En el 2009 la empresa implantó de manera unilateral un sistema inhumano de ritmos denominado PECE. Desde ese momento CGT no hemos dejado de emplearnos a fondo contra él con todas las armas de las que disponemos. Unas veces acompañados de otras organizaciones y otras veces en solitario, como sucedió con la primera denuncia que interpusimos al no abrir la empresa un periodo de negociación ante una clara modificación de las condiciones de trabajo, tal y cómo indica el Estatuto de los Trabajadores.
Una de
las consecuencias de este hecho fue el ataque que sufrimos por parte
de las organizaciones mayoritarias por medio de comunicados
tachándonos de oportunistas. Pero el juicio se ganó ante el
Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León y eso sanó la
ceguera de los que hasta entonces no veían o no querían ver.
Una de
las consecuencias de este hecho fue el ataque que sufrimos por parte
de las organizaciones mayoritarias por medio de comunicados
tachándonos de oportunistas. Pero el juicio se ganó ante el
Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León y eso sanó la
ceguera de los que hasta entonces no veían o no querían ver. La
empresa para ganar tiempo interpuso un recurso de casación que es
prácticamente imposible que gane y abrió un periodo de consultas
ficticio, no para negociar, sino para que aceptásemos sin reservas y
a cambio de nada la
implantación de un sistema ¡ya implantado!,
y así evitar las consecuencias de una sentencia que no le será
favorable.
Ante
esa mala fe demostrada por la empresa, desde CGT
propusimos al resto de organizaciones denunciar para que esa
negociación fantasma quedase invalidada. UGT, CC.OO y CCP quisieron
imponernos la elaboración de un contrainforme en el que no nos
dejaron participar y solamente Trabajadores Unidos decidió denunciar
con nosotros.
El
resto propuso interponer una denuncia desde el Comité de Empresa
contra el propio sistema, y ese ha sido el único punto en el que nos
hemos puesto de acuerdo todos los sindicatos.
LA DEMANDA DE CGT CONDICIONA EL PROCESO DE IMPLATACIÓN DEL PECE
Antes
de comenzar el juicio, y a propuesta de la empresa, se llega a un
acuerdo con los dos abogados de la parte denunciante (el de CGT
y el del Comité). Dicho acuerdo consiste en aplazar el juicio 60
días (tope que marca la Ley) a
la espera de que el Tribunal Supremo resuelva sobre el recurso de
casación que interpuso la Empresa ante la sentencia favorable a CGT
que la obligaba a retirar el sistema PECE.
Dicen
que una retirada a tiempo vale más que mil victorias.
En esto la empresa ha demostrado ser sabia, porque de celebrarse el
juicio habría quedado en cuestión su buena fe y la legalidad del
sistema PECE.
Como
la empresa no puede dar marcha atrás a los acontecimientos por ella
provocados, un aplazamiento le permite congelar la imagen y que
aparentemente todo vuelva a la situación anterior al 12 de Abril,
día en el que inició el famoso periodo de consultas fraudulento.
Volvemos al escenario de espera de finalización del proceso iniciado
por CGT
en solitario, cuyas
consecuencias serán la retirada del PECE en montaje Valladolid, y el
haber evitado su posible implantación en otras factorías como
Motores o Sevilla.
A partir de ahí si quiere modificar algo tendrá que negociar de
buena fe ateniéndose a lo que marca la Ley sobre ritmos y salud en
trabajo y teniendo en cuenta el informe de la inspección sobre el
sistema PECE (si le quedan ganas de implantarlo).
Esto
demuestra tres cosas:
CGT
teníamos razón cuando no nos quedó otro remedio que interponer la
denuncia en solitario.La
empresa no puede hacer lo que quiera, debe negociar cualquier
modificación que afecte a las condiciones de trabajo.LA
LUCHA, al final da sus frutos.
COORDINADORA
DE SECCIONES SINDICALES RENAULT ESPAÑA
Fuente: CGT Renault España