El miércoles 9 de Julio, tuvo lugar una concentración y posterior manifestación en Valladolid en el marco de una campaña global contra la impunidad de Israel a los 10 años de la sentencia del Tribunal Internacional de Justicia de la Haya que exigió a Israel el desmantelamiento del Muro de Apartheid construido en Palestina el 9 de julio 2004 y en el contexto de la cruel ofensiva llevada a cabo por el ejército y extremistas israelíes contra el Pueblo indefenso Palestino en una escalada de castigos colectivos, crímenes y ataques racistas, desde el 12 de junio tras la desaparición de los tres jóvenes colonos, y en respuesta a la convocatoria realizada desde la RESCOP (Red Solidaria Contra la Ocupación de Palestina) a la que pertenece la Plataforma Solidaria con Palestina de Valladolid.
Sólo en el día de hoy han sido asesinadas 16 personas en la franja de Gaza.
La manifestación comenzó a las 20:30 horas desde la Plaza de Fuente Dorada, y tras recorrer buena parte del centro de Valladolid, finalizó en el mismo punto de inicio con la lectura de un comunicado.
Sólo en el día de hoy han sido asesinadas 16 personas en la franja de Gaza.
La manifestación comenzó a las 20:30 horas desde la Plaza de Fuente Dorada, y tras recorrer buena parte del centro de Valladolid, finalizó en el mismo punto de inicio con la lectura de un comunicado.
Desde el anuncio por la Autoridad Palestina de su intención de constituir un gobierno de unidad nacional con Hamas, Israel ha puesto todo su empeño en socavar la reconciliación intrapalestina y reunificación política de Gaza y Cisjordania. Ha anunciado la construcción de más colonias israelíes en Cisjordania y en Jerusalén Este, y ha incrementado sus ataques contra la población palestina.
El pasado 12 de junio, estos ataques se intensificaron tras la desaparición de 3 colonos israelíes menores de edad, cuyos cuerpos fueron hallados 18 días más tarde en una zona entre la ciudad de Hebrón y el bloque de colonias de Gush Etzion. Desde el inicio de la búsqueda de los tres colonos, el Ejército israelí ha asesinado a 13 civiles palestinos, de los cuales 2 eran menores de edad, y ha herido a 90 personas, incluyendo 16 menores y 3 periodistas. Ha realizado 190 incursiones en ciudades, pueblos y campos de refugiados palestinos, y ha asaltado casas, instituciones, universidades y sedes de ONG y revistas. Israel ha destruido las casas de las familias de los dos palestinos acusados del triple crimen sin que se haya demostrado que sean los autores de dichos asesinatos.
Israel no sólo se ha negado a liberar a los presos en detención administrativa en huelga de hambre, sino que ha aprovechado la desaparición de tres jóvenes colonos para encarcelar a más de 500 palestinos en toda Cisjordania. Además, como viene siendo costumbre, ha sometido a la Franja de Gaza a más de 100 bombardeos.
Netanyahu anunció que Israel le haría pagar un alto precio a Hamas, al que acusa de estar detrás del secuestro, responsabilidad que este partido ha negado rotundamente. Los discursos que animan a las represalias se extienden entre la derecha israelí, lo que se ha traducido ya en ataques violentos de colonos contra palestinos. Así, en la madrugada del 2 de julio, el secuestro y asesinato del palestino de 16 años Mohammed Abu Khdeir por unos colonos israelíes ha sembrado el pánico entre la población palestina indefensa ante el sistema racista que les discrimina y oprime.
Acostumbrado a quedar impune por sus crímenes de guerra contra el pueblo palestino, el gobierno de Israel tampoco parece asumir la responsabilidad que le corresponde en la muerte de los tres menores colonos al ser el arquitecto de la política colonial que utiliza a civiles israelíes como instrumento de anexión territorial. El trasvase de población civil israelí a los territorios ocupados constituye un crimen de guerra según la IV Convención de Ginebra y ha sido condenado por el Tribunal Internacional de Justicia de la Haya el 9 de julio 2004.
Ahora se cumplen 10 años desde que este tribunal internacional ordenó a Israel desmantelar el Muro de Anexión así como las colonias construidas ilegalmente, restituir las tierras anexionadas y reparar a los palestinos y palestinas por los daños causados. A la comunidad internacional exigió que no reconociera ni prestara ayuda o asistencia a la construcción y mantenimiento del Muro y las colonias. Instaba también a los países de la ONU a actuar para poner fin a la situación creada por dichas infraestructuras.
Hoy exigimos el cumplimiento de esta sentencia histórica, la suspensión del acuerdo de asociación entre la UE e Israel y la cancelación de todo tipo de cooperación militar y policial con el Estado colonial, criminal y de Apartheid israelí. Además, pedimos que las empresas españolas tales como ADIF, que alquila en sus estaciones tiendas a la marca de cosméticos Premier, dejen de sacar beneficio del comercio o inversiones con empresas activas en las colonias israelíes, porque con ello se convierten en cómplices de crimen de guerra.
Solidaridad con el pueblo palestino
Rompamos el Muro del silencio y la impunidad