Juan Roig y su familia, se encuentran al frente de la “empresa líder de la distribución alimentaria” en España, la quinceava empresa mundial y la que ha crecido más en este sector de la alimentación, por detrás de Wal-Mart. En 2009, Mercadona alcanzó las 62.000 personas empleadas, con una facturación de 15.505 millones de euros y 270 millones de euros de beneficio neto.
Juan Roig, obtuvo una retribución total de 3,8 millones de euros en 2011, un 73% más que en el año anterior. La retribución del Consejo de Administración de la compañía se incrementó un 50% en el mismo año (de cuatro a seis millones de euros) y, su cúpula directiva, pasó de percibir un total de 12 millones de euros en 2011, frente a los 9 millones del año anterior (una media de 360.000 euros por directivo).
Juan Roig, obtuvo una retribución total de 3,8 millones de euros en 2011, un 73% más que en el año anterior. La retribución del Consejo de Administración de la compañía se incrementó un 50% en el mismo año (de cuatro a seis millones de euros) y, su cúpula directiva, pasó de percibir un total de 12 millones de euros en 2011, frente a los 9 millones del año anterior (una media de 360.000 euros por directivo).
Juan Roig y su familia, conjuntamente con su cúpula directiva, se presentan ante una sociedad como la española, empobrecida, precarizada y ninguneada, como los nuevos emprendedores que dan lecciones de cómo “actuar, trabajar y emprender” para salir de la crisis-estafa.
Juan Roig y su familia, actúan en este sector esencial para la vida, la soberanía alimentaria, siguiendo el modelo de grandes empresas, controlando más de la mitad de los alimentos que se compran en el Estado español. Las políticas de esta transnacional “familiar” se basa en “promover una agricultura industrial, intensiva e insostenible, en el que el agricultor cada vez cobra menos por su producto y el consumidor paga más; es la gran distribución quien se lleva la diferencia”.
Juan Roig y su familia imponen un modelo de consumo de alimentos, que provienen de sitios cada vez más lejanos (almejas de Chile, calabazas de Panamá, gambón de Argentina, banana de Ecuador, coco de Costa de Marfil, judía plana de Marruecos, piña de Costa Rica, etc.), con las consecuencias de contaminación medioambiental, la desinformación y el desconocimiento acerca de los modos de producción y explotación de estos alimentos.
Juan Roig y su familia venden un modelo de negocio con trampa. Dicen pretender satisfacer a todas las partes interesadas en la cadena de valor: clientes, trabajadoras y trabajadores, proveedores, la sociedad en general y el capital. Su lema, del mismo Juan Roig, es «para poder estar satisfecho, primero hay que satisfacer a los demás».
Este modelo “Juan Roig” se caracteriza por “chinizar” las relaciones laborales y sociales y su prepotencia y chulería de “señorito de la finca”, no la oculta a la hora de vender dicho modelo para salir de la crisis-estafa: “cada vez hay más bazares chinos porque tienen la cultura del esfuerzo que no tenemos en España”; “estoy completamente de acuerdo con la reforma laboral, yo habría ido mucho más lejos”; “cada uno de los españoles tiene que preguntarse qué puede hacer por el país”; y añade aún más, amenazando directamente a la población asalariada “o sube la productividad o baja el nivel de vida”.
Y lo dice quién según la revista Forbes, cuando publica la lista de multimillonarios del mundo correspondiente al 2012, Juan Roig, presidente de Mercadona, figura como el tercer hombre más rico del estado español y el número 223 del mundo, con un patrimonio que ronda los 4.700 millones de dólares y que incrementó en un 62% durante el último año. Hay “personas sin vergüenza” que la crisis-estafa les sienta genial.
Las relaciones laborales, en esta actividad empresarial de un modelo “corporativo” y “paternalista”, no permite el conflicto entre capital y trabajo, y a las personas empleadas se les adoctrina (al estilo chino) para que sientan la empresa como propia y, de no aceptarlo, el autoritarismo, la represión directa, actúa. A ello se agrega una tradicional política antisindical, que impide la defensa activa de los derechos de las trabajadoras y trabajadores. Esto le ocurrió a la CGT en Málaga.
CGT dijo basta, hicimos frente a este modelo de explotación, de vida laboral sin derechos, de condiciones de trabajo miserables, de ausencia total de libertad, donde la “voluntad única del padre” determina quien vive y como vive. CGT creó la Sección Sindical en Mercadona de Málaga y Fran fue despedido, solo por esto. Para el modelo chino de “Juan Roig y su familia”, la CGT representa todo lo contrario a su modelo de explotación y, la guerra de clases, se ha abierto.
Fran tiene que ser readmitido, la Sección Sindical, el reconocimiento y la legitimidad de la organización sindical en cualquier centro de trabajo de esta “gran empresa familiar”, tiene que ser una realidad y Juan Roig y su familia, tienen que dejar de pisotear la libertad sindical, los derechos laborales y la libertad de las personas.
Juan Roig y su familia, están en conflicto con la CGT y cuando tocan a una persona de CGT, nos tocan a todas y nuestra respuesta es de largo plazo, no tenemos prisa. Tenemos toda la vida para pelear, porque nos va en ello la vida. Una vida digna para todas y todos, no sólo para Juan Roig y los suyos.
Rojo y Negro nº 275 – Editorial
Fuente: Rojo y Negro