Por segundo año consecutivo y a petición de la sección sindical de CGT en la UZ, la Universidad de Zaragoza conmemora institucionalmente el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, con una concentración a las 12:45 h. del lunes 8 de marzo de 2004 en los diversos campus ; en el de San Francisco se hará junto a la Biblioteca María Moliner, para unirse a los actos que allí se desarrollarán a lo largo del día (incluye mesa redonda a las 17h. con la participación de compañeras/os de CGT).

Por segundo año consecutivo y a petición de la sección sindical de CGT en
la UZ, la Universidad de Zaragoza conmemora institucionalmente el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, con una concentración a las 12:45 h. del lunes 8 de marzo de 2004 en los diversos campus ; en el de San
Francisco se hará junto a la Biblioteca María Moliner, para unirse a los actos que allí se desarrollarán a lo largo del día (incluye mesa redonda a las 17h. con la participación de compañeras/os de CGT).

Manifiesto que se va a leer :

8 de marzo 2004

El 8 de marzo se conoce internacionalmente como el Día de la Mujer Trabajadora en homenaje a las mujeres asesinadas en una empresa textil de Estados Unidos, en 1908, mientras reivindicaban sus derechos laborales como personas. La fábrica en la que mantenían su encierro fue incendiada por la patronal con todas las mujeres dentro.

Desde entonces en esta fecha se recuerda que, a pesar de los avances tecnológicos y sociales más espectaculares del mundo desarrollado, la mujer sigue sufriendo situaciones de discriminación en el ámbito laboral, pero también en el social y cultural, por lo que ya el 8 de marzo se ha convertido en el Día Internacional de la Mujer.

En este año 2004 queremos hacer desde la Universidad de Zaragoza un especial
hincapié sobre la Educación, empezando por la educación básica infantil.

Un reciente informe de UNICEF nos señala que el 65% de la población infantil
sin escolarizar son niñas, y de éste porcentaje el 89% se encuentra en el
mundo sur, donde la pobreza ha acentuado más la discriminación de la mujer,
que sufre las consecuencias sobre los derechos humanos más fundamentales.

El entorno educativo debe proteger a la infancia ; las niñas y niños alfabetizados tienen mejor defensa ante el abuso del trabajo infantil, la
explotación sexual o la trata de personas, y hace que sean menos
vulnerables ante la violencia interfamiliar.

La UNICEF ha iniciado la campaña ¿MULTIPLICAS ? en referencia al efecto
multiplicador que tiene la instrucción de las niñas, como medio eficaz
para vencer muchas de las principales dificultades que impiden el desarrollo de la humanidad.

Pero ningún derecho humano se alcanzará si no ponemos fin a todas las formas
de discriminación, en especial la que esté basada en el género. De ahí la
importancia de educar a las niñas para que tengan oportunidades de desarrollo,
vivan en igualdad de condiciones y puedan tomar decisiones libres en su
vida ; como transmisoras de las culturas multiplicarán su conocimiento en los
descendientes, con el gran aporte que ello significa para poder construir
un mundo más justo e igualitario.

Nadie puede negar que existe una estrecha relación entre la educación
básica y el desarrollo económico ; con el aprendizaje las mujeres podrán efectuar su aporte productivo reconocido, no camuflado, y fortalecer la economía a
largo plazo.

Pero el desarrollo debe ir más allá dela economía, la pobreza no se puede
paliar de forma sostenible sin promover la autonomía de la mujer. Para
ello es fundamental la información y la educación, no sólo de las mujeres, sino
con especial urgencia la educación de los hombres, para que dejen atrás los
viejos conceptos sociales que motivan tanta desigualdad y se cuestionen su propia evolución como personas.

La Universidad, como el más elevado escalón educativo, tiene el deber de
recordar en este Día Internacional de la Mujer que sigue existiendo desigualdad de género en todo el mundo, por ello celebramos esta jornada de reflexión y denuncia, con el compromiso de promover actuaciones para eliminar estas situaciones discriminatorias.

No podemos dejar este 8 de marzo de 2004 sin mostrar nuestro más absoluto
rechazo a la violencia que causa tantas muertes de mujeres, por su condición
de tales. Este «terrorismo afectivo» derivado de los conceptos patriarcales de
posesión, podría combatirse con una coeducación efectiva familia-escuela
encaminada a la consideración de todas las personas por igual, sin distinción de sexos.

La educación en la igualdad, la información veraz y la justicia social
permitirán que nos desarrollemos como personas libres ; libres para sentir,
pensar y actuar por nosotros mismos, sin el sometimiento de unos sobre
otros.

En recuerdo de tantas mujeres asesinadas en nuestro propio país (occidental,
desarrollado y democrático) guardemos unos minutos de silencio que nos
sirvan de reflexión sobre cual es nuestro papel en la sociedad, y hasta qué punto podemos incidir para que no vuelva a suceder una muerte más.

Universidad de Zaragoza