El ex director del FBI, J. Edgar Hoover, había planeado suspender la normativa contra las detenciones ilegales y pretendía arrestar hasta 12.000 estadounidenses que él creía eran sospechosos de ser traidores a la patria.
Un nuevo documento desclasificado, publicado por el diario The New York Times , revela que Hoover envió su plan a la Casa Blanca el 7 de julio de 1950, menos de dos semanas antes de que comenzara la guerra de Corea.
Pero no existen evidencias que sugieran que el entonces presidente de EE UU, Harry Truman, o cualquiera de sus sucesores aprobara enviar a esos norteamericanos sospechosos a las prisiones federales y militares.
Hoover quería que Truman declarara las detenciones masivas como algo necesario «para proteger al país contra las traiciones, espionaje y sabotaje», según publicó el rotativo estadounidense en su edición online. El plan buscaba que el FBI arrestara a todos los individuos potencialmente peligrosos y cuyos nombres estaban en una lista que Hoover había estado recopilando durante años.
«La lista contiene ahora aproximadamente 12.000 personas, de las cuales 97% son ciudadanos de Estados Unidos», escribió Hoover en el documento, desclasificado el viernes por el Departamento de Estado. «Para hacer efectivas estas detenciones, la proclamación suspende la orden judicial de hábeas corpus».
El hábeas corpus, según el DRAE, «es el derecho del ciudadano detenido o preso a comparecer inmediata y públicamente ante un juez o tribunal para que oyéndolo, resuelva si su arresto fue o no legal, y si debe alzarse o mantenerse».
Los detalles del plan de Hoover formaban parte de una colección de documentos de la era de la Guerra Fría relacionados a problemas de inteligencia entre 1950 y 1955.