egipto artesanal y arcaico pueden haber unos 50.000.000 de campesinos, pastores o jornaleros. Además, también tenemos que hacer referencia a los millones de inmigrantes que se han visto obligados a partir al exterior y que mensualmente envían millones de dólares en remesas para mantener a sus familias. Un 50% de la población egipcia es menor de 21 años y se prevee que de aquí al 2050 el crecimiento demográfico tenga consecuencias devastadoras. ¿Qué le puede ofrecer el estado a esas masas de desheredados ansiosas por integrase en el sistema capitalista, masas de analfabetas secularmente embrutecidas sin perspectivas de futuro víctimas de la exclusión, el desempleo y la falta de oportunidades?
Pasarán décadas hasta que el pueblo egipcio pueda recoger los primeros frutos de la intifada liberadora. Porque este es un proceso largo y tedioso que requiere de mucha paciencia y mucha constancia. Habrá que aplicar un tratamiento de choque para superar la crisis política, económica y social que aqueja la país.
Egipto es heredero de una de las civilizaciones mas antiguas de la humanidad cuyo eje vertebrador es el río Nilo. Por aquí han pasado los griegos, los romanos, los mamelucos, los otomanos, los franceses, los ingleses y, como no, el imperialismo norteamericano que lo considera un enclave geoestratégico crucial para mantener la paz en Oriente Medio. El Cairo no es Egipto, por supuesto, pero en todo caso esta monstruosa ciudad de 20 millones de habitantes, la más grande de África, es el motor político y económico del país. ¿Qué pasa con los 75 millones de habitantes restantes?
Tras la independencia la oligarquía cívico-militar impuso una política centralista privilegiando al Cairo y Alejandría en detrimento del resto del país. Todavía persisten esas divisiones de la época de los faraones del alto y el bajo Egipto que ha desencadenado todo tipo de enfrentamientos entre los cairotas y los indígenas provincianos. Como, por ejemplo, los Rashaida de la frontera con Sudán, los Nubios de Assuan, los bereberes de los oasis occidentales, los beduinos de la península del Sinaí o las tribus del desierto Blanco o el Negro. Egipto es un país eminentemente agrícola que poco a poco se ha ido urbanizando. Un hecho que implica el aniquilamiento de un pasado primitivo incompatible con la modernidad.
Los días 16 y 17 junio de 2012 se realizaron las elecciones presidenciales egipcias. De manera deliberada el recuento de votos se alargó más de lo esperado. Una señal inquietante que provocó la toma de la Plaza del Tahrir por miles de devotos musulmanes ante el temor que se consumara el fraude. Fueron tres días de incertidumbre en el que circulaban los rumores de que el candidato oficialista Shafik iba a ser proclamado ganador de las elecciones. Pero los miles de manifestantes no lo iban a permitir tal afrenta y estaban decididos a iniciar una segunda intifada.
El pasado día 20 de junio la Junta Electoral, muy a su pesar y para evitar males mayores, anunció la victoria de Mohamed Morsi, el candidato de los Hermanos Musulmanes, con el 51,6% de los votos. De inmediato se desató el éxtasis en la plaza del Tahrir y sus seguidores comenzaron a gritar enloquecidos. ¡Allahu Akbar! ¡ ¡Allah presidente de Egipto! Tras décadas de represión y censura se abre el camino a una nueva hégira.
Los Hermanos Musulmanes y los Salafistas suman una cómoda mayoría con la que pretenden instaurar una teocracia. Ambos movimientos fueron proscritos por los militares para neutralizar la amenaza del fundamentalismo islámico que tanta preocupación conscita en las potencias occidentales.
El laicismo en Egipto es un fenómeno minoritario -la educación laica está reservada exclusivamente para los hijos de las familias más adineradas o los extranjeros residentes en el país-La secularización en el mundo árabe la inició Ataturk en Turquía en los años veinte del pasado siglo, luego continuó con Reza Phalevi en Irán, Bourguiba en Túnez, Nasser en Egipto y el partido Baath en los regímenes de Iraq y Siria. La mayoría de la población egipcia pertenece al islamismo sunita muy apegada a las tradiciones ancestrales y al extremo conservadurismo. Los medios de comunicación, la prensa, radio la televisión, el cine, los teléfonos móviles, el internet, los avances científicos y tecnológicos pretende alienar a los musulmanes para que abracen el materialismo pagano proveniente de EE.UU y Europa. Los muftis, ulemas y los clérigos sostienen que la sunna del profeta y las suras del sagrado Corán son las mejores armas para enfrentar al Kfur (los herejes) Ese comportamiento degenerado ha traído como consecuencia que la palabra más buscada en internet sea sex. Definitivamente los enemigos del islam merecen un ejemplar castigo pues no hacen más que proferir blasfemias contra Allah y el profeta Mohamed.
Las urnas han premiado al extraordinario trabajo social que han desarrollado la cofradía de los Hermanos Musulmanes por todo el pàís. El el sakat o las limosnas , uno de los pilares del islam, se reparte equitativamente entre millones de pobres y menesterosos que carecen de los más mínimos recursos.
la Asamblea Constituyente tras derogar la constitución de 1971 ya tiene lista la nueva Carta Magna que cuenta con el visto bueno del partido Libertad y Justicia de los Hermanos Musulmanes y los Salafistas del Nour (ultraconservadores de gran raigambre entre las clases menos favorecidas) Ambos movimientos entre los que se destacan los fieles de luengas barbas y chilabas blanquísimas arropados por sus mujeres enlutadas de hijab o nikab suman una aplastante mayoría que no admite contestaciones.
¡Con el alma con la sangre te defenderemos islam! Gritan los manifestantes en la plaza del Tahrir !Por la gloria de Allah que se aplique la Sharia y renazca el mítico califato! Al parecer celebran de antemano la virtual instauración de un estado confesional islámico.
La nueva constitución, que se someterá a referéndum el próximo 15 de diciembre, reza en uno de sus principales apartados que: « el islam es la religión del estado, el árabe la lengua oficial y los principios de la sharia la principal fuente de derecho » Se planea imponer la Sharia coránica, elevar las penas y castigos contra los corruptos, desarrollar una política educativa basada en la ortodoxia musulmana que reafirme la verdadera identidad de los ciudadanos, además de confinar a la mujer a las labores puramente hogareñas bajo la tutela del patriarcado dominante. Así se comprende la violenta reacción de las denominadas fuerzas laicas agrupadas en el Frente de Salvación Nacional.
El destino a querido que Morsi, un tipo gris de carácter tristón y sin mayor atractivo, se convierta en el primer presidente civil y democráticamente elegido de Egipto. El nuevo rais, descendiente de una antigua familia andalusí originaria de Murcia, está empeñado en recuperar el puesto que ocupó un día Egipto en el mundo Árabe durante el gobierno de Abel Nasser y por ello se ha comprometido en la defensa de la causa Palestina (especialmente con el gobierno islamista de Hamas en Gaza) La misión de todo buen musulmán es liberar la ciudad santa de Jerusalén y vengar las derrotas propinadas por los judíos en las guerras del 48, 56, 67 y 73. En la última ofensiva sionista « Pilar Defensivo » incluso envió a su primer ministro Hisham Kandil a brindarle el apoyo necesario a los martirizados habitantes gazatíes.
El presidente Morsi tomó la decisión de blindarse judicialmente y asumir poderes absolutos que lo sitúan por encima de la ley. Una medida autoritaria que ha desatado la furia de las denominadas « fuerzas laicas » agrupadas en el Frente de Salvación Nacional.. Personajes como Amr Mousa, ex secretario general de la Liga Árabe, los grupos izquierdistas de Hamdin Sabahi (Corriente Popular), el partido de la Dignidad, el movimiento 6 de Abril, y el partido Constitución de Mohamed El Baradei y un nutrido grupo de empresarios, banqueros, militares, es decir, los fulul o nostálgicos del antiguo régimen de Mubarak exigen a Morsi que dé marcha atrás en sus pretensiones aumentar los poderes islamistas. Según los opositores las protestas continuarán hasta que no se redacte otro modelo de constitución en el que se incluyan las reivindicaciones de un estado aconfesional con libertad de culto y de expresión y se desconvoque el referéndum del proximo 15 de diciembre. De ahí que muchos ulemas hayan advertido que tal y como está escrito en el Corán « el castigo para aquellos que luchan contra Allah y su mensajero es que se los mate o crucifique, o que se les ampute las manos y las piernas, o que se exilien »
¿Egipto es un país laico? ¿La educación acaso es laica ? No lo es ni siquiera en España donde los colegios públicos están plagados de crucifijos y los curas capean a sus anchas.
Los enfrentamientos en torno al Palacio Presidencial no cesan, y ambos bandos dirimen sus diferencias a punta de pedradas, palazos y hasta tiros. La revuelta deja por ahora un total de seis muertos y más de 300 heridos. Los Hermanos Musulmanes advierten que una turba de bárbaros herejes intentan dar un golpe de estado contra un presidente que cuenta con el respaldo de la gran mayoría de la población. Los clérigos más radicales hacen un llamado urgente para que el ejército empuñe el Saif Allah (la espada de Allah) y combata a los apóstatas y ateos que ponen en peligro la democracia y los valores más sagrados de la patria.
Carlos de Urabá 2012
Mar Muerto