Arrollados por el ciclón Wojtyla
De Arrupe a Casaldáliga, pasando por Romero, Ruiz o Gaillot, el Papa difunto fue inflexible a la hora de reafirmar su autoridad doctrinal e institucional
Juan Pablo II fue un Pontífice de personalidad arrolladora. Un auténtico ciclón que en ocasiones pasó por encima de las diferencias camino de su objetivo : reafirmar la identidad doctrinal e institucional de la Iglesia católica. Como ha escrito el teólogo Rafael Aguirre, accedió al Papado en 1978 con la preocupación de acabar con una etapa que muchos consideraban como de excesiva experimentación e incertidumbre, como consecuencia de la aplicación del Concilio Vaticano II.
Interesante artículo. HABLANDO SOBRE EL PAPA JUAN PABLO II
Arrollados por el ciclón Wojtyla
De Arrupe a Casaldáliga, pasando por Romero, Ruiz o Gaillot, el Papa difunto fue inflexible a la hora de reafirmar su autoridad doctrinal e institucional
Juan Pablo II fue un Pontífice de personalidad arrolladora. Un auténtico ciclón que en ocasiones pasó por encima de las diferencias camino de su objetivo : reafirmar la identidad doctrinal e institucional de la Iglesia católica. Como ha escrito el teólogo Rafael Aguirre, accedió al Papado en 1978 con la preocupación de acabar con una etapa que muchos consideraban como de excesiva experimentación e incertidumbre, como consecuencia de la aplicación del Concilio Vaticano II.
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En esta labor, contó con la decisiva colaboración de Joseph Ratzinger, teólogo alemán que ha regido con mano firme la Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio).
La Compañía de Jesús, donde el bilbaíno Pedro Arrupe había impulsado un ’giro a la izquierda’ que ya trajo de cabeza a Pablo VI, fue objeto de una drástica intervención de Wojtyla en 1981, año del atentado en la plaza de San Pedro y de la trombosis cerebral del General de los Jesuitas.
Saltándose todos los procedimientos establecidos, el Papa sustituyó al vicario de la Compañía, Vincent O’Keefe, por un delegado personal de la autoridad papal, el padre Paolo Dezza. Desautorizado y enfermo, Arrupe aguantó dos años más, hasta que la 33ª Congregación de la Compañía designó prepósito general a Peter Hans Kolvenbach. Murió en 1991. Su pecado, atreverse a proclamar que « la injusticia es un ateísmo práctico ». Entre 1965 y 1990, diez mil jesuitas abandonaron la orden fundada por San Ignacio.
Teologia de la Liberación
La Teología de la Liberación y los obispos afines a ella en Latinoamérica marcaron el inicio del Pontificado. La imagen de Juan Pablo II regañando en público al entonces sacerdote y ministro revolucionario Ernesto Cardenal durante su viaje a Nicaragua en 1983 dio la vuelta al mundo.
Más calladamente, Roma apartó en estos años sin vacilar a muchos prelados cercanos a la Teología de la Liberación y los sustituyó por otros próximos al Opus Dei.
Así ocurrió en México con Samuel Ruiz, obispo de Chiapas, cuna de la guerrilla Zapatista, o en Brasil, donde Ivo Lorscheiter, Luciano de Almeida y Celso Queiroz fueron relegados a diócesis modestas del interior del país. Con el Papa ingresado en el Gemelli, el Vaticano aceptó la renuncia del catalán Pedro Casaldáliga, obispo emérito de Sao Félix de Araguaia, en cuanto éste superó los 75 años.
Preocupado por la proliferación de sectas no católicas en el continente, el Papa animó movimientos neoconservadores como el de los Legionarios de Cristo. Otras personalidades de la Iglesia sudamericana, como el brasileño Helder Cámara o el salvadoreño Óscar Romero, de cuyo asesinato se cumplieron 25 años el pasado 24 de marzo, fueron vistas con distancia cuando no con recelo.
A la diócesis de este último, ’mártir de los pobres’ en El Salvador, el Vaticano envió en 1995 a un arzobispo español del Opus Dei a quien Noam Chomsky atribuye el siguiente comentario a sus feligreses : « Ustedes no se preocupen por las condiciones sociales. Si no pecan, tendrán su recompensa en la próxima vida ».
En Europa, la Curia puso freno a los procesos democratizadores de los sínodos de los Países Bajos y Austria, batalló con el presidente de los obispos alemanes Karl Lehmann en cuestiones como la prohibición de la eucaristía a los divorciados y defenestró al francés Jacques Gaillot, obispo de Evreux hasta que fue destituido en 1995 y nombrado titular de Partenia, una diócesis de África del Norte desaparecida en el siglo VI.
luis Sala
DISIDENTES
Leonardo Boff
El teólogo brasileño protagonizó el enfrentamiento teológico de mayor envergadura del Vaticano con la Iglesia americana. Mentor de la Teología de la Liberación, junto con Gustavo Gutiérrez e Ignacio Ellacuría, la publicación en 1981 del libro ’Iglesia, carisma y poder’ le valió una primera amonestación (fue condenado a un año de silencio). En 1992, después de que las autoridades eclesiásticas lo amenazaron con otro castigo, renunció a sus actividades sacerdotales. Sigue su cruzada en favor de los oprimidos en organismos de defensa de los derechos humanos.
Marciano Vidal
Moralista español de talla internacional. En 2001, el Vaticano le ordenó « reelaborar » su obra ’Moral de actitudes’, traducida a multitud de idiomas, en la que apreciaba « errores y ambigüedades » en temas como homosexualidad, anticoncepción, relaciones prematrimoniales y fecundación artificial. La Congregación para la Doctrina de la Fe se tomó cinco años para analizar las teorías del teólogo redentorista, a petición de las dos personas que hoy dirigen la Conferencia Episcopal Española : el obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, y el secretario José Antonio Martínez Camino. « Es y continúa siendo miembro » del cuerpo eclesial.
Hans Küng
El suizo ha sido uno de los teólogos más belicosos. Cuando Juan Pablo II fue elegido Papa, el proceso abierto contra él llevaba ya tres años en curso. La sentencia llegó en 1979 : « Se aparta en sus escritos de la plenitud de la verdad de la fe católica. En vista de ello, no puede considerarse como teólogo católico ni enseñar como tal ». Las diferencias con el Vaticano se referían fundamentalmente a cuestiones relativas a la infalibilidad del Papa, al magisterio de los obispos y a la Eucaristía. Küng -que se negó a acudir a Roma- fue privado de su cátedra de Teología católica en la Universidad de Tubinga. En octubre de 1985 publicó un artículo en el diario alemán ’Dei Zeit’ acusando a Juan Pablo II de « tener miedo a la libertad », de haber frenado el movimiento conciliar y llevar a cabo en Latinoamérica una política « en estrecha coordinación con la Casa Blanca ».
Edward Schillebeeckx
Dominico belga, asesor del Episcopado holandés en el Concilio, compareció ante el tribunal eclesiástico para aclarar sus opiniones sobre la divinidad de Cristo, la fundación de la Iglesia y la virginidad de María. Schillebeeckx expuso su postura en un documento en treinta folios que la Curia juzgó insuficiente. Cuando fue de nuevo citado a declarar ante la Congregación para la Doctrina de la Fe, se negó a dar más explicaciones y criticó con dureza sus procedimientos « inquisitoriales » y el proceder de Juan Pablo II al frente de la Iglesia. Roma le pidió una rectificación pública. Tras su proceso, mantuvo una actitud más moderada que Küng y se mostró conciliador.
Elizabeth Schussler Fiorenza
Biblista norteamericana que cuestiona el papel reservado a la mujer en la Iglesia. Sus reflexiones giran en torno a la historia de la cristología en términos de género, para redescubrir en la Iglesia primitiva un « discipulado de iguales ».
Eugen Drewermann
El alemán negó en 1992 el derecho de la Iglesia « a declarar culpable a la mujer que aborta sin preocuparse de saber en qué conflicto o en qué angustia vive ». El Vaticano le retiró el permiso para predicar -con anterioridad le había retirado la ’venia docendi’- por sus controvertidas tesis sobre el celibato sacerdotal y la virginidad de María.