Artículo publicado en Rojo y Negro nº 399, abril 2025

En rueda de prensa celebrada el 4 de marzo en la sede confederal de CGT, la organización anarcosindicalista denunció lo acontecido con David Blanco, secretario de Relaciones Internacionales expulsado sin justificación de la ciudad del Sáhara ocupado de Dajla.
Miguel Fadrique, secretario general de CGT, comenzó indicando que la presencia del compañero tenía como misión conocer de primera mano “el estado de la situación allí, para entrevistarse con compañeros y compañeras”. Pero no llegó a estar ni 24 horas, en una “odisea” que contó el propio Blanco.
El secretario de Relaciones Internacionales narró lo ocurrido. “El día 1 de marzo me reuno con Ahmed Ettanji de Equipe Media con el cual tenemos una entrevista y preparamos el viaje a Dajla”. Desde el día 18 de enero de 2025 la empresa Ryan Air está operando dos vuelos a la semana a ese territorio como si se tratase de un destino turístico. Desde entonces se ha deportado a 11 personas del Estado español. David Blanco aseguró que en principio pensaban que era probable que se produjese una “devolución en caliente” nada más aterrizar y que no le dejaran bajar del avión como ha ocurrido con otras personas solidarias que han viajado hasta allí, pero no ocurrió así y una vez en el hotel se dispuso para visitar a varias personas víctimas de la represión marroquí por su activismo en favor de los derechos del pueblo saharaui. Es cuando sale a la calle que ya detecta que hay policías marroquíes haciendo un seguimiento de su presencia y grabando con un teléfono sus movimientos. David Blanco se reunió con Mohamed Anguiguiz, activista recientemente detenido por su actividad en redes sociales, así como con la familia de Aghrichi, activista desaparecido desde hace tres años, y mantuvo un encuentro con miembros de la organización saharaui CODESA, que “trabaja para garantizar el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación y a ejercer soberanía sobre sus recursos naturales”.
Tras la jornada de visitas, al día siguiente abandonó el hotel para darse una vuelta por la ciudad durante un par de horas advirtiendo que el seguimiento se había intensificado y ya le acompañaban, de manera permanente, tres coches y un agente motorizado todos vestidos de civil. De vuelta a su habitación del hotel y tras ponerse en contacto con la Embajada de España para comunicar su presencia en la ciudad y que había sido objeto de seguimiento policial es cuando treinta minutos después sube un empleado para avisarle de que tiene que hacer las maletas y abandonar su estancia, que la policía le está esperando en la recepción. Al salir del ascensor “había seis policías esperándome”. Y le dicen que es “persona non grata” en Dajla y que debe salir para Agadir en Marruecos en un taxi que les espera en la puerta. Es en ese momento que avisa al sindicato y a la embajada de que se está iniciando un proceso de expulsión. Un trayecto por carretera de 1.147 kilómetros que se inicia con un agente dentro también del coche, un viaje que duraría 14 horas con más de diez controles en el camino y un agente esperando en la ciudad marroquí donde fue abandonado en la estación de taxis. Allí llegó a las 4 de la mañana y posteriormente cogió un avión que le trasladó hasta Tenerife.
En esa rueda de prensa tanto David Blanco como Miguel Fadrique expresaron la determinación de CGT de seguir denunciando la vulneración de los derechos humanos en los territorios ocupados por Marruecos y la solidaridad del conjunto de la organización con el pueblo saharaui.

Jacobo Rivero

 


Fuente: Rojo y Negro