Guiños a la lucha de clases, a las películas de asesinos, humor negro y humor escatológico. Un puñado de personajes "graciosos" y una certeza : contribuir a aligerar el tono siempre denso y dramático que suele imperar en los festivales de cine. Ahora bien, detrás de esa apariencia de frivolidad, Louise-Michel propone un homenaje al anarquismo.

Guiños a la lucha de clases, a las películas de asesinos, humor negro y humor escatológico. Un puñado de personajes «graciosos» y una certeza : contribuir a aligerar el tono siempre denso y dramático que suele imperar en los festivales de cine. Ahora bien, detrás de esa apariencia de frivolidad, Louise-Michel propone un homenaje al anarquismo.

Guiños a la lucha de clases, a las películas de asesinos, humor negro y humor escatológico. Un puñado de personajes «graciosos» y una certeza : contribuir a aligerar el tono siempre denso y dramático que suele imperar en los festivales de cine. Ahora bien, detrás de esa apariencia de frivolidad, Louise-Michel propone un homenaje al anarquismo.

Su título evoca y convoca a Louise-Michel, una maestra anarquista cuya vida completa estuvo dedicada a luchar por los más desfavorecidos. Cabeza visible de la Comuna de París en 1871 y líder del batallón de mujeres durante los enfrentamientos en las barricadas, Delépine y Kervern, consagran sus esfuerzos a ella, a su filosofía política y su memoria. Estos cineastas franco-belgas, combativos autores de Aaltra, otro disparate en torno a dos vecinos en guerra y odio permanente pero permanentemente unidos, conforman un filme simpático y menos inofensivo de lo que parece. Irregular en su ritmo, ingenioso en sus recursos y muy beligerante en sus innumerables pellizcos, aquí no hay controversia, solo diversión.


Fuente: http://noticiasdenavarra.com