Cuando se cumplen 140 días del Año Internacional de la Diversidad Biológica, Ecologistas en Acción alerta de que las administraciones no están prestando la necesaria atención a la Biodiversidad, y siguen adoptando de forma sistemática decisiones que potencian su destrucción.

Cuando se cumplen 140 días del Año Internacional de la Diversidad Biológica, Ecologistas en Acción alerta de que las administraciones no están prestando la necesaria atención a la Biodiversidad, y siguen adoptando de forma sistemática decisiones que potencian su destrucción.

Aunque en estos 140 días se ha realizado un cierto esfuerzo, muy insuficiente todavía, para mejorar la conciencia pública sobre la importancia de salvaguardar la diversidad biológica, a la hora de la verdad todas las administraciones continúan con el mismo modelo de desarrollo insostenible que es el responsable de la pérdida de biodiversidad, como lo demuestran los siguientes ejemplos.

A nivel Mundial destaca la decisión tomada en la XV Conferencia de las Partes de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES), celebrada desde el 13 al 25 de marzo, en Doha, de no proteger a ninguna de las cuarenta especies marinas cuya inclusión en los Apéndices I y II se propuso. Destacó el fracaso en la prohibición del comercio internacional de atún rojo atlántico y en regular el comercio internacional de ocho especies de tiburón y 31 de corales rojos y rosas, todas ellas esenciales para los océanos. Se tomo esta decisión, primando claramente los intereses pesqueros y comerciales sobre la conservación de las especies.

En la Unión Europea, aunque el Consejo de Medio Ambiente del 15 de marzo aprobó la meta de detener y revertir la pérdida de biodiversidad para 2020, el Consejo Europeo de Primavera, en su reunión del 26 de Marzo aprobó la estrategia “Europa 2020”. Esta estrategia no solo no incorpora el objetivo de frenar la pérdida de biodiversidad, sino que tiene como principal objetivo el crecimiento económico, que se ha demostrado incompatible con detener la pérdida de biodiversidad.

En el Estado español, entre todas las medidas adoptadas y contrarias a la biodiversidad, destacó a principios de año la prematura reapertura del caladero de anchoa del cantábrico, en vez de esperar por lo menos hasta el verano dando tregua a otro año de reproducción. La consecuencia fue que los propios pescadores pidieron volver a cerrar la pesquería unos meses porque eran muy pequeños los peces. Además el Ministerio de Medio Ambiente también ha continuado con su apoyo al cultivo de transgénicos a gran escala, pero además en 2010 el Gobierno español apoyó que la Comisión Europea autorizase un nuevo cultivo transgénico, el primero que se realiza desde 1998, la patata transgénica “Amflora” desarrollada por la compañía agroquímica BASF.

Y entre las decisiones autonómicas destaca la muy reciente aprobación de la Ley relativa al Catálogo Canario de Especies Protegidas, que anteriormente protegía a 449 especies y ahora solo a 360, desprotege a 89 especies, e incorpora a 171 especies en una nueva categoría en la que su protección se limita a los espacios protegidos. Esta Ley, que no ha contado con ninguna participación y no tiene rigor científico, supone el mayor retroceso en la protección de la biodiversidad canaria de su historia, y tiene como principal objetivo poder ejecutar proyectos insostenibles como el puerto de Granadilla.

La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el año 2010 como el Año Internacional de la Diversidad Biológica con el fin de concienciar sobre la importancia de la biodiversidad en la vida humana y para instar a la adopción de nuevos esfuerzos que permitan reducir significativamente el ritmo de la pérdida de biodiversidad. Aunque reducir el ritmo de pérdida de biodiversidad requerirá de muchas e importantes medidas durante los próximos diez años, es vital que 2010 sea el punto de inflexión a partir del cual conservar la biodiversidad sea la prioridad de todos los Gobiernos. Si no aprovechamos 2010 para avanzar hacia la auténtica sostenibilidad y para adoptar las primeras medidas que permitan reducir la extinción de especies, el objetivo de frenar la pérdida de biodiversidad en 2020 quedará condenado a un nuevo fracaso.

Ecologistas en Acción


Fuente: Ecologistas en Acción