Contra la opinión cómplice de los historiadores en nómina, las últimas ejecuciones de 1975 no fueron el canto de cisne de un régimen agotado. Muy al contrario, representaron el juramento de sangre sobre el que la plana mayor de la dictadura diseñó su Arca de Noe para sobrevivir y perpetuarse. Aquel múltiple asesinato de Estado sirvió para amedrentar a la generación llamada a renovar el sistema, dejándola meridianamente claro quién había pasado el testigo, quién mandaba y a quién tenía que rendir cuentas.Recurriendo al brutal código de los sicarios, se hacia posible el milagro político de la instauración de una nueva democracia nacida del terror y la impunidad. Por eso hoy, la hasta hace poco acreditada y autista transición comienza a verse como un esperpento monstruoso. A poco que se abran los archivos de la razón y la verdad frente al "cuéntame cómo paso" mediático, se verá que aquel consenso del paredón consistió en cambiar algo para que lo esencial siguiera igual. "Atado y bien atado". De ahí la persistencia treinta años después de una iglesiacruzadista, una derecha cavernaria y una izquierda placeba. El precio de aquellos crímenes fundacionales es una monarquía sin legitimidad de origen parasitaria de una democracia a tumba abierta.

Contra la opinión cómplice de los historiadores en nómina, las últimas
ejecuciones de 1975 no fueron el canto de cisne de un régimen agotado. Muy al
contrario, representaron el juramento de sangre sobre el que la plana mayor de la
dictadura diseñó su Arca de Noe para sobrevivir y perpetuarse. Aquel múltiple
asesinato de Estado sirvió para amedrentar a la generación llamada a renovar el
sistema, dejándola meridianamente claro quién había pasado el testigo, quién
mandaba y a quién tenía que rendir cuentas.Recurriendo al brutal código de los
sicarios, se hacia posible el milagro político de la instauración de una nueva
democracia nacida del terror y la impunidad. Por eso hoy, la hasta hace poco
acreditada y autista transición comienza a verse como un esperpento monstruoso. A
poco que se abran los archivos de la razón y la verdad frente al «cuéntame cómo
paso» mediático, se verá que aquel consenso del paredón consistió en cambiar algo
para que lo esencial siguiera igual. «Atado y bien atado». De ahí la persistencia
treinta años después de una iglesiacruzadista, una derecha cavernaria y una
izquierda placeba. El precio de aquellos crímenes fundacionales es una monarquía
sin legitimidad de origen parasitaria de una democracia a tumba abierta.

Jueves 29 de noviembre 2007. Ateneo La Idea. C/ Alenza 13 (Metro Cuatro Caminos). 19 horas.


Fuente: Ateneo La Idea