En el Club d’Amics de la UNESCO de Alcoy se dieron cita, el pasado viernes, tres veteranos guerrilleros antifranquistas : Amancio Martínez, Julián Antonio Ramírez y Francisco Martínez, « Quico ». Clausuraron las jornadas sobre los maquis, organizadas por la CGT, con sus testimonios sobre un fenómeno que, entre el 18 de julio de 1936 y principios de los años 60, unió a miles de jóvenes con un sólo objetivo, la libertad.
El 1 de abril de 1939 acabó la Guerra Civil para muchos. Para otros, sin embargo, ese día no hizo sino empezar la verdadera contienda. Ocultos en los montes o en pueblos amigos, miles de jóvenes de toda España siguieron su lucha contra el régimen franquista organizados como guerrilla, aunque para el régimen siempre fueron simples bandoleros.
Para no olvidar la lucha de aquellos combatientes por la libertad, la Federación Local de la CGT de Alcoy ha celebrado unas jornadas sobre los « Maquis », denominación ésta que rechazan los mismos guerrilleros, que ven en la utilización de esta palabra francesa un intento del franquismo para hacerles aparecer como un fenómeno externo.
Las jornadas se clausuraron el pasado viernes con el testimonio de tres antiguos guerrilleros, que de un modo u otro vivieron de primera mano la lucha contra la dictadura.
Francisco Martínez, « Quico », nació en León hace ya 78 años, militante comunista vivió toda la guerra en zona nacional ; « a los diez años yo ya era enlace de la guerrilla ». En el pueblo de Francisco, en el Bierzo, los guerrilleros gozaban de cierta libertad de movimientos y no tenían problemas de abastecimiento, « en muchas casas se daba cobijo a los combatientes ». Él mismo fue maquis hasta que finalmente, en 1951 tuvo que huir a Francia. Amador Martínez, nacido en Bonete (Albacete) hizo el camino contrario. Huído a Francia al acabar la guerra civil, luchó con la Resistencia francesa, hasta que intentó, junto con miles compañeros, entrar en España en 1944 con la intención de establecer un puente militar que posibilitara un hipotético ataque de los aliados que nunca se produjo ; « teníamos que abastecernos de noche y metralleta en mano, nadie nos ayudaba ».
Julián Antonio Ramírez, de San Sebastián, también estuvo exiliado en Francia, donde, como muchos miles de españoles, padeció las penurias de los campos de concentración. Después de combatir, como Amador, en la Resistencia decidió volver a España a luchar en la guerrilla. Julián enfatizó que « luchábamos para continuar defendiendo a un régimen legalmente establecido que había sido atacado ».
La mayoría de ellos, carece de una pensión, ya que no se les considera combatientes. Además se les mantienen antecedentes penales, muchos por « terrorismo y bandidaje ». Desde la Asociación Archivo, Guerra y Exilio, que preside « Quico », tratan de acabar con estas injusticias, y lo hacen reivindicando la memoria de los que lucharon, y murieron por un ideal de libertad.