Las organizaciones que integran la Red Sindical Internacional de Solidaridad y de Luchas expresan su solidaridad con el sindicato del profesorado Teachers Union (SYECO) y el Sindicato Nacional de Profesores Católicos (SYNECAT) en su lucha por mejorar las condiciones de vida y de trabajo del profesorado.
Desde hace tres semanas, el profesorado en el Congo ha tomado las calles para protestar por distintos asuntos, incluidos sus magros salarios, las retribuciones extraordinarias, la edad de jubilación y las condiciones de trabajo, entre otras muchas cuestiones que han surgido desde que el programa de educación primaria gratuita se implantar en el año 2019 por el presidente Félix Tshisekedi. El gobierno acusa a los líderes de los grupos religiosos de estar detrás de la huelga, unas alegaciones que han sido categóricamente rechazadas.
La educación pública en el Congo es un sistema híbrido compuesto por escuelas gestionadas por el gobierno con la ayuda de organizaciones de distintas confesiones. Tanto las madres y los padres como el profesorado están preocupados por el impacto negativo que la incapacidad del gobierno para pagar a estos últimos su salario pueda tener en el calendario escolar.
Desde mediados de los años ochenta, la educación había prácticamente desparecido del presupuesto gubernamental. Madres y padres se habían visto obligados a financiar la educación de sus criaturas. A pesar de que el gobierno aún juega un papel importante en la gestión del sector educativo, lo hace sin recursos. La Iglesia Católica se ha hecho cargo de los salarios del profesorado y ha permitido que madres y padres paguen ahora al profesorado durante un periodo mayor de tiempo. El aumento de las tasas de matrícula ha impedido que muchas criaturas accedan a la educación primaria. Los y las estudiantes cuyos padres y madres no se pueden permitir las tasas de matrícula sufren el rechazo de los colegios.
Cuando comenzó el programa de educación primaria gratuita, supuso un importante alivio para muchos padres y madres que no veían cómo desbloquear la situación. Esta iniciativa cumplía con el artículo 43 de la constitución del Congo, que estipula que la educación primaria debe er obligatoria y gratuita en escuelas públicas.
El programa de educación primaria gratuita iba a ser implementado con el respaldo financiero del neoliberal Banco Mundial. Sin embargo, este prestamista declaró que era demasiado temprano para comprobar si el programa había tenido éxito. Al tiempo que el profesorado continuaba con su lucha para mejorar sus condiciones laborales, el estudiantado también ha decidido unirse a la lucha para demandar al gobierno un aumento en los salarios del profesorado y una mejor de sus condiciones laborales, de manera que puedan poner fin a una huelga que durante las últimas tres semanas ha tenido las clases suspendidas. Los y las estudiantes llevaron la lucha a la asamblea nacional, reivindicando que las personas que integran el parlamento buscaran una solución para terminar con la huelga del profesorado.
El Ministro de Educación Primaria, Secundaria y Técnica ha amenazado con despedir al profesorado, pero esto no ha hecho decaer los ánimos ni la resolución de este. El Congolese Renaissance Movement saluda la determinación del profesorado y de sus sindicatos para continuar con la lucha contra su sobre-explotación.
Las luchas del profesorado y del estudiantado, las luchas de los trabajadores y las trabajadoras por mejorar sus condiciones de vida y de trabajo; así como por una educación comprehensiva y por el reforzamiento de la escuela pública no se pueden ver coartadas por el autoritarismo, las amenazas y la intimidación. Las organizaciones que integran la Red Sindical Internacional de Solidaridad y de Luchas expresan su solidaridad con las luchas del profesorado en la República Democrática del Congo. Los problemas en las escuelas públicas y privadas son muy similares en todos los países. Con el pretexto de la pandemia de Covid-19, la privatización y mercantilización de la educación, la reducción de los salarios, la precariedad laboral, la desigualdad y la exclusión han seguido aumentado.
¡Trabajadores y trabajadoras del mundo, uníos!
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