El arzobispo católico de Praga, Miloslav Vlk, ha criticado duramente el tono ofensivo hacia las creencias religiosas cristianas que en su opinión supone la gira Confession, de la cantante Madonna, cuya actuación en Praga está prevista para mañana y pasado, con la asistencia de 100.000 espectadores.
La Conferencia Episcopal checa considera la gira «una ofensa inaceptable, una burla de la fe cristiana y un abuso del símbolo cristiano de la cruz». Además, cerca de un centenar de radicales ortodoxos se manifestaron ayer en la plaza Pushkin de Moscú (en la fotografía) para pedir una «nueva Inquisición» y pedir la suspensión del concierto de la próxima semana.