Un total de 15 bebés mamaron ayer frente a La maja desnuda de Goya. Se trataba de una convocatoria de protesta realizada a través de Internet como muestra de apoyo a Cindy, una mujer a la que obligaron a retirarse de esa misma sala por dar el pecho a su hijo, el pasado 7 de agosto. «Dar el pecho es algo natural», dice Teresa, una de las mujeres que participó en la protesta, «es muy hermoso y no debe ofender a nadie».
El 7 de agosto Cindy Piccard y su marido paseaban por la sala de Goya del Museo del Prado cuando su bebé, Tristán, se despertó y comenzó a llorar. «Estábamos frente a La maja y, al verle, me retiré a un banco para sentarme y darle de comer, que era lo que pedía». Fue entonces cuando se acercó a ellos un guardia de seguridad y les dijo que se fuesen. «Que no podía dar el pecho a mi hijo allí. Que tenía que ir al baño o a la cafetería. Que mi actitud podía molestar a los demás visitantes».
Cindy asegura que se quedó de piedra. Pidió explicaciones, quiso saber si existía una norma que lo prohibiese. Cuando el guardia le ratificó que estaba prohibido, Cindy se levantó, aún con la boca abierta y el niño en brazos, y salió de la sala directa a firmar una reclamación contra el museo.
«En conserjería me dijeron que no estaba prohibido y que el guarda debería estar equivocado, pero aun así expresé mi queja por escrito». Semanas después, según Cindy, recibió una carta en su domicilio en la que la institución se disculpaba por las molestias, pero, según la joven «la carta no esclarecía si estaba o no prohibido dar de mamar a un bebé allí».
Fuentes del Museo del Prado aseguran que no existe ninguna prohibición de amamantar a un lactante en las salas. «Están prohibidos los biberones porque contienen líquido y no se puede entrar con ellos en las salas», explican. Las mismas fuentes aseguraron que si expulsaron a la mujer debió ser por una interpretación personal y errónea del guardia de seguridad.
Las madres que se reunieron ayer frente a La maja desnuda quisieron pronunciarse a favor de «la normalización de la lactancia natural». «Ver amamantar a un bebé no debe ofender a nadie, en todo caso, quien podría sentir pudor es la madre» cuenta una de las manifestantes, Laura, de 29 años. «Quien tiene hijos entiende que cuando tu bebé llora y necesita comer tú le das el pecho, sin que importarte dónde estés. Es algo natural y no tiene nada de indecoroso».