Este sábado 5 de marzo al mediodía el Eje Feminista de Rompamos el Silencio ha realizado una nueva acción en la Puerta del Sol.
En la calle Preciados a la altura de la Puerta del Sol el Eje Feminista ha desplegado una pancarta con el lema "La violencia patriarcal nos mata a todas", mientras unas quince compañeras se tumbaron en el suelo, simbolizando las víctimas de las violencias patriarcales, representando cadáveres con mortajas violetas y etiquetas en los pies aclarando la causa de la violencia ("torturada por la talla 36", "aplastada por la carga familiar", "insultada por ir de la mano de mi novia"...).
Una negociación con una pareja de la Policía Municipal ha evitado que
hubiera ninguna identificación. Al finalizar el acto se ha leído el
siguiente comunicado.
CONTRA LAS VIOLENCIAS PATRIARCALES
Una negociación con una pareja de la Policía Municipal ha evitado que
hubiera ninguna identificación. Al finalizar el acto se ha leído el
siguiente comunicado.
CONTRA LAS VIOLENCIAS PATRIARCALES
Toda persona que es leída como mujer, de cualquier condición, origen o
procedencia, es susceptible de padecer violencias múltiples y cotidianas,
hasta llegar a su máxima expresión: el asesinato. Pero este suceso no es
un hecho aislado sino el resultado de un largo camino que comienza por la
continua observación de nuestros cuerpos como un objeto más de consumo y
continúa por la explotación en el mundo laboral y familiar.
Toda persona que es leída como mujer, de cualquier condición, origen o
procedencia, es susceptible de padecer violencias múltiples y cotidianas,
violencias que digerimos ya casi sin inmutarnos, como las manifestaciones
obscenas de ciertas figuras públicas del mundo de la política o la
cultura, como las violaciones o feminicidios que se convierten en
espectáculos televisivos, como la doble o triple jornada que hemos de
soportar porque la conciliación laboral sigue siendo cosa de mujeres y no
una prioridad en tiempos de crisis, o como la alarmante feminización de la
pobreza o el desplazamiento irresponsable de la cuestión de los cuidados
desde occidente hacia las zonas mas desfavorecidas del planeta.
Todo esto y mucho más es lo que mata a las mujeres, a las de aquí y a las
de fuera, a las que fueron diagnosticadas mujer al nacer y a las que no:
la crisis económica, la crisis ecológica, la crisis de cuidados y la
violencia estructural y específica que constituye la vida diaria de las
mujeres. La violencia sobre las mujeres no es cosa de unos pocos
maltratadores y tampoco de unas pocas victimas en situación de desamparo,
sino algo que ocurre cada dia bajo múltiples formas.
Lejos de caer en la victimización o de reconocernos únicamente en el papel
de lobas o corderas, nos rebelamos cada día del año contra esta violencia
estructural que no es sólo simbólica, pero también; que no es sólo
económica, pero también; que no es sólo física, pero también. Nos
rebelamos colectivamente contra esta violencia que se llama
heteropatriarcado.
También: Concentradas ante la sede de UGT en Madrid un grupo de mujeres pertenicientes a Rompamos el Silencio