En la tarde del lunes 24, tuvo lugar el primer acto público en la Plaza del Palillero inscrito en la Semana de Lucha Social de Cádiz. Después de la inauguración del viernes, con el Taller de Participación Ciudadana, este sería el primer acto con mesa, sillas, equipo de sonido, todo totalmente abierto a la ciudadanía que, informada o no del programa, se acercara por allí.
Se trataba de promover una reflexión popular sobre los Derechos Ciudadanos centrándonos en la situación de las personas que son detenidas y las que están en prisión porque, siendo un núcleo bastante numeroso de la población, rara vez se tienen en cuenta cuando se habla de estos derechos y no cuentan con la consideración popular necesaria para evitar los abusos y arbitrariedades de los que son víctimas constantemente.
El programa de la mesa redonda incluía previamente la intervención de dos personas que, por su actividad profesional, conocen de primera mano el día a día de esa realidad : la abogada y miembro de la Coordinadora estatal contra la tortura, Carmen Martínez Perza y la abogada y fundadora de “Deylus” (Defensa y Lucha Solidaria) asociación muy conocida y apreciada en Cádiz, ya disuelta, Esther Coto Rozano. Estas dos letradas se encargaron de informar y aportar interesantes datos sobre la comunidad presa para animar luego a las preguntas y comentarios del público asistente.
La intervención de Carmen Martínez se centró en la situación de la población reclusa. Fue un completísimo recorrido por las cárceles españolas, el perfil del recluso medio, el delito (calculado por promedio) por el que se ingresa por primera vez en prisión, la falta de garantías de “reinserción”, así como una profunda reflexión encaminada a favorecer el respeto hacia aquellas personas que han delinquido pero no por ello dejan de ser ciudadanos de pleno derecho.
La abogada Esther Coto habló del paso previo a la cárcel, la detención (o mera retención) en las dependencias policiales y judiciales. Un paso al que no han sobrevivido ya cuatro personas en lo que va de año en España. La diferencia entre tener una ley que proteja al detenido del maltrato y la realidad de que se cumpla esta ley en dichas dependencias. El derecho de un menor a no hacer pública su identidad y no ser entregado esposado, a la vista de todo transeúnte, en plena calle del centro comercial, por citar algunos ejemplos…
Como era de esperar, estas interesantísimas exposiciones lograron atraer, además del público que había acudido expresamente informado del tema del acto, a la gente que andaba por los alrededores, que no dudaron en interrumpir sus compras o quehaceres. Hasta el punto de que sillas, bancos de la Plaza, macetones decorativos y todas las esquinas se encontraron en poco tiempo nutridos de personas siguiendo las charlas con expectación creciente.
Una vez concluidas las intervenciones de las invitadas, comenzó el animado turno de preguntas, en el que llamó la atención la diversidad tanto de éstas como de las personas interesadas en hacerlas. Se preguntó, por ejemplo, sobre el “sello” de clase social de la población reclusa, sobre la constatación de la peor situación del sistema carcelario en España que en otros países, sobre la existencia de tortura en las detenciones… Una pregunta dio lugar a la explicación, que no había sido tenido suficientemente en cuenta, de lo que se llama “Centros de Internamientos de Extranjeros” peores incluso que las cárceles, donde los internos ni siquiera han cometido ni son acusados de delito alguno, sino de no tener “papeles”.
El debate concluyó, después de más de hora y media del acto en total, con una reflexión de un asistente donde se hacía una agria denuncia sobre la total componente de “venganza” del concepto de nuestro sistema punitivo carcelario, en el que se priva no sólo de lo “más sagrado que puede tener la persona, que es la libertad” sino de todo el resto de sus derechos como comunidad reclusa. Según este participante, en otras sociedades que nos atrevemos a llamar “menos avanzadas”, los métodos de castigo y disuasión del delito son muchísimo más humanos y efectivos para la convivencia social. Es aberrante pretender esta convivencia a base de venganzas y castigos desproporcionados. Esta reflexión, vehementemente defendida, fue aplaudida por el resto del público, conscientes ya de que, como avisamos en la hoja informativa del acto, “sería engañarse pensar que este asunto nunca nos afectará directamente”. Para concluir el sentimiento general que ambientó todo el tiempo esta charla-debate reproducimos, también de la hoja informativa, este pensamiento : “No hay profunda lucha social por la libertad que no pase por exigir el respeto de aquellas personas que ya la han perdido.”
Debemos destacar el agrado de los convocantes, participantes y asistentes por el éxito que sin duda constituyó esta primera mesa redonda popular. Hay que señalar que es prácticamente la primera vez que se hace en Cádiz este tipo de encuentros abiertos, populares y ampliamente participativos y que, salvando algunos fallos técnicos con el sistema de sonido al principio del acto, la calidad del mismo impresionó y contentó a todo el mundo, dando lugar al precedente que se hacía necesario para la justa movilización social y el avance en la conciencia ciudadana que queremos despertar esta Semana de Lucha Social.
Una vez más y cada vez con más razón podemos gritar alto y claro que “¡VENCER LA RESIGNACIÓN Y LA APATÍA ES POSIBLE !”.