Décadas antes de que Tarantino nos descubriese las acciones tras las líneas enemigas de los Malditos bastardos, en la Guerra Civil española los republicanos habían creado cuerpos especiales de guerrilleros que se infiltraban tras las líneas de batalla para rescatar a compañeros o llevar a cabo acciones de sabotaje. Según los historiadores Jesús Castillo, Txema Prada y Floren Dimas el español fue el primer ejército que dispuso de forma reglada una unidad de comandos como la que después serían los Boinas Verdes de Estados Unidos o las Ratas del Desierto del Reino Unido, unidad a la que el Gobierno de la República destinaba 200.000 pesetas mensuales por orden de Francisco Largo Caballero para que fomentara el desorden en la zona enemiga,

Uno de estos grupos estuvo dirigido por el anarquista oriundo de Valderrobres, Juan Bautista, alias “Batiste”. Desde su puesto de control en la localidad de Fuendetodos, “Batiste” organizó varias incursiones nocturnas para rescatar compañeros que se encontraban emboscados en la Zaragoza bajo control de los sublevados. Esta serie de evasiones se llevaron a cabo desde octubre de 1936 hasta enero de 1937, momento en el que la situación del frente las hizo inviables.

Uno de estos grupos estuvo dirigido por el anarquista oriundo de Valderrobres, Juan Bautista, alias “Batiste”. Desde su puesto de control en la localidad de Fuendetodos, “Batiste” organizó varias incursiones nocturnas para rescatar compañeros que se encontraban emboscados en la Zaragoza bajo control de los sublevados. Esta serie de evasiones se llevaron a cabo desde octubre de 1936 hasta enero de 1937, momento en el que la situación del frente las hizo inviables. Desde Fuendetodos, grupos de guerrilleros libertarios aprovechaban la oscuridad de la noche para, tras un recorrido de más de cuarenta kilómetros, llegar a los denominados Montes de Torrero y alcanzar las afueras de Zaragoza. Desde esta localización y rayando ya el alba, los milicianos se infiltraban en la ciudad y desde el periférico barrio de Torrero establecían contacto con los miembros de la CNT encargados de coordinar el dispositivo de fuga.

Durante las incursiones los milicianos se dispersaban discretamente por la ciudad para y llevar a cabo labores de información y contacto. Ya al atardecer, y una vez congregados en el lugar y hora convenidos, milicianos y huidos efectuaban con sigilo el camino inverso hacia Fuendetodos y hacia la libertad. Esta serie de infiltraciones y evasiones albergaban un riesgo importante, pues los milicianos tenían que esquivar las patrullas de vigilancia, hacer pasar desapercibida la columna y evitar cualquier tipo de enfrentamiento directo que desbaratara la operación.

La expedición más importante por su número (más de cien personas, entre ellas mujeres y niños), se llevó a cabo en la primera mitad de enero de 1937 tras una minuciosa preparación. Para la misión se escogieron algunos jóvenes a quienes se vistió de falangistas y de soldados para así poder circular por la ciudad con más libertad. Ante el gran volumen previsto de evadidos, la organización estableció una expedición adicional que con varias mulas portando agua y víveres debía encontrarse en mitad de la noche con la columna de evadidos para prestarles auxilio.

Pese a las medidas de precaución y la discreción de los organizadores, lo cierto es que las autoridades enemigas habían redoblado la vigilancia y las patrullas en torno a la ciudad. A su vez, alguno de los nuevos enlaces sufrió ciertos contratiempos y se malograron diversas acciones proyectadas. Sin embargo, a la hora y lugar convenidos se congregaron más de un centenar de personas: hombres, mujeres y niños. Las bocacalles del punto de partida habían sido tomadas por milicianos camuflados entre la gente del barrio armados con pistolas y bombas de mano. Finalmente, la expedición inició la marcha a través del denominado camino de las canteras hasta las Planas de María de Huerva, unas pequeñas estibaciones montañosas a unos 15 km. de la ciudad. En ese lugar apareció una patrulla de falangistas. Se ordenó a la expedición que echase cuerpo a tierra y los guerrilleros, desplegados en formación defensiva, se dispusieron a afrontar la lucha inminente. Se ordenó que nadie hiciera uso de las armas hasta que lo hicieran los falangistas. El movimiento de defensa y ofensa se hizo con tal precisión, disciplina y determinación, que los falangistas se replegaron, ganaron un bosque próximo y emprendieron una fuga veloz. La expedición siguió su marcha y poco tiempo después enlazó con los auxilios enviados desde Fuendetodos con cinco mulos cargados de pertrechos y agua.

CGT A-LR junto con ARMHA (Asociación por la recuperación de la memoria histórica de Aragón), la Avv la Paz Torrero, la Avv Montes de Torrero Venecia y C.C Cantero y el Ateneo de Historia Popular Paco Ponzán, preparan un de acto homenaje rememorando el sacrificio de los Hijos de La Noche, Evasiones, senderos de libertad (adjunto escrito), para los días 28 y 29 de Septiembre

Los actos organizados para estos días constan de tres eventos:

1-Andada de 42 kms, aproximadamente, desde Fuendetodos a Zaragoza, se saldrá el día 28 a las 19:00 desde Fuendetodos y se hará noche en el camino.

2-Salida desde Torrero, el día 29 a las 09:00 desde la puerta del cementerio (frente al Tiro Olímpico) se acudirá al encuentro de los participantes en la andada y así entrar todos juntos en el Parque de la Paz antes de las 12:00, hora en que se iniciaran los actos homenaje. Habrá intervenciones tanto habladas como musicales (Coro Libertario, Adeban, La Buenaventura…)

3- En el parque de la Paz dentro de los actos, se montará una pequeña barra y se ha organizado una comida popular sobre las 14:30 (precio aproximado 6 euros) para todos los que queráis participar.


Fuente: CGT-Aragón y La Rioja