Carmelo Sánchez Sanjurjo, funcionario del Ministerio de Medio Ambiente dependiente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, donde ha trabajado durante 21 años en seguridad de presas, se encuentra en huelga de hambre desde el miércoles 16 para denunciar irregularidades en su trabajo y reclamar que le sean restablecidas sus condiciones laborales ante el incumplimiento de una sentencia judicial que le da la razón.
– Rojo y Negro : ¿Qué motivos te han llevado a tomar la decisión de declararte en huelga de hambre ?
– Carmelo Sánchez : He intentado arreglar mis problemas de forma civilizada, mediante el diálogo, cosa que después de muchos meses no he conseguido. Como esto ha sido así, he tenido que recurrir a un medio más dramático, aunque vaya en contra de mi propia salud.
– RyN : Cuéntanos un poco cómo llegas a esta situación.
– C.S. : Desde que entro en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, mi jefe me dice que en todas las obras que haya, hay que sacarle dinero a los empresarios, con fines más o menos confesables. Con el paso del tiempo, estos fines se vuelven ya inconfesables, y yo me niego. A partir de ahí, dejan de darme trabajo. Paralelamente, empiezo a desarrollar arritmia y el cardiólogo me dice que no hay ninguna causa estructural ; que es un tema de la tensión nerviosa a la que estoy sometido. Como el problema laboral no se arregla, en el año 2003 me veo obligado a denunciar ante la Fiscalía los hechos de los que yo era conocedor, primero porque se me había intentado involucrar en muchísimas ocasiones, y segundo porque no había manera de conseguir trabajo si no seguía con las “colaboraciones”. La Fiscalía archiva inmediatamente la denuncia, lo que da pie al Ministerio a entender que se han aportado documentos falsos. Pero esto no trae consigo, por ejemplo, una demanda por injurias y calumnias o de falsas imputaciones, que hubiera sido lo más procedente, sino que lo arreglan en el ámbito administrativo. Me abren siete posibles sanciones, cinco de ellas las desestiman enseguida, y mantienen dos. Una de éstas es retirada en la última fase de instrucción, manteniendo la de “grave desconsideración hacia un superior”.
Mientras tanto, yo seguía con el proceso de arritmia y, antes de que se vaya a ejecutar la sanción y no de forma premeditada, tengo que ser hospitalizado y entro en situación de baja. Bueno, pues el Ministerio, estando yo en esta situación, me da de baja en la Seguridad Social, cosa que es ilegal. Que es ilegal lo reconoce la Inspección de Trabajo y el propio INSS, que dice que el art. 131 bis de la LGSS prohíbe que se dé de baja en la Seguridad Social a nadie en esta situación y que lo que procede es que una vez que el enfermo esté curado se le aplique la sanción. Estos señores hacen caso omiso y pretenden sancionarme de la siguiente manera : seis meses y medio de empleo y sueldo, pérdida de puesto de trabajo y traslado con cambio de residencia. No contentos con eso, me acusan de cohecho, remitiendo la misma subsecretaría un informe a la Abogacía del Estado para que ésta dé su opinión. La Abogacía del Estado dice que efectivamente no hay pruebas y que de las informaciones reservadas no comparten los criterios que exponen pero, no obstante, al ser el cohecho una figura delictiva importante, pues que sigan adelante.
Llegamos a finales de 2006, y la Audiencia Nacional anula la sanción. Algo más de un mes después, el Juzgado de Instrucción nº 8 de Granada cierra el caso de cohecho. Yo seguía con las arritmias, pero una vez que se sobrepasan los 18 meses de baja, si sigues enfermo por la misma patología, la Seguridad Social no te protege económicamente. Llega un momento en el que la asfixia económica es tan importante que, en cuanto me encuentro un poco mejor, voy a trabajar. Pensé que las cosas volverían a su cauce y que iba a haber una especie de paz. Pero la reacción de la CHG es : te rebajo el puesto de trabajo, te rebajo los complementos, te quito el ordenador porque es obsoleto pero no te pongo ninguno, te hago una liquidación de los haberes que dejaste de percibir pero basándome en terceros : hay un tercero que dice que te ha pagado tanto dinero y yo no lo compruebo, cojo esa cifra y te pago la diferencia. Ahí viene otra vez un pequeño pleito. El Ministerio lo acepta y hay que abrir una nueva querella por incumplimiento de sentencia. Me nombran un jefe, dicen que para que no exista conflicto (nunca lo he tenido con mi jefe : no nos hemos faltado nunca el respeto), un jefe funcional en Sevilla y un jefe orgánico o funcionarial en Granada. El jefe funcional me da un trabajo sin utilidad práctica, para que me mantenga entretenido hasta mi jubilación y no le moleste. Intento hacer algo útil, pero no se me facilita el asunto. Cuando CGT comienza a actuar de forma activa, ellos empiezan a hacer seudomovimientos.
Al estancarse la situación y no querer ellos negociar nada, me veo obligado a tomar una medida drástica. Como por otro lado tampoco se investigaron las actuaciones de mi jefe, tanto CGT como yo, después de un examen exhaustivo de las informaciones reservadas, decidimos hacer una acusación popular, que es admitida a trámite inmediatamente. Y en este momento nos encontramos : mientras un señor que es jefe de servicio está acusado de atentar al patrimonio a través de actos que se consideran de corrupción, el Ministerio no solamente en su día no le investigó sino que sigue sin hacerlo, rebajándole incluso las posibles sanciones que le puedan caer por vía administrativa para que prescriban, y además decide que le apoye la Abogacía del Estado como defensa en su querella, cosa que nos parece inaudito. Esto es, en síntesis, lo que me ha llevado a la huelga de hambre, en contra incluso de cualquier facultativo debido a mis problemas de arritmia.
– RyN : ¿Cuáles son los objetivos principales que quieres alcanzar con esta acción ?
– C.S. : Dos fundamentales : uno de ellos es que ya que nos hemos implicado en esta trama, nos sentimos, al ser conocedores de hechos presuntamente delictivos, en la obligación de seguirles la pista. Solicitar a la Ministra que, como responsable de este departamento, depure responsabilidades. La segunda parte (la menos importante) sería que me sean restituidos los derechos que una sentencia dice que me corresponden.
– RyN : ¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar con esta medida ?
– C.S. : Bueno, yo tengo un problema cardiaco. Mi voluntad es férrea : llegar hasta las últimas consecuencias. No depende tanto de mí, sino de las circunstancias que me rodeen. Yo no sé qué pasará si dentro de cinco o seis días sufro un ataque al corazón. Pero, como digo, mi voluntad es férrea : hasta que no se pronuncie el Ministerio, no cejaré en el empeño.
– RyN : ¿Hay algún mensaje que quieras hacer llegar a los lectores de RyN y a la afiliación de CGT ?
– C.S. : Que vean, tal vez, no sé si como ejemplo, pero que en una sociedad en la que cada día somos menos sociales, que piensen que de vez en cuando nace un David para retar a un Goliat. Me tenían contra las cuerdas ; pensaban que yo estaba absolutamente acabado, y ahora quienes están contra las cuerdas son ellos, porque tendrán que dar muchas explicaciones que nunca pensaron dar. Ánimo a todo aquel que se sienta oprimido porque, desde luego, la misma solidaridad que han demostrado conmigo, yo pienso darla a toda aquella persona que se encuentre en la misma situación.