Wilson Fernando Stopper Pinto murió el 3 de enero en el servicio de Urgencias de Colmenar Viejo, poco después de ser detenido por la Guardia Civil por exceso de velocidad.
En el certificado de defunción consta que se trató de «una parada cardiorrespiratoria». Pero la familia de este ecuatoriano de 25 años sospecha que la muerte se la causó la supuesta paliza recibida por los agentes. «Si ves el cuerpo te das cuenta de la gravedad de los golpes», aseguró ayer a ADN su hermana Diana, que hoy denunciará el hecho.
La Embajada de Ecuador solicitó ayer al Ministerio del Interior una reunión urgente para recabar información sobre el fallecimiento. «Aún no hemos recibido respuesta», explicó ayer Gustavo Mateus, cónsul ecuatoriano en Madrid.
Wilson, que llevaba cinco años en España y trabajaba en una empresa de cosméticos y era camarero, estaba a punto de pedir la nacionalidad. Según la Guardia Civil, cuando intentaron detenerle, salió corriendo. El esfuerzo físico durante la persecución pudo haberle provocado un fallo cardíaco, afirman fuentes de la Benemérita.
Para Ricardo Ortiz, padrastro de la víctima, las cosas no están tan claras. «Tiene la frente hundida por un golpe», aseguró desde Ecuador, donde hoy tiene previsto reunirse con el presidente, Rafael Correa.