Miércoles 25 de febrero, a las 20h en CAL NINYO (Calle Mayor, 43 – Sant Boi de Llobregat)
Las penas-multa son concepto que aparece a raíz de la reforma del Código Penal del año 96. Consisten en que una condena económica fruto de un proceso penal o de faltas, en el caso de no tener recursos, la pagues con cárcel a concepto de un día de cárcel por cada dos de multa.
Miércoles 25 de febrero, a las 20h en CAL NINYO (Calle Mayor, 43 – Sant Boi de Llobregat)

Las penas-multa son concepto que aparece a raíz de la reforma del Código Penal del año 96. Consisten en que una condena económica fruto de un proceso penal o de faltas, en el caso de no tener recursos, la pagues con cárcel a concepto de un día de cárcel por cada dos de multa.

Esta medida surge como una reforma teóricamente progresista en la que la justicia te da la oportunidad de pagar para que no te metan en la cárcel. Curiosa forma de interpretar que todos somos iguales ante la justicia cuando los que tienen recursos se libran de entrar y los pobres no.

Desde hace un tiempo, luchas y prácticas cotidianas de los movimientos sociales como la ocupación, la desobediencia civil, las luchas para defender el territorio, la participación en manifestaciones … , se encuentran en el punto de mira de ordenanzas cívicas y persecu­ciones policiales y judiciales y suman condenas en forma de penas-multa. Lejos de enten­der las penas-multa como una medida progresista de la aplicación de la justicia, la entende­mos como una evolución de los métodos de represión hacia los movimientos sociales y una forma de condenar la disidencia y la pobreza.

Ponemos el ejemplo de Elena, condenada por usurpación, que en el caso de no pagar tendría que pasar dos meses en prisión. La aplicación de esta condena, dentro de su lógica penal, seria totalmente desproporcionada. Ahora, con el sistema de penas-multa, esto es una realidad. Con este modelo les es más fácil limpiarse las manos a la hora de aplicar con­denas : técnicamente, no te mandan a la cárcel por el delito, sino por tu incapacidad para pagar la multa, cuestión de formas.

Hay otros aspectos de como nos afectan estas condenas, uno es que individualizan las causas y las disfrazan como si fueran simples sanciones económicas, haciendo así más difícil emprender campañas de apoyo. Otro es el desgaste económico de estar asumiendo estos gastos.

Desde siempre, una de las características que define a los movimientos sociales es su capacidad para solidarizarse y para buscar respuestas en colectivo a la represión. Esto muchas veces se materializa en la realización de infinidad de actividades para conseguir dinero para abonar las sanciones económicas que se derivan de su práctica. Esta dinámica se puede convertir en un círculo vicioso que nunca acabe de alimentar la insaciable hambre de dinero de las arcas del Estado.

Ante este panorama y el aumento de episodios represivos, tenemos que buscar estrategias colectivas para visibilizar los abusos de poder de la justicia y hacerles frente.

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Fuente: Colectivo Libertario de Sant Boi