Mañana es el Día Mundial de la Biodiversidad. Con ese motivo, una decena de activistas de Ecologistas en Acción se han personado en la sede central de Repsol YPF en el paseo de la Castellana para llenar su logotipo de mariposas, al tiempo que desplegaban una pancarta. La acción ha denunciado que la compañía petrolera destruye la biodiversidad.
La acción pretende denunciar la acción biocida de las empresas petroleras en general y de Repsol en particular. Con la pegada de mariposas en su logotipo, la organización muestra la posibilidad de una reconversión energética, basada en la reducción del consumo y las fuentes renovables, y la desaparición de las empresas petroleras. El nuevo formato energético debe respetar la biodiversidad como uno de los bienes fundamentales para la supervivencia del planeta.
El impacto de las compañías petroleras sobre la biodiversidad es patente en estos días, con el vertido del Golfo de México por parte de BP, donde los ecosistemas se están viendo fuertemente afectados.
Pero no hace falta que haya vertidos de esa magnitud para que la actividad petrolera destruya la vida. En muchos casos, las reservas de petróleo y gas que Repsol explota coinciden con parques naturales y territorios indígenas protegidos por tratados internacionales, especialmente en América Latina. Éste es el caso de su presencia la Reserva de la Biosfera Yasuní (Ecuador), o en cuatro Parques Nacionales en Bolivia y una zona protegida en Argentina.
Merece especial atención el caso del Yasuní, el hogar de una de las mayores variedades genéticas de animales y plantas del planeta. Abarca cerca de un millón de hectáreas de selva tropical virgen y está situada en la Amazonia ecuatoriana. Por ejemplo, esta selva cuenta con el mayor número de especies de árboles por hectárea en el mundo. Sólo una hectárea de Yasuní acoge el mismo número de especies de árboles nativos que toda América del Norte. El Parque contiene el 44% de los pájaros de la cuenca del Amazonas, hecho que la convierte en uno de los lugares de aves más ricos de la tierra. Las estadísticas están llenas de ejemplos similares en cuanto a distintas variedades de murciélagos, anfibios, reptiles o abejas.
La actividad petrolera de Repsol en el Yasuní implica vertidos periódicos, como ya ha venido denunciando Ecologistas en Acción y organizaciones locales como Acción Ecológica (ver www.ecologistasenaccion.org o www.accionecologica.org). Pero no sólo eso, un campo petrolero implica la construcción de infraestructuras (ductos, carreteras, helipuertos), la realización de prospecciones sísmicas, el quemado de gas al aire, piscinas de deshechos tóxicos… en definitiva, la destrucción de la vida. Según la organización ecologista, lo que Repsol está haciendo en la reserva ecuatoriana es más grave que lo que implicaría tener un campo petrolero en Doñana, algo que aquí sería impensable.
Con esta acción, Ecologistas en Acción además quiere apoyar el proyecto ITT, por el cual parte de las reservas petroleras presentes en el Yasuní no se explotarían a cambio del pago, por los países y empresas del Norte, de la mitad del dinero que ingresaría Ecuador si se vendiesen esos hidrocarburos. El pago sería en concepto de restitución de la deuda ecológica contraída con Ecuador por nuestro sobreuso de hidrocarburos y los impactos que esto ha conllevado sobre la vida.
Fotos en http://www.ecologistasenaccion.org/spip.php ?article17630
Ecologistas en Acción