En este Organismo público, la Jefatura Central de Tráfico (conocida comercialmente como DGT), siguen imperando los modos y maneras de una dictadura, en las que la condición más alabada es la servidumbre de los empleados ante la decisión del “jefe”.
Aquí no se expedienta a nadie, pongamos por ejemplo, por indolente (y algunos hay, como en todas partes) o muy difícilmente se abre expediente por maltrato al público (y algún caso ha habido), pero tener la “osadía” de discutir la legalidad de una “orden del jefe” eso sí se persigue con saña y sin excepción. Tal es el caso del compañero Rodrigo Vázquez Arias, funcionario examinador en esta Jefatura de Tráfico de Pontevedra y representante sindical de la CGT.
En julio de 2005, la Jefa de Tráfico impone en la realización de los exámenes de circulación dos criterios que el compañero considera ilegales y así lo argumenta por escrito. Al requerimiento de Rodrigo, nadie responde, por lo que nuestro compañero se ve obligado a insistir. Hay que esperar hasta diciembre de 2007 para que la DGT responda, confirmando uno de los criterios defendidos por Rodrigo. Con respecto al otro sigue el silencio aún a día de hoy. Con todo en los exámenes en esta provincia de Pontevedra nada cambia, todo sigue igual.
En diciembre de 2008 y agosto de 2009 se ordena a Rodrigo realizar pruebas de circulación y este, con el informe de la DGT en la mano, se niega a vulnerar la legalidad. En noviembre de 2009 se le incoa expediente disciplinario por falta de obediencia a sus superiores jerárquicos.
¡Está claro !, a la DGT más que la formación de conductores le importa la “autoridad del jefe”, pretendiendo ignorar que su actuación está plenamente sometida a la ley y al Derecho, no a la arbitrariedad de sus “mandos”.
Esta actitud, dictatorial y falaz, continúa en la misma instrucción del expediente disciplinario. Una instrucción que no busca conocer la verdad de los hechos y en la que no escasean las artimañas : manipulación de declaraciones, “invento” de trámites no reglamentarios para alargar el expediente, ocultamiento de documentos que luego “aparecen” en el momento “adecuado”, rechazo injustificado de pruebas, etc.
Pese a que está documentalmente probada la ilegalidad de los criterios impuestos por la Jefa de Tráfico de Pontevedra en su Oficio de 22 de julio de 2005, este hecho de nada le sirve a la instructora del expediente disciplinario. Tampoco las 587 firmas de funcionarios de la Administración General del Estado en esta provincia, ni la denuncia de Juntas de Personal desde diferentes lugares del Estado han servido para cambiar el “talante”. ‘Impasible el ademán’ (como decía el himno fascista, en los tiempos en que las Jefaturas de Tráfico nacían precisamente como Jefaturas y no como organismos públicos sometidos al interés y atención de los ciudadanos), la instructora sigue en su empeño represor y propone una suspensión a Rodrigo de dos meses de empleo y sueldo.
No sólo para impedir esta injusticia para con el compañero, que también, sino para cortar de raíz el “ejemplo” que la DGT pretende dar a todos sus empleados, vamos a seguir luchando hasta conseguir el sobreseimiento de este expediente y la erradicación de estos modos y maneras dictatoriales en la DGT.
CGT Pontevedra
Fotos Ronny Stansert