Independientemente de la mentalidad de talibán del arzobispo de Santiago, Julián Barrio, como ha quedado manifistamente clara tras la lectura de su panfletaria cruzada contra las intenciones del Ejecutivo socialista de legalizar el matrimonio entre homosexuales, lo verdaderamente grave es que el rey de España y el presidente del Gobierno han acudido a un acto religioso en calidad de representantes de un Estado que se define a sí mismo en su propia Constitución como laico. Tanto el rey como el presidente del gobierno tienen todo el derecho de asistir a actos de este tipo si tan católicos son, pero deben hacerlo a nivel personal, sin que medie ningún tipo de acto oficial, ya que esto reprentaría la aceptación de la catolicidad del Estado español, y esto no solamente es anticonstitucional, sino que además es una manipulación.
Ya va siendo hora que de una vez por todas se produzca la separación de Iglesia y Estado y se deje de favorecer económica y descaradamente a una secta que a la hora de la verdad no difiere tanto de los tan denostados talibanes.Air Jordan VII 7 Retro